3. Sentimientos

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[1 de noviembre 1755]

En Puebla de los Ángeles, era un hermosa noche de luna llena, todo era tranquilidad y paz, excepto la casona de los Villavicencio, pues estaba pasando muchas muertes por cierto Nahual en el cuerpo de la cocinera de la casona.

La Nahuala estaba por empezar el ritual para tener vida eterna usando tres niñas inocentes, mientras la Nahuala estaba ocupada con su ritual, entre las sombras estaba cierto entidad maligna que miraba la escena, pero el ni le importaba nada, ya que confiaba que cualquier plan que hacía siempre iba a la chingada, y esto no fue la excepción, los brujos indígenas con un padre entre ellos llegaron para detenerla, aunque era tarde para las dos niñas, cuándo iba a matar a la última, logro defenderse y quitar el medallón para liberar a su amigas y lograr desterrar a la Nahuala.

-'Je, esa estúpida fue derrotada por una simple chamaca'- Pensó el Charro Negro antes de convertirse en sombra y salir de la casona, y ver como el grupo indígena junto con el padre cerraba la entrada de la casona y algunos indígenas checaba a los sobrevivieron al masacre mientras un niño lloraba y rogaba que quería ver a su madre. Sin importancia de la escena, llamo a su caballo y se fue de ahí, para cobrar los tratos de los ambiciosos.

[1 de noviembre 1799]

El Charro Negro volvía a su hacienda con almas, al llegar puso la esencia en el aparato de destilación, cuando giro para ver los cuadros de sus antecedentes se sorprendió que había un nuevo cuadro después del suyo, y decidió ver quien seria el siguiente Charro Negro.

Su búsqueda llegó a estacionar nuevamente a Puebla de los Ángeles y fue en un callejón donde llegó a una panadería, llamada Pan San Juan, se cambio ligeramente su apariencia por un hombre de unos 20 años de edad de piel morena con cuerpo fornido, conservaba su cabello rebelde de color negro, ojos cafés oscuro, vestía de una camisa color gris oscuro, pantalón café oscuro y botas negras.

Entró a la panadería, quien fue recibido por una señora mayor de 50 años de edad, piel ligeramente morena, ojos cafés, cabello ondulado recogido de color castaño con algunas canas, vestía de un vestido color rosa con un chal amarillo, quien el Charro lo reconoció como la chamaca que se enfrentó a la Nahuala.

-Buenas noches, que le podemos ofrecer- Dijo Toñita amable al hombre sin sospechar algo malo.

-Buenas noches, quisiera unos diez bolillos y dos de dulce, por favor- Dijo el Charro de manera "amable", Toñita iba a atender hasta que un hombre alrededor de 25 años, de piel también ligeramente morena, cabello café oscuro, casi similar a un color negro, barba rasurada, ojos café oscuro, vestía de un traje casi formal y con botas negras llego a estar a lado de esa mujer.

-Mamá, ve a descansar, yo atenderé por esta noche- Dijo el señor que llego.

-Pero hijo- Dijo Toñita a su hijo de nombre Eliseo

-Tranquila mamá, me encanta viajar, pero prefiero quedarme, para ayudarte y estar con mis hijos- Dijo Eliseo -Además ya esta muuuy mayor para que sigas trabajando y es mejor que descanse, je je- Dijo con un tono de burla, pero a su mamá no le agrado eso, y con molestia pellizco a su hijo que este recibía por un quejido de dolor mientras sobaba el brazo en la zona donde lo pellizco.

Segunda Oportunidad {Charrleo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora