Life Eternal (Dee x T/n) Metal Family

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Cuándo uno ve a otra persona irse de su país natal nunca piensa que tan mal la puede pasar, siempre piensa en lo bueno que le espera armando su vida en otro lugar, lo vi siempre de esa manera, despedirme de mis amigos en un aeropuerto era triste por un momento, siempre esperé lo mejor para ellos.
Pero nunca pensé en algo triste para ellos, ni hablar de esperarlo. Nunca pensé que se sentiría irse sin despedirse, nunca pensé que fuera algo duro de pasar.
Normalmente uno lo imagina como un nuevo comienzo, pero cuando se vive, no se puede explicar la cantidad de miedos, la cantidad de tristeza que da esa despedida, la sensación de que se van a olvidar de vos, que tu mejor amiga, mejor amigo o simplemente cualquier persona de tu entorno un año despues no recuerde ni tu nombre, ni que hacían cuando estabas ahí aún.
Es tan triste tratar de explicar lo que estoy sintiendo ahora, subiendo unas escaleras para llegar a mi vuelo, teniendo en mis manos nada más que una simple mochila que me acompañe en el avión. El hecho de saber que no va a haber nadie que llore conmigo minutos antes de irme, el hecho de haberme despedido de mi vida en vía de un teléfono se siente tan irreal. Siempre imaginé las despedidas como las que uno se encuentra en las películas, nunca una tan vacía, nunca un chau tan corto, nunca sin un abrazo, por mas corto que fuese.
T/m: ___!! Despabila nena, querés ir en el lado de la ventana o del otro? Para que cambiemos de lugar, si querés.
__: Perdón, no te escuché, creo que el de la ventana mejor- No esperé a recibir respuesta y volví a ponerme los auriculares, dejé que las canciones de los redonditos de ricota volvieran a inundar mi pensamiento y seguimos caminando.
Durante el vuelo no hice mas que leer y cer por la ventana el vacío paisaje azul del cielo, no vot a negar que no recibir mensajes de nadie me hizo sentir un poco mal, pero no le di mucha importancia, quizás después hablaría con alguien.
Llegamos y el clima frio de Rusia hizo que se erizara mi piel y mi nariz se pusiera de color, nunca me gustó que mi nariz se coloreara tan rápido, mi cara pasa a ser la de un duende navideño.
Buscamos las maletas y mientras yo buscaba una campera mis padres buscaban un taxi, fue difícil, pero al encontrar uno subimos y mi papá le dijo la dirección, y llegamos sin percances.
Mi nueva casa contrastaba mucho con el lado derecho de la misma, puesto a que había una casa peculiarmente oscura.
Debo admitir que aunque no me agrade estar en otro lugar, la casa era pintoresca y mi habitación era hermosa, tenía una gran ventana del lado derecho que daba justo hacia la ventana de los vecinos y una cama en el medio del lugar, acompañada por una mesa de noche en cada lado y un espejo enfrente, encontraba allí un rincón para cada una de mis pertenencias.
Pasé toda la tarde acomodando la habitación para luego quedarme profundamente dormida.