Capitulo 14 (+18)

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Lucas llega a su casa aún tenía esa sensación de haber sido usado, o peor aún que habían jugado con él y que después de un rato la nena se aburre y lo cambia por un nuevo juguete.

Maldita sea la pensadilla con patas que lo tortura con su comportamiento superficial y con ese maldito cuerpo de sirena. Y encima hechicera que le hizo conocer el sabor de sus labios y que ahora cada vez que la viera sabría los dulces que son, maldición.

Furioso tira la botella de corona que quedaba en la mesa. El sonido del cristal roto despierta a Melanie. Quien sale a confirmar si era Lucas.

Melanie al llegar hasta él lo ve barriendo los pedazos de vidrios

-¿Se te cayo?

-Siento despertarte, cariño.

-No te preocupes, al parecer tuviste una mala noche

-Si, te juro que si paso más tiempo con esa pendeja presumida y arrogante. La mataré con mis propias manos

Melanie sonríe- Y yo te ayudaría a matarla. Es una lástima que vaya en contra de la ley, pero ven- dijo estirando su mano- Deja eso para mañana, ven conmigo a la cama, te extraño mucho, Lucas

Luca deja la escoba se levanta y le toma la mano a su novia

-¿Y yo a vos, mi amor?- la atrae hacia él y la abraza- No sabes cuánto te he necesitado.

-Demuéstramelo…

Sin decir más Lucas baja hasta su boca apoderándose de los labios deliciosos y seguro de su mujer que no temblaban inexperto como la inocencia de una niña, sino, como toda una mujer que ha disfrutado en sus brazos muchas veces y que conocía tan bien su cuerpo como el suyo propio.

Le quita con rapidez la remera gris que usa para dormir, para luego tomarla por la cintura, y levantarla para buscar frenéticamente uno de sus pechos y metérselo en la boca. Con la lengua trazó el duro pezón, lamiéndolo suavemente, sintiendo, las yemas de los dedos de la morena clavadas en sus hombros murmurando entre gemido su nombre.

-Dios, Lucas…

Ella comienza a quitarle su camisa, para besarle su torso desnudo, tan febril y masculino, como todo en él, pero quería más, deseaba todo de él, todo lo que le pertenecía, ese hombre es de ella, entero, todo.

Y así sus manos ansiosas por tocarlo, desabotonan los jeans oscuro que traía puesto y lo quita junto con los bóxers para poder tocar su miembro, excitado. Lo tomo entre sus manos y lo acaricia de arriba y abajo, y veía como su cara se desfiguraba de placer.

Lucas la toma en brazo y la deja sobre la cama, donde ella cae con los brazos extendidos, completamente desnuda, expuesta, para que él inclinara su cabeza y volviera a acariciar sus pechos con la lengua, haciéndoles círculos en aquellos montículos oscuros. La oficial arquea su espalda ofreciéndose completamente a él.

-Seguí…Lucas, no pares, no te detengas…- dijo Mel agitada

Lucas se detiene y sonríe

-No pienso parar, amor, pero te prometo que disfrutarás mucho más.

Tras decir eso, su mano izquierda baja hasta el centro de su cuerpo, acariciando aquél capullo que escondía secretamente, estaba húmeda, cremosa lista para él, dispuesta a recibirlo. Ella abre más sus piernas, pero agarra su mano.

,Te quiero a vos. Sos mío

El camaleón con los ojos encendido de deseo, estira la mano hacia el velador para sacar un preservativo. Se coloca sobre ella, pero antes de entrar en ella, la vuelve a mirar y en vez de ver a su morena, por uno segundo ve la dulce cara de Victoria, trato de sacársela de la mente, su Melanie, no merecía aquello, pero sigue ahí, sonríe besando sus labios y entrando en ella. Con un solo movimiento ingresando completamente. La vuelve a mirar y la pesadilla había desaparecido, nuevamente estaba frente a él su mujer, su futura esposa, y sigue con movimiento lentos al principio y luego mucho más rápido, hasta que ella grita su nombre seguido por un espasmo que la sacude entera, por el orgasmo. Un minuto después él la sigue cayendo sobre ella, sudoroso y completamente agotado.

Dulce PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora