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Siempre te he amado, Louis. Siempre te amaré. Desde la infancia hasta el día en que nos separemos.
O
Donde Louis y Harry se enamoran lentamente desde la infancia y construyen su sueño juntos.
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todos los créditos a ItsLivvv...
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A los 16 y a los 18 todavía no me había pasado eso de crecer mucho y ser alto, pero olía a alfa. Según Louis, casi apestaba, aunque a él no parecía importarle. Aún no había tenido un celo, pero sabía que llegaría. Se supone que es así cuando tienes 16 años.
"¿Y si me duele Lou?" le pregunté, mientras estábamos acurrucados juntos en su sillón. Su cabeza estaba sobre mi pecho y una manta le llegaba hasta la barbilla.
"¿Y si te duele qué?" Preguntó.
"Ya sabes". Me daba vergüenza decirlo.
"No, Harry, no lo sé o no estaría preguntando". Se rió y me sonrojé un poco.
"Ya sabes, anudar". Susurré y se sentó.
"Harry, ¿estás realmente preocupado por anudar?" Me preguntó y yo asentí.
"¡No es como si lo hubiera hecho antes!" Se puso a mi altura.
"Por lo que sé, la primera es un poco incómoda, ya que la piel nunca se ha estirado antes, pero después se supone que es más fácil". Me aseguró. Suspiré mientras se hundía de nuevo en mi pecho.
"¿Así son los celos para ti también?". pregunté, recorriendo su brazo con el pulgar. Se rió nerviosamente.
"No exactamente, no mejora después de la primera". No le insistí más. Sin embargo, me picó la curiosidad. ¿Cómo eran realmente los celos omega?
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Dos semanas después me desperté con una erección palpitante y calor corriendo por mis venas. Estaba ardiendo, pero mi cuerpo estaba cubierto de un sudor frío. La contradicción me daba vueltas a la cabeza.
"¡Mamá! ¡Llama a la escuela!" Grité con los dientes apretados y ella subió las escaleras. "Mamá, no, por favor, vete". gemí cuando abrió la puerta un poco.
"Oh mi bebé, está bien. Puedes hacerlo". Me dijo, cerrando la puerta y dejándome a mi suerte.
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Me mordí el labio mientras la tela de mis jeans rozaba incómodamente mi sensible pene. Aún no había dejado de dolerme después de mi primer celo. El médico había dicho que era normal. La piel necesitaba tiempo para cicatrizar y, al parecer, mi pene estaba experimentando algunos cambios. En las clases de salud no te hablaban de estas cosas. Lo odiaba. No sé por qué creía que podía llevar jeans. Caminé lo más rápido que pude hacia Louis y lo miré.
"Todavía te duele, ¿eh?" Preguntó con simpatía y yo asentí. "Entonces, ¿por qué te has puesto jeans?". Sacó unos joggers de su casillero y yo enarqué una ceja.
"¿Son míos?"
"Los robé un día después de clase, ahora resultan muy útil". Me agarró del brazo y me arrastró hasta los vestidores del gimnasio.
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"Así está mejor, ¿eh?" Me preguntó. Asentí con la cabeza, soltando un suspiro cuando me quitó los jeans. Louis me ayudó a subirme el jogger y me dio unas caricias en la mejilla.
"¿Te dolió?" Preguntó y yo asentí.
"El primero me dolió y tenía un aspecto asqueroso, todo rojo y dolorosamente sensible. Después estuvo bien, pero no me gustó nada".
"A mí tampoco me gusta ninguna parte de mis celos". Suspiró y le puse la mano en la rodilla.
"Te dije, es tu turno". Se rió, realmente forzado y dijo.
"Mis celos tampoco son divertidos. Duelen, y mucho. Duele estar tan vacío cuando lo único que quieres es estar lleno". Me quedé mirándolo, con las cejas juntas en señal de preocupación. Se aclaró la garganta. "Es hora de ir a clase. Vamos a poner tu culo alfa en marcha, Styles".
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