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- ¿Listo? - consultó un Alfa polaco, parado frente a la puerta. Pablo asintió.

- Totalmente, aunque creo que la pediste muy temprano, Robert - Gavi habló entre bostezos, mostrando claramente la falta de sueño en su rostro. La noche había sido larga y agotadora para él, y la hora temprana no ayudaba a su estado de fatiga.

- Así es mejor, Gavi, evitamos algunos problemas que podrían pasar -.

Cerca de su auto, Robert abrió la puerta para el Omega, un gesto que, aunque en parte era para elevar su ego, también expresaba el deseo de proteger y cuidar a Pablo durante este momento.

- Pero tengo sueño, el cachorro tampoco está muy contento de estar despierto a estas horas - Mencionó cuando el mayor ya estaba a su lado - Tu papi está siendo un tonto con nosotros ¿Verdad? - La expresión de Robert fue de un total desagradado, en cambio, su Alfa saltaba de lado a lado.

Robert hacía todo lo posible por sentir la misma emoción que Gavi. Una parte de él quería compartir la alegría y la anticipación que emanaban de Pablo, pero a pesar de sus esfuerzos, eso se le hacía sumamente difícil. No podía ver a esa criatura que estaba en camino con los mismos ojos que tenía cuando su exesposa estuvo en cinta de sus cachorras.

Tal vez era porque desde hacía no mucho tiempo tenía un lazo roto en su vida, un lazo que aún sangraba en su interior. La falta de sus hijas era una herida que no cicatrizaba con facilidad. Cada día, cada momento, era una lucha interna para llenar el vacío que habían dejado. La sombra de la pérdida dificultaba que pudiera sentir plenamente la alegría de la futura paternidad.

- ¿Tienes frío? - Consultó cuando notó a Pablo con una chaqueta parecida a la que usaban en el Barça.

- No mucho, pero quiero que nuestro cachorro esté calentito ahí dentro - La cara de Gavi se mostró contenta. El menor podría jurar que por unos segundos vio una diminuta sonrisa por parte de Lewandowski, difícil de comprobarlo.

Robert había movido cielo, mar y tierra para que nadie se pudiera enterar lo más mínimo de su situación, por suerte la clínica a la que iban ya tenía casos similares como el de ellos, no sería difícil agregar uno más a su lista de famosos en cinta. Cuando recibió esa respuesta por parte de ellos comenzó a buscar a otros futbolistas que tengan cachorros, sabía de Leo Messi y Ochoa, un total de seis cachorros en su familia, parecía mucho, pero había unos sujetos que les ganaban por uno más, Sergio Ramos y Luka Modric tenían siete pequeños, Lewandowski se preguntó en qué momento estuvieron en cancha, todos esos niños eran nueve meses menos para jugar, un tiempo demasiado extenso en su opinión.

De reojo vio al Omega, el chico tenía las manos sobre su todavía plano vientre, una imagen de Gavi con tal vez unos 6 meses tapó su mente, se veía igual de lindo que siempre, solo que su vientre lo delataba.

- ¿Qué te pasa? - Preguntó feliz el dueño de sus pensamientos.

- ¿De qué hablas? - Gavi hizo unas señas con sus manos para mostrar todo el auto.

- Tu aroma está por todo el auto y eso significa que estás muy alegre ¿En qué estabas pensando? -.

Cahorro, cahorro, cachorro.

- Estaba recordando el nacimiento de mis cachorras, fue lindo - Mintió, no del todo, pero lo hizo.

- Eso es tierno, espero que en el nacimiento de la pequeña lenteja estés igual de feliz - El dulce olor del pequeño se mezcló con el suyo por todo el interior.

- No te hagas ilusiones Gavi - Por un momento el tono de Lewandowski se escuchaba más serio.

- ¿Qué? - El cambio tan rápido en el mayor lo asustó.

NUESTRO //Lewandowski x Gavi //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora