ღ extra tres: nuestro encuentro.

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Nuestro encuentro.

El día era soleado, eran vacaciones de verano, toda la privada en donde vivía se llenaba de las familias conviviendo y disfrutando del sol en sus piscinas

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El día era soleado, eran vacaciones de verano, toda la privada en donde vivía se llenaba de las familias conviviendo y disfrutando del sol en sus piscinas.

Para ellos no era la excepción.

Cuando el día amaneció tan cálido, sus padres no dudaron en pasar el rato en casa de SeokJin. Quien tenía una piscina más baja, donde los cachorros podrían nadar con ayuda de sus padres sin problema.

JungKook y SeokJin se encontraban jugando con la pelota mientras que sus padres preparan el asador. Estaban entre risas y bromas de cachorros.

—Koo. —llamó el castaño. —¡Koo!

El pelinegro corrió hacia su amigo, quien estaba con un puchero en sus labios.

—¿Que pasa Jin? —preguntó con preocupación.

—Extraño a Nam. —dijo.

JungKook abrió sus labios en un círculo, veía a su mamá hacer eso siempre, a él también le gustaba hacerlo.

—Él vendrá pronto, papá dijo que en veinte. —alzó sus cinco dedos. —Eso es pronto.

SeokJin suspiró resignado.

—Ya qué.

—Tranquilo Jinnie, podemos seguir jugando nosotros...

—Bueno, pero la pelota se me fue.

JungKook volvió a abrir sus pequeños labios.

—Appa no querrá ir por ella nuevo...

Ambos cachorros se miraron y sonrieron en cómplice.

—Misión para nosotros.

—¡Tú cuida y yo voy por ella! —exclamó JungKook.

SeokJin asintió y vigiló todo para que JungKook saliera por la puerta, la pelota solo estaba en el patio de enfrente, no había peligro.

Salió a toda la velocidad que sus piernas le permitieron, hizo círculos en sus manos y los llevó sus ojos, fingiendo tener monoculares para poder encontrar su pelota más rápido.

Pero en lugar de enfocar una pelota, enfocaron a un ángel.

JungKook bajó sus manos y quedó embelesado con su vista.

¡Había descubierto un ángel!

Era hermoso. Su cabello dorado y sus ojos chocolates.

Él amaba el chocolate, un momento... su papi siempre decía que olía a chocolate con leche, ¿eso sería una señal?

Se enderezó al ver al chico bonito acerarse a él con una sonrisa. Carraspeó y limpio sus ropas lo mejor que pudo para cuando el omega estuvo a su frente.

—Hola amigo. —le dijo.

JungKook iba a responder, pero se quedó embobado una vez más cuando el chico mayor le acarició el cabello.

—¿Qué haces fuera de casa?

—Bonito.

—¿Qué?

—Tú... eres bonito.

¡Su corazón saltó! Estaba enamorado, definitivamente estaba enamorado. Ese omega era tan bonito. Más cuando le sonrió con esa perfecta sonrisa de cajita.

—Eres un cachorro travieso, niño.

JungKook se sonrojó.

—¡No lo soy! Mi mami dice que me porto bien. —dijo seguro de su respuesta.

—Y si no eres un travieso... ¿Qué haces a fuera de tu casa?

—Yo... ¡La pelota! Yo vine por mi pelota. —respondió.

El mayor soltó una risa y le mostró la pelota del suelo.

—¿Esa pelota?

—¡Sí, es esa!

El omega fue por ella y la dejó en sus pequeñas manos.

—Ya la tienes, deberías regresar a casa.

—¡Espera!

—Gritas mucho cachorro.

JungKook sonrió mostrando sus dientes.

—¿Cuál es tu nombre?

—Si te lo digo lo olvidarás, es difícil de pronunciar.

—¡No, puedo decir palabras difíciles!

El niño más grande soltó una risa.

—Bien, mi nombre es... —el menor lo miró con ojos brillosos, esperando su respuesta. —Tae.

—¿Tae? Eso no es difícil, es bonito, como tú.

—Definitivamente, eres un cachorro travieso. —se ríe. —Tengo que irme...

JungKook reaccionó y le dijo su nombre.

Koo.

—Lindo nombre.

Se dio media vuelta, pero antes de irse completamente volvió a voltear hacia atrás, ese cachorro seguía observándolo con una sonrisa y sus ojos de bambi. Soltó una pequeña risa y alzó la mano en despedida.

—Mi nombre es TaeHyung.

JungKook mostró gesto de confusión.

—Tae... ¿Jiun?

El mayor soltó una carcajada.

—Te dije que sería difícil. —y con un gesto de diversión y un ademán más, se fue.

TaeHyung creía que ese cachorro era chistoso.

—¿Quién era él?

Pregunto su mejor amigo, YoonGi, quien los había acompañado a casa de su primo para recoger unas cosas que dejaron ahí la semana pasada.

—Un cachorro que perdió su pelota. —se encogió de hombros.

—¿Se la devolviste?

—Seguro.

YoonGi asintió y luego juntos se fueron hacia la camioneta de los padres del niño.

Por otro lado, JungKook trataba de recordar el nombre de ese omega que le había robado su primer suspiro, su primer latido y su primera ilusión.

Después de todo, el destino solo hace su magia, ¿no es así?

Después de todo, el destino solo hace su magia, ¿no es así?

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My little big love ꕤ kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora