Capítulo 4

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—¿Quién puede decirme cuál es el valor normal de glóbulos rojos en sangre? — el profesor de clínica se movía de un lado a otro mirando con atención a aquel que quisiera lanzarse a la pileta para responder su pregunta, pasaron unos largos segundos sin que se escuchara ni una palabra en el salón, solo podía se podía oir los pasos del doctor quién empezaba a inquietarse ante tal silencio, era una pregunta sencilla, la mitad debería saberla a esta altura del cursado, pero en realidad lo que pasaba era que su mirada intimidaba a todo el mundo, cómo si al posar sus ojos en algún estudiante este sintiera como lo empujaba hacia el suelo, se hacía diminuto y se volvía una miseria, la miseria más grande del mundo.

—Depende doctor.

Todos nos giramos impresionados en busca de quién había sido el valiente que fue capaz de responder, al fondo, en la última fila de banquitos había un chico, nunca lo había visto, imaginé que tal vez nunca tomó las clases del profesor Taemin ya que hubiera preferido estar muerto antes que contestarle. 

—Excelente respuesta—. Mi mirada probablemente y al igual que los demás debe haber sido una pintura, expecificamente "El último día de Pompeya". Pero esto era aún peor que ver un volcán explotar y hacer desaparecer una ciudad, esto era como el fin del mundo, la peor de las calumnias había aparecido en nuestra clase, la respuesta del profesor probablemente era la más ciníca que había visto en mi vida. —Igual de brillante que su madre, ¿Taehyung verdad?. 

El chico asintió, el resto seguíamos en nuestro cuadro de destrucción, solo que tal cual lo expresaba la pintura, nos quedamos allí, a medio camino, porque esa simple respuesta parecía la más adecuada para la situación. 

—Creo que podemos dejarlo aquí, dejaré en la pizarra del pasillo principal un caso clínico, el que quiera puede resolverlo, me lo entrega y vemos si merece un punto extra, hasta luego chicos.

Las ojeras del profesor parecían estar al borde de dejar su rostro y caer hacia el suelo junto con toda sus ganas de existir, en cualquier momento sentía que podría desplomarse en donde viera más conveniente. 

Guardé mis cosas y me dirigí hacia la salida, me puse los auriculares para evitar terminar como el doctor, antes de salir miré con curiosidad al chico nuevo, se encontraba rodeado de nuestros compañeros, una pandilla de interesados, curiosos por descubrir quien era la famosa doctora que le había dado la vida, se veía bastante incomodo siendo acosado por todos los médicos en potencia. Moví mi vista hacia la del profesor, que miraba con la misma preocupación al pobre chico acorralado en su aciente.

—Quieren dejar respirar al chico nuevo, por favor. 

El profesor alsó la voz y todos salieron disparados hacia fuera del aula, me reí al vez como el chico nuevo suspiraba y le agradecía al doctor que lo haya ayudado a escapar. Me reí y me designé a caminar hacia el bar de la facultad, aún faltaban un par de clases para terminar la jornada y necesitaba comer algo. 

Llegué al mostrador del bar y miré ansiosa toda la comida allí, los dulces eran mi debilidad pero tenía que hacer dieta, observé toda una pila de fruta, respiré hondo y no se como logré ignorar toda la comida chatarra y elegí comer una manzana y un jugo de naranja, puse todo en una bandeja y caminé en busca de alguna mesa que esté vacía, lejos del resto, encontré una a un lado de la ventana y me senté, corté la manzana en lonjas y comencé a comer, no estaba tan mal como esperaba así que pude olvidar por completo esas donas que segundos atrás hicieron rugir mi estomago.

—Hola, disculpa ¿puedo sentarme?— era el chico nuevo — pasa que ya no hay más lugares y veo que estás sola.

Asentí, resignada, no podía estar sola ni un minuto. 

I want a little love (Kim Taehyung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora