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A la mañana siguiente, Jimin estaba regresando de la universidad en la camioneta del señor Jeon, el cual de vez en cuando le preguntaba como estaba, no le hablaba en casi todo el camino, por lo que el pelirrubio solo se limitaba a colocarse sus preciados audífonos y escuchar música con tranquilidad.

Tranquilidad... algo que Jimin solo lograba tener en una ocasión, cuando la música retumbaba en un salón de danza y su cuerpo fluía. Manteniendo los ojos cerrados todo el camino, imaginaba su cuerpo moverse a través de las nubes, justo en lo más alto, así le hacía sentir la danza, y sobre todo cuando tenía a Aurora cantando en sus orejas, paz, sí, eso pensaba.

Pero como todas las cosas, nada es para siempre. A penas llegó a su casa tenía a su padre en la puerta de esta, con un par de maletas al lado, al parecer esperando a su madre. Así mismo bajó de la camioneta y se acercó a ellos, bajando sus audífonos a sus hombros en el camino.

-Tan pronto se van? - mencionó Jimin, ganando solo una mirada se su padre, este entró a la casa no sin antes decirle que quería hablar con él.

Así lo hizo, Jimin subió hasta la oficina del señor Park, y a penas entró se encontró con otra figura de otro hombre el cual miró de pies a cabeza sin entender muy bien quien era, podría deducir que era la persona que contrató su padre para cuidarlo, sin embargo, la persona que tenía al frente se veía mucho más joven de lo que creía que sería su guardaespaldas, aunque tenía buen porte, se detuvo a observar su rostro con detenimiento, tenía una mirada neutra hacia él, y en cuanto sus ojos oscuros chocaron con los de Jimin, este ultimo miró a su padre esperando una explicación.

El señor Park tomó asiento invitando a su hijo y a su invitado a tomar asiento, este ultimo hizo caso, Jimin por otro lado se quedó parado donde estaba, observando a su padre.

-El es Jeon Jungkook, sobrino de Jeon Kihyung, él me recomendó a su hijo ya que tiene un buen curriculum, de hecho es todo lo que busco para que pueda protegerte Jimin, espero puedas entenderlo- habló con total serenidad, como si no supiera que Jimin estaba más que enojado con todo eso.

Y no, Jimin no lo entendía. No entendía por qué tanta protección, por qué sus padres no hablaban de cosas de trabajo frente a él o por qué nunca le dijeron a que se dedicaba. Jimin vivía ahí y era parte de la familia, pero no sabía nada, nunca supo nada, sabía que eran sus padres, pero al fin y al cabo, eran simples desconocidos que llevaban su apellido y lo mantenían hasta el sol de hoy, y por más que el rubio mencionara que podía trabajar e independizarse, jamás lo dejarían.

-Te dije que no lo necesito- habló con calma esta vez, sintiendo un pequeño nudo en su garganta.

No pudo hacer más cuando sentía unas horribles ganas de llorar, así que lo primero que hizo fue salir de la oficina, sabiendo que no había vuelta atrás, que toda su vida sería así, que su padre controlaría cada uno de sus movimientos sin explicación alguna.
Fue a su habitación, y sentó en la alfombra justo al lado de su cama.

Minutos después, la verdad desconocía cuanto tiempo había pasado ahí. La puerta fue tocada ligeramente, y Jimin sabía que era nana, ella siempre tocaba.

-Puedes pasar- se limitó a decir girando su cabeza hacia la puerta.

Nana entró con una leve sonrisa y una bandeja en su mano.

-Hice tu comida favorita, no puedes rechazar este delicioso Gimbap, también te hice sopa- se acercó hasta el más pequeño, colocando la bandeja justo frente de él.

-Ya se fueron?- fue lo primero que preguntó, aún mirando a la señora frente a él, a lo cual nana asintió levemente.

-Ellos...tienen muchos problemas con el negocio mimi, no te pido que los entiendas y hagas lo que ellos quieran- un suspiro salió de los labios de la señora- Espera un poco ¿si? Come, debes cuidar tu salud.

Jimin se limitó a asentir para así agarrar los palillos. – Gracias nana.

La mencionada solo asintió con la cabeza para así salir de la habitación del rubio, dejándolo comer solo.

El sonido de su celular hizo que saliera de sus pensamientos, observando los mensajes de sus amigos, sonrió de manera leve para así contestar y levantarse agarrando la bandeja. Fue hasta la cocina dejando sus platos aun con algo de comida y agradecerle a nana.

Divisó al hombre que su padre había dejado, para así acercarse a él.

-Iré a la cafetería ahora- al observar la mirada que el más alto le daba, tragó saliva ligeramente.- Llévame...por favor- dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta.

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HOLAAA!!
Seguiré subiendo más partes por el resto del día, espero les guste!
besos en la cola.

Minder  [KOOKMIN AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora