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Las manos le sudaban hasta el punto de encontrarlas empapadas haciendo ligeras manchas en el papel de los informes que sostenía, estuvo toda la noche con esas palabras del video en la mente y si nada pasaba ese día se sentiría como una imbécil ingenua y no quería darle el gusto a Kunikida de nada.

Solo dijo un muy educado buenos días a todos y se sentó en su escritorio para realizar su trabajo, actuó como lo hace con todos, excepto con Kunikida a quien solo le dirige las palabras necesarias. Tal vez cuando esté en el baño o de vuelta en su apartamento llamará a ese número nuevamente.

—Atsushi, necesito que vengas un momento -le pidió el presidente.

Se mostró confundida por un momento porque nunca la había llamado personalmente, fue rápidamente cerrando la puerta detrás suyo.

—¿Me necesita para algo presidente?

—Esta mañana llegó una solicitud de vigilancia de una sede de reunión de pandillas, ya llevas un tiempo aquí así que creo que ya estás capacitada para atender un caso sola -le informó entregándole un expediente.

Teniendo la carpeta en la mano revisó de manera parcial los papeles donde tenían algunas declaraciones de testigos, algunas fotografías de personas sospechosas saliendo de varías bodegas, algunas fotografías individuales de algunos sujetos, la petición policial para finalmente parar en la petición gubernamental.

—Será el primer caso de nivel medio en el que trabajes sola, es lejos y puede tomarte unos pocos días así que si tienes dificultades no dudes en llamar a Dazai o a cualquiera de nosotros -le dijo el presidente.

Atsushi se sentía nerviosa, pero también estaba de lo más feliz. Finalmente iba tener un caso sola, una oportunidad de avanzar como detective, luchó por reprimir la sonrisa que se avecinaba en su rostro.

—Le prometo que no le fallaré presidente -le dijo tratando de ocultar la emoción en su voz.

—Sé que no lo harás -le aseguró el presidente de manera tranquila.

Atsushi salió de oficina del presidente ocultando su sonrisa detrás del expediente, caminó a donde estaban sus demás compañeros trabajando. Recogió sus cosas, así como también fue un mueble con el equipo de vigilancia de la agencia, cámaras de video y fotografía.

—Oye Atsushi-chan, ¿Qué te dijo el presidente? -le preguntó Tanizaki al ver a Atsushi algo feliz.

—Pues resulta que... finalmente me van a dejar hacer un encargo sola -no pudo evitar que la emoción se notara en su voz.

Tanizaki mostró una sonrisa y puede decirse que también se emocionó.

—Eso es grandioso Atsushi, de verdad que me alegro por ti -la felicitó.

Que le den un encargo solitario a algún miembro de la agencia es algo muy importante ya que eso indica que están ganando más experiencia en el área de trabajo.

—Me va a llevar unos cuantos días, pero creo que estaré bien -dijo pasando de la emoción al nerviosismo.

—Pero estoy más que seguro que te irá muy bien -la tranquilizó Tanizaki -pero a nosotros nos toca la peor parte porque Dazai no dejará de hacer drama de que su pequeña ya está creciendo y a Kunikida gritando cuando te vayas.

Atsushi hizo una mueca ante la mención de su otro mentor, todavía no se hablaban después del incidente de ayer y no se atrevía a dar el primer paso porque estaba segura que volverían a pelear.

—Realmente no quiero decirle que me voy por unos días.

—Pero tendrás que hacerlo porque sabes que será peor si se entera de que te vas por varios días por el presidente -le aconsejó Tanizaki.

Love me like you do || Shin SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora