IV

129 9 1
                                    

POV OMNISCIENTE:

Betsabé llegó pasada de la una, muy mal, lo que no esperaba era ver a Henry acostado en el sillón dormido, sonrió un poco limpiándose las mejillas y sintiéndose preparada lo movió un poco. El rubio se removió muy fuerte y cayó de golpe al piso, la rubia, por su parte, hizo una mueca al oír el quejido de su falso prometido.    

Poco a poco se fue levantándose hasta estar de pie, frunció el ceño al ver a su prometida y al verla con los ojos rojos temió por ella, su aspecto tampoco era el mejor, se veía cansada y hasta podría decirse deprimida.

 —Henry....¿estas bien? —preguntó ella en un tono bajo, su voz se oía rasposa, tal vez por haber llorado en silencio por horas. Se agachó un poco y estiró la mano para ayudar a Henry a ponerse de pie. 

—si, si, gracias. Te estaba esperando, estaba preocupado porque no agarrabas el teléfono y no llegabas —admitió avergonzado y Betsabé se sintió mal por ello, pero no quería hablar con nadie en ese momento se sentía demasiado mal.

   —lo siento, estaba ocupada —se excuso y estaba por subir las escaleras, pero la mano de Henry la detuvo.

—espera, Betsabé, quiero llevarme bien contigo, nuestro contrato no terminará hasta dentro de cuatro años, en serio quiero llevar la fiesta en paz —el rubio bajó la mirada y eso hizo sentir mal a la chica, quién se planteó la idea, pero aun estaba insegura sobre ello.

—Lo entiendo, Hen, pero tienes que entender que es difícil para mi, a penas te conozco ¿un día? yo quiero lo mismo, pero aun no te conozco —algo insegura se acercó hasta Henry y besó su mejilla y sin mas se retiró del lugar.





La rubia gruñó cuando su alarma comenzó a sonar muy fuerte, luego de apagarlo se levantó y fue hacia el baño, estaba sumamente cansada, pero no había de otra, tenia un día algo ocupado y no podía darse el lujo de faltar a clases.

Tras ducharse y arreglarse, llegó su momento favorito...elegir su atuendo del día, a veces era estresante, pero le gustaba elegir ella misma. Una blusa de tirantes, una falda a cuadros, una chaqueta jean y botas blancas, su cabello en ondas y maquillaje cargado por su mala noche y tras media hora ya estaba lista para irse.

Bajó tomando su mochila, aún le quedaba tiempo por lo que podía prepararse algo, lo que encontró abajo le dio una gran sorpresa, Henry bebía café sentado y su nana estaba poniendo en otro plato tocino, pan y huevos junto a un vaso de jugo de naranja.

—Buenos días, Beth ¿Cómo amaneciste? —preguntó con una radiante sonrisa, ella aun  seguía en shock por todo, normalmente jamás encontraba a sus padres para desayunar, almorzar o incluso cenar, jamás los veía, pero con Henry todo era nuevo y eso le agradaba, el rubio empezaba a caerle bien por aquel pequeño acto, por mas pequeñito que sea.

—Buenos días, Hen, muy bien, gracias por preguntar  —murmuró  y le brindó una sonrisa. 

—siéntate, tesoro —la anciana casi obligó a la rubia a desayunar, ya que no estaba costumbrada a ello, pero al probar la comida de la mujer sus ojos azules brillaron cual zafiro totalmente emocionada por el delicioso sabor.

—Te llevare, apresúrate  —informó Henry y Betsabé solo asintió en respuesta.





el lujoso auto de Henry se estacionó frente a la escuela y ni bien bajó fue a abrirle la puerta a su prometida, aún debía ver lo del anillo, el rubio quería que fuera especial. Cuando la rubia bajó, solo sonrió suavemente, todos veían y lo señalaban emocionados ¿Quién no conocía a Henry Hart? y bueno, la pregunta mas importante ¿Qué hacia Henry Hart con Betsabé Jones?

Antes de que la rubia se vaya, Henry le dió un leve jalón para acercarla a él, la rubia se quedó mirándolo ¿Qué diablos hacia Henry? el chico ni lo pensó cuando ya había estrellado sus labios con Betsabé quien no tuvo de otra que corresponder. Miles de cámaras los rodearon para tomarles fotos y todos se encontraban emocionados por eso, Henry había dado a conocer su relación.

alguien carraspeó y alejó a los periodistas de los dos jóvenes, uno sonreía y la otra quería que lo tragara la tierra, eso rogaba al ver quien era la persona que la veía con seriedad.  

 —Señorita Jones, a mi oficina  —ordenó el hombre cruzado de brazos, Henry sonrió nervioso y besó la mejilla de la rubia para luego huir de ahí.

oh no, estaba en problemas y encima Henry la había dejado sola para su regaño.

casada a la fuerza ━━━━━━━━Henry Hart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora