Anna se encontraba tendida sobre la arena, ya había terminado de limpiar un pequeño sector de la playa muy lejos de las casas y de la gente en general, había cerrado los ojos para escuchar con claridad todos los ruidos de las olas, escuchaba los pajaros en la lejanía, el ruído de sus alas golpear con el viento, escuchaba el murmullo del agua como si esta estuviera encima suyo, como si las olas fueran a estar a punto de colisionar con ella y arrastrarla hasta el mar profundo, el miedo apareció de repente, alertandola, se sentó de golpe y miró a su alrededor, no había nada además de la pálida arena, podía divisar un par de niños correr en circulos no muy lejos de ella, pero nada que pudiera arremeter contra su integridad.
Volvió a acostarse, esta vez más atenta a sus cercanías, cerró los ojos nuevamente y otra vez la invadió la paz, sentía como todos sus músculos se relajaban, por un momento se sentía lejos de allí, en alguna otra dimensión donde solo hay arena, mar y la soledad que tanto amaba como compañía.
—Este es un lugar muy tranquilo, pero no se que tan seguro sea quedarse dormida.
Anna abrió los ojos para buscar el origen de esa voz, movió su cabeza hacia un lado y pudo ver al chico nuevo sentarse a su lado.
Arrugó la nariz, pero volvió a cerrar los ojos, ignorandolo.
—Eres muy callada, hasta para tener sexo— volvió a observarlo.
¿Acaso se había acercado a ella para hablar de lo que había visto en la biblioteca? ¿cuánto tiempo había estado allí, viéndola? ¿la iba a delatar? poco le importaba, cerró nuevamente los ojos y siguió en lo suyo, está vez lista para ignorar cualquier palabra que saliera de su boca, este era su momento de tranquilidad y nadie iba a perturbarlo.
Para su suerte el futuro médico no volvió a emitir ni un solo ruído, pero aún sentía su presencia, no le molestaba que este a su lado, pero le parecía raro que se hubiera quedado allí a pesar de su malas vibras.
Escuchaba como suspiraba a su lado, parecía estar descargando algo que le pesaba en su interior, por un momento quiso indagar sobre sus lamentos pero no quería romper su aura de paz que tanto le había costado conseguir.
—Eres distinta a los demás, al resto de nuestros compañeros, fuiste la única que no se acercó a saber de mi, no es que me moleste, solo que es algo extraño para mi, suelo llamar la atención de todos a donde voy.
Aquello si le produjo una ciera molesta, ¿este chico se creía una celebridad? ¿era una estrella de rock de esas que tanto le gustaban? no, entonces, ¿qué le pasaba?, era obvio que quería un poco de atención y ella iba a dársela pero a su manera.
—Me importan tres hectareas de mierda lo que tu seas o de donde vengas, yo no estoy aquí para hacer amigos y hablar de tu artista favorito que toca este fín de semana, si quieres ese tipo de persona ve a por uno de esos imbéciles que sobran en la universidad, porque yo ni siquiera voy a darte un gramo de atención.
Levantó sus cosas y tomó rumbo a su casa, indignada.
Taehyung por su parte no pudo aguantar la risa, pensó que tal vez no sería tan malo cursar en ese lugar después de todo.
✩。:*•.───── ❁Anna ❁ ─────.•*:。✩
Pero que se pensaba este tipo, acaso tenía que hablarle solo porque de dónde el venía era conocido, me hubiera gustado ahogarlo entre las olas para no volver a ver su estupida cara, pero sería muy raro que una futura médica quiera matar en vez de salvar vidas.
Aúnque podría pensarlo.
Aún caminando volví mi vista hacia el mar, encontrandome con su mirada y una sonrisa burlona acompañandola, sentía como el aire se juntaba en mis pulmones y comenzaba a resoplar cuál toro antes de llevarse puesta una prenda roja. Y es que este chico en dos segundos me hizo ver todos los colores de la furia. Seguí caminando, tratando de disipar la ira que carcomía mis tejidos, tenía tantas ganas de volver y hacer esconder esa sonrisa en los más profundo de su ser, pero me estaba conteniendo.
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I want a little love (Kim Taehyung)
Fiksi PenggemarAnna no conocía ni quería conocer el mundo del amor, aquellos lejanos sentimientos que aún no había experimentado eran siempre el tema de conversación entre sus amistades. El problema es que siempre había alguien que terminaba llorando y ella no que...