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la luz de aquel departamento de soltero fue encendida, unos ojos cansados recorrían la sala hasta posarse en la entrada a la cocina. Quería llorar, quería simplemente dejarse caer en la profundidad de aquel silencio que esas paredes obligaban, no tenía a nadie más en su vida a parte de sí mismo, solo era él.
— como te extraño Jung....
aquellas palabras salieron solo en suspiros casi de manera balbuceante entre aquella abertura de labios finos. con pies descalsos se dirigió al sofá tirándose en este boca arriba analizando su techo a detalle o al menos eso pretendía hacer pero en su cabeza aquella imagen... esa sonrisa hermosa de corazón, esas mejillas re gordetas y sin olvidar sus cabellos lacios pero a la vez un poco alborotados, no podía dejar de pensar en ella.
su celular vibró sacándolo de aquel transe en el cual estaba, casi lloraba pero todo aquello se desvío cuando vio la notificación de su celular, era Namjoon. había publicado una historia de su fiesta en la cual, Hoseok estaba enfocado bailando de manera feliz siendo rodeado por chicos y chicas que, desconocía pero le hacían porras.
sonrió perdiendo la cuenta de cuantas veces había visto el mismo video, reaccionando cada vez que lo hacía. una sonrisa boba se mantenía dándole nuevamente aquella energía que había perdido.
le encontró un nuevo sentido a la vida.
se levantó de golpe corriendo prácticamente a su habitación observándose frente al espejo haciendo una mueca de disgusto ante su presentación física. notó que desde que Jiwoo murió, mantenía el mismo estilo, los mismos trajes negros para trabajar, se sintió insípido, sin color.
— Seokjin....
río levemente para sí mismo sacando su celular y marcarle a su hermano, un timbre, dos timbres, buzón. no se explicaba a sí mismo por que no contestaba si siempre lo hacía al instante. nuevamente lo hizo logrando conectar el alta voz.
— ¡YOongi, hermano mío! ¿está todo bien? nunca me llamas. - se escuchaba el tono de preocupación atrás de la línea.
— Seokjin, ¿Estás en Daegu? necesito tu ayuda.
— justamente mañana me iba, tienes suerte hermanito. - sonrió, valla que amaba a su hermano, aunque aveces quisiera matarlo. - Nos vemos allá, voy saliendo.
— pero ni te eh dicho por que te estoy llamando. - ambos rieron al unísono.
— no importa, cuando se trata de tí, puedo cruzar el mundo en dos segundos.
antes de que pudiese decir algo la línea se corto, una sonrisa cálida en su rostro estaba pues lo extrañaba y necesitaba verlo más allá de una video llamada.
dispuso a sacar toda la ropa que tenia de el closet dándose cuenta que solo usaba tonos grises y oscuros pero entre todo aquello destacaba una camiseta blanca con estampado al estilo callejero, sonrió, era la camiseta favorita de Jiwoo.
