The Boy Next Door ; TaeHo [CANCELADA]

O4 ; Soltame, fan

Un pie en esa prisión disfrazada de futuro prometedor y la amargura invadió cada fibra de mi cuerpo.
Y si, ya sé que generalmente a los adolescentes nos pasa a todos igual y que no estoy diciendo nada excepcional y ñiñiñiñiñi, ¡Pero les juro que el sentimiento es muchísimo más profundo! Principalmente por dos cosas:

1- Tendría que ver a Jiung, quien más o menos es el causante de que tuviese que socializar con Keeho ayer... fua, que raro decirle por su nombre y no como el seudónimo.

2- Literalmente lo dice arriba; ¡Socialicé con Yoon Keeho! Y si ya de por sí era un pesado de mierda, no me quiero imaginar ahora. Dios se apiade de mi aunque sea una vez en mi vida y me tire un centro.

Ah, respira Taeyang, que te van a salir arrugas, canas y vas a terminar pareciendo la nana mágica, y no queremos eso claramente...

—Che, ¿Estás bien? —me sobresalté al escuchar tan de repente una voz a mi lado.

—¡Jiung! ¡Por la mierda, casi me da algo! —exclamé—. ¿Cuánto tiempo llevas ahí? —interrogué, luego de ignorar exitosamente sus risas.

—Desde antes de que llegases, solo que por alguna razón no me viste o escuchaste —me respondió.

—Ah sí, perdón, no está en mi lista de "prioridades del día" el prestarte atención —expliqué, recordando lo que me venía quejando—. Un segundo, ¡Yo a vos te voy a matar! ¡Por culpa tuya y de que arreglaste con el mierda pisada tobogán de piojos de mi hermano para salir yo tuve que ir solín solito a la casa de los vecinos y fumarme toda la noche al nuevo! —me quejé, apoyando mi dedo índice sobre su pecho.

—¿Cuál nuevo? —me preguntó, ignorando súbitamente mis quejas. Seguramente ya está acostumbrado a estas después de tantos años de amistad.

—El de la verdulería, no sabes —dije, sarcástico—. ¡El nuevo de nuestro curso, si sos tarado! —respondí.

—Ahh, ese nuevo. La verdad es que no le he visto nada raro, se ve copado de hecho —me contradijo.

—Te puedo decir que no, es un grano en el culo —le aseguré.

—Como vos para mi.

—¡Esto es en serio, Jiung! No quiero tener nada que ver con él —volví a asegurar, cruzándome de brazos.

Inhalé profundamente y me giré, quedando de costado. Dejé caer mi cabeza para que mi frente quedase apoyada sobre la puerta del casillero y solté el aire.

—¿Qué haces? —me preguntó.

—Viendo si sería mejor que me cremen o me entierren dentro de un ataúd luego de matarme —contesté, mirándolo de reojo.