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El pequeño aventurero avanzó por el colorido paisaje, el tiempo apremiaba y si no alcanzaba a llegar podría perderlo todo. Persiguiendo el objetivo, evadió las trampas mortales y al mismo tiempo se cuidaba de aquellos que querían verlo caer.
Claro, lo que menos esperaba era que él sería su peor enemigo, cuando saltó antes de tiempo y cayó al vacío.
—¡Nooooo! ¡Este malparido jueputa...!
—¿Qué fue?
—Se cayó el wey. Lo regresaron al principio.
—Si querés llorar, llorá che. ¿Dónde te caíste?
—En las weas que se balancean. Justo donde vai tú.

El grupo retomó la concentración en la carrera de obstáculos virtual, abriéndose paso entre los demás competidores.
—Hey Col, aún te puedes recuperar —comentó México, mientras su personaje brincaba entre las plataformas—. Nomás no saltes a lo pendejo.
—¿De qué habla marico? Usté se lanzó contras las aspas en la carrera anterior.
—¡Fue un error de cálculo!
—¡Pues es la misma vaina!
—Dale, seguí peleando. ¡Nos vemos en la meta, boludos!

Desde su escritorio, el peliblanco sonrió malicioso y movió el joystick en otra dirección, accionando comandos.
—¡Agh! ¡Dejen pasar o les saco la cresta! —escuchó a la chilena, mientras veía a su personaje rebasar por poco al del argentino.
—Complicada esta parte, che. Tenés poco espacio y está resbaladizo.
El personaje de México alcanzó por fin al del albiceleste, jalándolo por la espalda.
—¡Arge, tengo miedo!
—¿Qué querés? ¡Soltame!
—¡Arge por favor! ¡Abrázame, abrázame muy fuerte!
—¡Andate a la mierda!

Podían escucharse las risas del resto del grupo mientras la competencia continuaba; los demás jugadores, incluyendo a Colombia, pasaron de largo al par de personajes que forcejeaba entre sí, uno manteniendo el agarre a toda costa y el otro luchando por liberarse.
—¡Ay no me dejeeees!
—¡Trolo que sos! ¡Moriremos por tu culpa!
—¡Argeeeee...!
—¡¡Soltame, estúpida!!

Y lo soltó.
O más bien se soltaron, cuando cayeron al vacío. Eso hizo que el albiceleste barbotara toda clase de creativas maldiciones mientras el tricolor reía con más ganas, contagiando a los demás.
Desde su habitación, Chile alzó el control con una gran sonrisa cuando cruzó la meta, clasificándose para la siguiente ronda.
—¡Llegué, tomen eso! Perú, ¿dónde tai?
—¿Mm? Crucé desde hace rato pe.
—¿Cómo? ¡Ni te vi weona!
—Exacto~
—Clasifiqué, señoritas. Nada mal para haberme caído primero.

La competencia se cerró, pues el último jugador había cruzado la meta. Hubo silencio entre los cinco, perturbado por la risa ahogada del mexicano, quien apenas podía controlarse.
—... ¿A-Arge? ¡Pfft...!
—¡Cerrá el orto! ¡¡No quiero volver a ver tu fea cara!!
—Ya cielito, no te enojes~
—¡Muy tarde! ¡Me chupa un huevo si a la próxima necesitás ayuda! ¡Te morís solo!
—¡Qué rencoroso eres!
—¡Sos un traidor! ¡Te ofrezco mi amistad y me escupís en la cara!
—¡Rencoroso y dramático a la verga!

Los otros tres rieron ante el intercambio entre ambos, pues era evidente que no podrían participar en la siguiente ronda.
Pasaron un rato más jugando en línea, divirtiéndose y relajándose después de tanta presión; se sentía como en los primeros años de la carrera, como si el tiempo se hubiera detenido. O al menos fue así hasta que Colombia hizo notar la hora que era y se excusó con que tenía planes al día siguiente; tras su desconexión entre lapsos de minutos Chile y Argentina se retiraron por igual, quedando Perú y México, quien aguardaba en el menú de una pista.
—¿Una última carrerita?
—Ya pe. Si insistes en que te humille...
—¡Ja! En 5 minutos, me ofrecerás disculpas.

Los respectivos vehículos arrancaron de la línea de salida e iniciaron el trayecto entre los obstáculos; la concentración de ambos era tal, que pocas veces hablaron durante el recorrido pero fue hasta la vuelta final que intentaron distraer al otro con temas de conversación.
—Entonces, ¿dos exámenes más y terminas?
—Una exposición.
—¿Y ya estudiaste? ¡Agh, esta curva...!
—Ya repasé, lo demás es improvisar. ¡Adiosiiiin Perú!~
—¡Ven acá oe, aún no termino contigo!
—¡Eso si me alcanzas! Tú ya acabaste ¿no?
—Ngh... Me falta entregar un proyecto con Ecuador.
—Bien, ya sólo quedará la graduación... ¡Ay carajo, me derrapo!
—¡Ja! ¡Chaufas!
—Ahorita te alcanzo, vas a ver... Hey... ¿tú irás?
—¿A la meta?, por supuesto. Te veo ahí.
—No, no. A la fiesta.

Tu Lugar | MexperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora