Saki Saki

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En el reino de clan Mo, se seguían las tradiciones casi al pie de la letra.

Mo Bei Jun sabía que no todo era coherente, no planeaba ser otro más dentro de la historia Mo.

Hizo algunos cambios en sus leyes.

Como los concubinos varones.

Hoy era la celebración de su nueva conquista, en otro territorio más.
Ante él se exhibían bellezas de todo tipo, pero él no estaba interesado.

Cómo "regalo" de su mejor subordinada Sha Hualing, había tratado de no tener la "expresión" vacía.

Ella le había sonreído traviesa mientras daba una señal de que empezara la música.

Los humanos músicos comenzaron rápidamente no queriendo la furia de la demonia.

Inmediatamente Mo Bei Jun se irritó.
Pero esa irritación no duró mucho cuando observó que alguien se acercaba bailando con un traje exquisito en joyas y de color rojo.

Creyendo en un principio que era una mujer, Shan Hualing lo leyó rápidamente y negó.

-¿Quién mejor que yo sabría tus gustos?- dijo detrás de él - Un joven también puede tener esos encantos

La voz burlona la dejo pasar.

Sí, era un joven hermoso quien bailaba, ya lo había notado una vez que estuvo más cerca.

Se movía con gracia y seducción al ritmo de la música que le dejo de parecer ruidosa.
Movía las caderas como si lo invitara a posar sus garras en él.

Rápidamente le abrieron un espacio en el centro de la sala elegante y se apropió del lugar como si fuera suyo, convirtiendolo en su escenario.

No podía perder la figura de un lado a otro, estaba fascinado.

Mo Bei Jun trago duro y apretó con fuerza el trono cuando el joven subió hasta él acercándose más, ahora podía escuchar el tintineo de las joyas.

Lo recorrió de pies a cabeza mientras esté tenía el rostro medio tapado de los ojos hacia abajo.

Enigmático pensó.

Un cuerpo flexible capaz de moverse así.
Un calor su subiendo por su cuerpo.
El joven se acercó mucho más hasta estar en el espacio del rey pero este ni se inmuto.
Moviéndose con sensualidad pero rítmico se fue acercando más quedando hechizado por esos ojos azules.

Ojos azules que lo miraban con fascinación y deseo.
Pupilas dilatadas igual que las de él, sin que lo supiera.

La atmósfera cambio por completo.
¿En qué momento? Nadie lo sabía pero cada sirviente o noble demonio lo sabía muy bien.
Incluso para alguien tan descarada como Sha Hualing, se había sentido un poco cohibida ante eso.

Y es que aunque aquel joven seguía bailando, su baile era mucho más íntimo.
Cómo si de repente no hubiera nadie más en la habitación que el propio el rey, a quién le bailaba, moviéndose con más delicadeza.

La tensión en el cuerpo del rey demonio era mortal sobre su trono. Quería tocarlo, sentir la suavidad de esa piel cálida, quería esos ojos claros sobre los suyos cada segundo, quería probar la elasticidad de su cuerpo.

Cuando él joven se dió la vuelta moviendo las caderas, Mo Bei Jun trago más fuerte al ver el trasero de corazón del joven.

Lentamente el joven se iba alejando mientras bailaba y parecía "volver al escenario".

Pero ya no lo iba a permitir el rey.

Levantándose rápidamente del trono, tomo la cintura con brusquedad al joven que jadeo al sentir aquellas manos frías sobre él.
Tomándolo en sus brazos salió solo dando un asentamiento a Sha Hualing.

Canciones MoshangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora