[VII]. Sleeping with ghosts

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Sleeping with ghosts

La tarde era tediosa. El calor no aminoró ni siquiera cuando el sol se tornó naranja y se fue a esconder parcialmente tras aquellas lejanas montañas.

El coliseo se encontraba desierto y el Santuario en general presentaba un ambiente sombrío. El silencio hacía zumbar a sus oídos.

Se sentaba en unas gradas, distrayéndose con el pasar de una que otra ocasional ave, apreciando el polvo de la arena ser revuelto por las breves y muy esporádicas brisas.

Podría estar en su templo, que gracias a la altitud siempre se encontraba fresco. Pero al día siguiente no tendría oportunidad para salir de allí y quería aprovechar hasta entonces sin tener que estar encerrado.

No era el único que pensaba de esa manera, supuso, cuando percibió la cercanía de un cosmos que le parecía extrañamente familiar, aunque no podía reconocerlo con exactitud.

Enseguida divisó a una figura alta de extensa cabellera y confiada postura que se acercaba sin prisas. Camus no le despegó la vista gracias a la inquietante necesidad de ubicarlo en su memoria.

Nada.

Llegó frente a él, tapó el sol, preguntó con simpleza:

"¿Acuario?" Camus elevó la mirada y asintió.

"¿Quién eres tú?" indagó enseguida, frunciendo sutilmente el ceño en desconfianza. El diseño de la armadura que aquel portaba le dio la respuesta antes de que fuera expresada.

"Géminis," dijo, y se sentó junto al otro sin preocuparse por ser inoportuno.

Camus no disimuló su desconcierto; arqueó una de sus cejas y torció levemente sus labios, miró al recién llegado de forma interrogante, mas aquel fingió inocencia y contempló el horizonte. Suspiró calmo, casi contento.

El caballero de Acuario se sobrepuso a la curiosidad, y con una hastiada exhalación apoyó los codos en las rodillas, inclinándose adelante para sostener el mentón sobre sus nudillos.

"Entonces tú no los subestimas."

"¿Cómo?" El de ojos verdes volteó, parpadeando confuso.

"Si has vuelto para enfrentarles, es que sabes de lo que son capaces." Camus miró de soslayo al de cabellos azules para confirmar basado en la expresión de aquel que finalmente entendía el origen de su comentario.

"Nunca he batallado con ninguno de ellos."

"Yo entrené a uno de ellos."

"Sí, eso escuché. Al cisne."

Camus devolvió la mirada hacia el frente.

"Lo mataré." Sonaba incuestionable. A Saga le causó gracia y sus labios lo reflejaron curvándose sutilmente. Camus pudo sentir esa sonrisa aún sin verla, oculta en el burlón silencio que cómplice ocupó los siguientes segundos. Sintiéndose de pronto algo mortificado y arrepentido de haber hablado, una leve arruga apareció en su frente.

"Lo intentarás," finalmente replicó el mayor. Acuario tuvo la impresión de que el aire se purificaba súbitamente. No lo admitiría pero esas palabras le aliviaron, le dieron la oportunidad de explicarse a mayor detalle.

"Si se ha convertido en lo que yo esperaba de él entonces fallaré. Si no, su muerte será merecida."

Hablando así, ¿quién se atrevería a retarlo? Saga volvió a sonreír.

"¿Y a mí por qué me dices eso?" preguntó sin implicar nada en especial, en un tono ligero y casi divertido.

"Porque estás aquí y me has hablado. Y porque sé que no te importa." Y porque guardarse sus planes había estado provocando un nudo en su estómago que finalmente comenzaba a aflojarse, si bien en mínima medida.

One - Shots - Saga x Camus [Terminada] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora