¿Q U I É N I M A G I N A R Í A...

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Naín.

—¿Y ahora cómo rayos me acerco a ella? —me digo.

Tiene una masa de gente alrededor suyo: desde los de primer año hasta los de último, chicas y chicos. Y ni hablar de su hermano. Ambos están completamente rodeados desde su llegada hace dos días. El único momento en que puedo decirles hola es durante clases.

—Justo por eso no nos metemos con los de nuestra escuela.—puntua, culpandome de cierta manera.

Miro a Kensie con una ceja arqueda:
—Eso no es cierto. No nos metemos con los de nuestra escuela porque vamos a salir quemados al pasar por cada culo que vemos.

Baja la cabeza ocultando una risa. Seguro recuerda el par de veces que nos cacharon nuestros "ex" saliendo con su amigo —que por supuesto nosotros no sabíamos eso—, y una de ellas nos cambiamos de escuela ya que nos tachaban de lo peor del mundo.

Vamos, en la secundaria había un grupito de amigas que eran las ex novias (y la novia) de un mismo sujeto. Todas hermosas, claro, y el tipo un asco tanto física como mentalmente.

Ah, pero los malos fuimos nosotros... Bueno, fui yo y Kensie salió salpicada por ser mi tapadera.

Eso fue a los catorce creo, casi no salíamos con los de nuestra escuela, mucho menos la misma clase, y desde esa vez nos alejamos de los compañeros.

—¿Y si vamos a investigar a los universitarios de la ciudad vecina? — ofrece, sacando su celular y husmeando en la pagina de la uni—. De todas formas mi ex-ligue se cambió.

—Esperemos unos días más, la fiebre de gemelos bajará cuando se acostumbren a su presencia.

—¿¡Tú crees que nos harán caso, si todo el mundo se los quiere cog... —le tapo la boca con mis dos manos. Los gemelos miran hacia nosotros unos segundos ocultando una risa.

—Hoy no tomó sus medicamentos, disculpen... — me levanto sin soltarla y la arrastro pasando al lado de Casandra, Yami,un amigo un grado menor que apenas comenzó a seguirnos el paso y empujando a varios alumnos desconocidos— ¡Quítense!

La suelto una vez llegamos al patio. Ella jadea y se coloca en cuclillas recobrando la respiración por el alboroto y las patadas que estaba dando mientras era sacada.

—¡No podía respirar!

Ah, entonces era por eso.

—No me fijé, tu naríz es tan pequeñita que no se siente. —me tiro al pasto sin molestarme en buscar un sombra.

Cierro los ojos y coloco las manos en la nuca para darme un poquito de comodidad.

Espero no caer en mierda de perro otra vez.

—Ñaña ñaña ñañaaa.— arremeda con ojos biscos— ¿Qué hacemos? Nos hemos vuelto feos.

—Fea tú. Yo gané la corona como el rey de la primavera. — sonrío. Siento la cabeza de Kensie recargarse en mi estómago.

—Sí, en la primaria, cuando tus padres pagaron la construcción de un nuevo salón, ¿ya lo olvidaste?

Una risa se me escapa, el peso de la cabeza de Kensie me es incómodo en estos momentos.

Que quede claro, yo pagué parte de esa construcción. Fui el niño del bote. Llené varios mientras paseaba de un lado a otro con mi linda foto pegada a él... y mentí un poco.

¿Qué tan malo fue decir que ocupaba el dinero para arreglar mi mandíbula y andar con la cara chueca durante un par de horas al día?

—Fue doloroso —masajeo mi quijada, los primeros días me entumecía y ya no encontraba cómo volver a ser un niño bonito.

Ah, pero al menos tengo una buena historia que contar a mis hijos y nietos.

—¿Qué clase sigue? —pregunto.

—Deporte para ti, práctica para mí — se endereza —. Por cierto, Letsi está un poco rara conmigo desde hace unos días. Creo que está por sacarme del equipo.

Tante su espalda hasta llegar a un mechón de su cabello el cual jalo dejandolo nuevamente en mi abdomen.

—¿Qué hiciste? Aparte de caerte aquel día, reprobar francés y también la hora del almuerzo —gira su cabeza hacia mis costillas y yo me quejo — ¿Por qué eres tan agresiva conmigo?

—Dame respuestas no problemas ¿de acuerdo?

Abro los ojos de golpe al escuchar una risitas extrañas no muy lejos de nosotros. Miro a Kensie quien, como casi siempre, está con sus rodillas dobladas con esa chiqui-falda del colegio.

Uso mis brazos para enderezar parte de mi cuerpo, encuentro a varios tipos: tres del equipo de futbol (tiene los jugadores más asquerosos que pueden existir) y dos del club de teatro.

Arquedo una ceja en dirección de los primeros, ellos hacen una seña asquerosa con su boca y se alejan riendo, los otros se hacen los tontos con unos papeles.

Respira profundo, no merezco ir a la dirección.

—Vamos a cambiarnos. —me levanto y la ayudo a colocarse de pie.

—Traigo el uniforme debajo de este — comienza a abrir los botones de la camisa, rapidamente la sujeto de la parte superior.

—Aquí no. — la abotono nuevamente, ella protesta—. Aquí no, dije. Hay muchos zopilotes en busca de carne.

—¿Alguno sexy? — voltea hacia todos lados con una sonrisa divertida.

Le hago una seña con la cabeza. Paso a propósito cerca de los tipos de teatro, ellos bajan aun más la cabeza como si quisieran meterla bajo tierra.

—Solo hay vírgenes, y aparte, feos.

Pasa la lengua por sus dientes, ese gesto y su mirada entre divertida e intensa los puedo traducir para ustedes.

O no sé, ¿será que cuento ese secreto?

...

Ay, no se enojen jajaja tardé un montón. Yo sé, yo sé.

Soy una irresponsable y grosera, pero hey, ¿cuántos otros chicos de wattpad se tardan en actualizar?

Muy bien, es una mala excusa, prometo que si noto que los votos van parejos y veo que sí gusta esta historia pondré mucho más empeño.

Nos leemos. ❤️✨

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2023 ⏰

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Álbum de los corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora