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- No estoy listo - Dijo el Omega con nerviosismo mientras le colocaban el impecable traje blanco que había seleccionado con tanto esmero.

- Gavi, no seas ridículo. Solo quedan unas horas para el gran momento - Respondió Pedri con un tono para calmar a su mejor amigo Omega.

Dentro de la habitación había una bonita vibra gracias a la presencia de todos los amigos de Pablo, así como la hermana y la madre del Omega. Mientras tanto, el padre de Gavi se encontraba unos pisos más abajo, en una conversación larga con Robert, entregándole un sinfín de consejos sobre cómo cuidar adecuadamente a su "pequeño cachorro".

Pablo se veía en el espejo una y otra vez, sintiendo una mezcla de emoción y nervios. Cada detalle de su atuendo estaba elegido al milímetro para el gran día, pero aún así, no podía evitar cuestionarse. ¿Y si a Robert no le gustaba su elección? Esa idea rondaba su cabeza, haciéndolo dudar sobre si estaba a la altura de lo que su pareja esperaba.

Y eso no era todo, la boda en la playa, con todos sus amigos, familiares e incluso los compañeros futbolistas, lo ponía más tenso. ¿Y si nadie más compartía su gusto por el traje? Se imaginaba sentirse como un pato fuera del agua frente a todos, y eso le generaba una ansiedad tremenda.

Mientras seguía ajustándose la corbata, sentía el corazón latir con fuerza, casi como si estuviera reflejando sus propias inseguridades. Quería agradar a todo el mundo, especialmente a Robert, pero el miedo a decepcionar a quienes más quería se mezclaba con la ilusión de un día que supuestamente debía ser de pura felicidad y amor.

Una voz alegre y chillona resonó detrás de Pablo, sacándolo de sus pensamientos. Se giró para encontrarse con la adorada figura de su cachorro, que corría hacia él con energía desbordante.

- Te ves guapo - Dijo la voz chillona. Pablo sonrió al reconocerla al instante.

- Tú también estás hermoso, bebé - Respondió Pablo mientras recogía en brazos a su pequeño hijo y le dejaba un beso cariñoso en la frente.

Aunque esa boda era la unión entre Robert Lewandowski y Pablo Gavira, el verdadero centro de atención era su diminuto hijo que llevaba ambos apellidos. Nicola Jared Lewandowski Gavira era la estrella indiscutible, el foco de todas las miradas y la razón por la que todos querían tener una foto con él, cargarlo o simplemente saludarlo. El aire festivo y alegría de la boda parecían multiplicarse cada vez que el cachorro aparecía en escena, robando corazones y atrayendo sonrisas por doquier.

Nicola estaba a punto de cumplir sus tres añitos y eso la tenía algo preocupado. Imaginarse a su bebé convertido en un adolescente lo ponía nervioso. Se preguntaba cómo sería su hijo en el futuro.

- Te amo, mi pequeña lenteja - Expresó Pablo con cariño.

- Yo también, mami - Respondió Nicola con una sonrisa, y Pablo con una risa cariñosa lo dejó en el suelo.

- Es hora del maquillaje - Anunció la maquilladora profesional que habían contratado, invitando a Pablo a tomar asiento para comenzar su trabajo.

- Voy a ver a papi - Dijo Nicola antes de esperar una respuesta, y salió corriendo por el hotel en busca de su padre.

Mientras subía en el ascensor, las puertas se abrieron y fue sorprendido por un hombre con una sonrisa contagiosa que lo levantó en sus brazos.

- Hey, hallo, Süßer. Ich bin Onkel Thomas, erinnerst du dich an mich? "Ey, hola guapetón. Soy el tío Thomas, ¿te acuerdas de mí?" - Nicola se quedó mirando al hombre, sin entender ni papa de lo que decía.

- Hola - dijo con una sonrisa, aunque no tenía ni idea de quién era ese tipo.

- Ich bring dich zu deinem Papa "Voy a llevarte donde está tu papá" - Thomas Müller cargó al futuro jugador del Bayern en brazos y se encaminó hacia donde estaba Robert. Nicola, con sus ojos enormes y llenos de curiosidad, miraba a su alrededor con fascinación. Mientras iban hacia Robert, Thomas intentaba hablar con el niño, mencionando lo increible que sería tenerlo en su equipo.

NUESTRO //Lewandowski x Gavi //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora