El de ojos azul rey (Francia x uk )

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ANTERIORMENTE:

Uk simplemente vio al par de soldados — .... los voy a despedir — Ronald y Priano se pusieron rectos y rogaron con la mirada que no lo hiciera — ...solo... compórtense como seres... éticos... y nadie me dará de comer a la boca, antes de que lo hagan habrán perdido la cabeza...—

— A, pero si fuera Francia si lo recibe, no se vale — hablo Priano, uk simplemente frunció el ceño con cierto rubor en su mejilla, agarro el embace metálico tirándoselo a la cabeza del caballero peli rubio, Priano cayo desmayado.

— Al menos ya se calló — hablo Ronald.

— Tu también — uk tiro también la misma bandeja de metal en la cabeza de Ronald, al fin tenía paz dentro del carruaje, se acomodó y cerro sus ojos para descansar un poco — ahora... me siento incomodo de no oír sus jodidas voces.... —musito.

ACTUALIDAD:

Tras unas horas el carruaje logro llegar a su destino, tan pronto se detuvo el joven inglés tapo las narices de ambos caballeros logrando que despertasen de un brinco.

— ¡Santo cielo! — dijeron ambos caballeros casi a grito, miraron al inglés delante suyo quien estaba sentado lo más tranquilo posible. Una leve llovizna hacia presente fuera el carruaje.

— Hemos llegado — grito desde fuera el hombre encargado de dirigir a los caballos blancos.

— ¡OH!, esta lloviznando, su majestad, permítame — Priano salió primero sacando un paraguas azulado, la abrió y la puso a dirección de la puerta — puede bajar, sostendré el paraguas para que no se moje — dijo sonriente, Uk asintió y bajo con ayuda de Ronald, tan pronto piso el firme suelo camino hacia la gran infraestructura donde estaban aquellos.

El joven de cabellera rubio toco la puerta de dicha casona grande, poco después cerro el paraguas, ya que tenían sobre ellos un balcón que impedía que se mojaran. La puerta abrió dejando ver a un hombre adulto y vestido de oscuro, dicho se inclinó para luego hacerse a un lado y dejar pasar al joven imperio y a ambos caballeros, ingresaron dejando su gran saco al mayordomo del hogar.

— ¿Están dentro?, espero no haber llegado en una hora inadecuada — hablo uk.

— Claro que no su majestad, su visita siempre será bien recibida, sin importar la hora, los jóvenes países están en su clase de idioma, los traeré de inmediato, mientras tanto tome asiento — se inclinó nuevamente para posicionarse junto a los sillones que adornaban la sala — espere aquí, ordenare que le traigan una cálida taza de té y algunos aperitivos — se retiró después.

El inglés asintió para ir y sentarse, pronto miro a sus caballeros — ¿Por qué tienen esas caras largas? — preguntó.

— Porque no nos ofreció nada — respondió Priano entristecido — felizmente me comí su merienda su majestad —.

Uk rio ligeramente para luego acomodarse en su asiento cruzando las piernas — te daré mi té Priano —.

— ¡¿En serio?! — El nombrado lo miro con los ojitos brillosos mientras cerraba los puños de emoción.

— NO — Dicha emoción se quebró en miles de pedazos para solo sentarse y abrazarse de Ronald, aquel quien solo le dio palmadas en la espalda.

Tras unos minutos vinieron dos sirvientas a dejar una tetera y tres vasos, después sirvió té para cada uno de ellos, así mismo una bandeja mediana con postres y rodajas de frutas.

— ¡WOW!, esto luce delicioso — dijo entusiasmado Priano.

— Podría devorarlo en unos segundos — añadió Ronald.