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La puerta del baño nuevamente fue tocada con total brusquedad, justo en ese momento, Jimin abrió la puerta viendo a Jungkook totalmente distinto a como había estado hace minutos.

Sus ojos mostraban total preocupación y eso a Jimin no le gustaba para nada.

-Tenemos que irnos. - el mayor de ambos tomó la mano ajena empleando algo de fuerza. Jimin por primera vez, se quedó en silencio e hizo lo que Jungkook dijo.

Una vez en el auto, el pelinegro aceleró de inmediato. Jimin estaba observando por todos lados ¿Acaso los estaban siguiendo? ¿Qué sucedió en el restaurante? ¿Por qué Jungkook parecía fuera de sí totalmente?

-Dame tu celular.- la voz del contrario sacó de sus pensamientos a Jimin el cual negó con la cabeza totalmente confundido.- No es un puto juego, Jimin, dame el celular ya, por favor.

Al escuchar el tono desesperado de su guardaespaldas, Jimin le dio el celular. No pasaron ni dos segundos cuando Jungkook aventó este por la ventana con mucha fuerza, para asegurarse que este se rompa por completo. El rubio soltó un grito ahogado al ver tal escena.

- ¡Qué sucede contigo!?- gritó totalmente enojado.

Jungkook se limitó a decir algo, siguió manejando a toda velocidad, pasándose luz roja tras luz roja, no le importaba nada en ese momento, nada a excepción de Jimin.
El auto fue cuadrado de manera pésima justo afuera de la mansión Park, ambos jóvenes salieron a paso apresurado.

Después de que Jungkook se asegurara que toda la mansión estaba totalmente vacía, se detuvo abruptamente por Jimin, que lo empujó ligeramente en el pecho.

-Tenemos que irnos, mete en una mochila lo que sea necesario.- nuevamente habló  el más alto, pero sus palabras se quedaron en el aire cuando vio a Jimin tomando un arma, apuntándole.

-Basta de órdenes. - Jungkook observó a Jimin con atención, totalmente confundido. - ¿Los encontraron? ¿Quiénes vienen por mí?

- ¿Qué? – por primera vez, Jungkook habló en un tono bajo. Jimin gritó.

- ¡Dime! Sabía que ellos no eran sólo padres sobreprotectores, encontré mis papeles de adopción el día que se fueron- Jimin se contenía y Jungkook lo sabía, sabía que no jalaría del gatillo, quería respuestas.

-Te diré todo Jimin. - Jungkook caminó hacia el chico que poco a poco iba bajando el arma, mientras que sus lágrimas ya se encontraban rodando por sus mejillas. -Lo haré cuando estés a salvo, pequeño, baja eso.

Jimin dejó caer el arma al mismo tiempo que caía sentado en el suelo, llorando desconsoladamente. Automáticamente Jungkook se acercó a él, abrazándolo, acariciando su cabeza y besando la misma, sin poder aguantar las grandes ganas que tenía de cuidar de su pequeño con todo su ser.

Justo en ese momento, Jungkook se había dado cuenta de dos cosas, uno, quería cuidar a Jimin así su vida dependiera de ello, dos, se había enamorado del rubio.

La mirada de Jimin se dirigió a la de Jungkook, este ultimo pasó su pulgar por sus mejillas, secando sus lagrimas con cuidado, acunó su rostro con suavidad para así unir sus labios en un beso corto. Sus frentes se mantuvieron unidas unos segundos.

-No me dejes, por favor- la voz de Jimin salió de manera casi inaudible.

-Nunca. - los labios tibios de Jungkook se posaron en la frente de Jimin. - Debemos irnos ahora.

Después de ese momento las cosas pasaron con total rapidez, ambos tenían las cosas necesarias para irse de la mansión, según la información que había recibido Jungkook, debía irse lo más lejos posible, y pensó de manera automática en su casa de Busan.

Jimin se acomodó en su asiento, colocándose el cinturón, lanzando su mochila hacia atrás, metió su mano en su bolsillo para así sacar otro teléfono, de hecho, el teléfono que usaba para todo, sin rastreador.



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hasta mañana!!

🌙

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Minder  [KOOKMIN AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora