Canciones Moshang

Shameless

Esta aquí en lugar de Shen, su no mejor amigo. Aunque pudo haber dicho que no, esta aquí porque ¿Cuántas veces el hermano pepino no le evitó estar en momentos tan desagradables en su vida, por su estúpido trabajo? Muchas, más de las que puede contar.

Si bien, Shen no se lo pidió directamente, si fue considerado en darle una indirecta muy directa, a lo cual él se ofreció en su lugar.

Así que, ahí estaba siendo escoltado por un grupo de guerreras, espléndidas con ropa no apta para el maldito invierno pero sin mostrar signos de hipotermia.

Porque ellas son de aquí, perfectamente adaptadas al clima. Piensa mientras se frota los brazos para generar calor a través de su grandiosa chamarra térmica, suéter, dos camisas de manga larga y una sport, además de su bufanda, guantes y gorro, y por supuesto 4 cubrebocas porque si el frío es brutal, respirarlo también. Y apesar de todo puede ver el vaho cada vez que exhala.

Finalmente las mujeres se detienen y las puertas pesadas de hielo se abren, una de ellas le pone la mano en la espalda y lo empuja sutilmente para que camine. Otra deja sus pertenencias sin cuidado a su lado y Qinghua llora internamente porque su equipo no se dañe.
Comienzan hablar con un hombre viejo que asiente ante lo dicho por ellas y él claro que no entiende nada porque no es un políglota de lenguas muertas. Y no tiene un maravilloso no novio como el hermano pepino que le haga de traductor.
Una de ellas le extiende la mano mirándolo fijamente y él le pasa el otro papelito. El número 5. El hermano pepino le dio un cuaderno con instrucciones enúmeradas en las hojas ya que como iría solo, nadie podría traducirle absolutamente nada, en cambio todo estaría resuelto a través de las explicaciones detalladas escritas por Binghe y dictadas por el hermano pepino.

El papelito voló de sus manos tan pronto arranco la hoja. Este fue entregada al viejo que luego de leer lo observó de pies a cabeza e hizo una mueca. Le dio instrucciones a las mujeres y se retiraron. El salón era frío, y estaba tenuemente iluminado por un fuego de puro azul. El viejo dijo algo que le sonó a una especie de presentación y se retiró.
De momento la zona más oscura del salón se fue iluminando de a poco.  Había un enorme trono y sentado en él a un hombre majestuoso, con una presencia que imponía indiscutiblemente.
De pronto tenía ganas de arrodillarse y pedir clemencia por su vida.
El hombre le hizo una clara seña de que se acercara.

Con las piernas temblorosas camino hasta que una clara señal para detenerse fue dada por el rey o por lo menos eso le indicaba la corona en su cabeza. Rápidamente arranco la otra hoja, la 6 y haciendo una reverencia la alzó. El rey le permitió acercarse para obtener la hoja porque claramente no se iba a levantar.

Leyó detenidamente y asintió, extendió la mano hacia Qinghua y este algo sorprendido arranco la siguiente hoja. Estando así unos minutos. El rey lo observó con mucho cuidado. De arriba a bajo, cuando se levantó y se cercó a Qinghua, los latidos de su corazón aumentaron aún más. Así de cerca era más impresionante. Le dijo algo que no entendió y se perdió en ese azul eléctrico de sus ojos. Una luz azul salió de su mano empapando por completo a Qinghua.
Aquella luz se hizo más azul y el rey pareció sorprendido unos instantes antes de recobrar el sentido. Bajo la mano y aquella energía azul desapareció. Entonces un leve toque en la frente de aquel dedo helado, sintió como se dibujaba un símbolo en su frente y luego un ligero ardor.

—¿Ahora lo entiende? — pronunció el rey

—¿Entender que? ¿Que fue lo que me hiciste? ¿Porque me dolió...

Se callo abruptamente y el rey pudo ver el proceso de su invitado de un shock, mientras tomaba asiento de nuevo.

—Me parece que si, entendiste mi pregunta.

—¡Yo puedo entender lo que dices ahora!— dijo increíblemente sorprendido Qinghua

—Brillante

Qinghua notó el sarcasmo en esa gélida voz.