Capitulo 1

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La gente dice que los cambios siempre son buenos. Al principio fue muy dificil adaptarse a la nueva vida en aquel lugar, pero después de conocer a Liam todo -por un tiempo- pareció ponerse en orden, como si mi vida fuera una pequeña balanza, que al quitarle peso se desequilibra, pero al llegar él a mi vida, pareció haberle regresado el peso faltante. En fin, fue dificil, porque yo era una chica muy anticuada y, para mi parecer, nada atractiva. Liam llegó en un momento muy adecuado, rescatandome de malos momentos, e incluso de mi misma.

*** 

 Al abrir los ojos el sabado por la mañana, lo primero que vi fueron las cajas sin desempacar frente al closet. Me levanté sin ganas, y caminé hasta el baño, agradezco que me tocara una habitación con baño propio. A mis 16, casi 17 años de edad, me miré al espejo sintiendome como una niña aun rencorosa con mis padres por traerme hasta aqui. La casa era enorme y muy hermosa, era de 2 pisos, 5 habitaciones, 3 baños y medio, y una cocina totalmente espaciosa y equipada. Al entrar lo primero que veias eran las escaleras de madera, por fuera era de color beige y por dentro, tenía un tono amarillo neutro. Si, era muy hermosa, pero no era lo mio, claramente extrañaba todo de mi vida pasada. Llevaba 2 dias ahi y practicamente odiaba ese lugar. El Lunes entraría a la escuela sin saber nada; sin conocer a nadie.

-¡Samanta!.- me sobresalté al escuchar el grito de mi madre. Corrí hasta la puerta de mi habitación y la abrí, sin salir de ella, me asomé. 

-¡¿Qué?!.- grité alargando la voz desde mi habitación. 

-¡El desayuno ya esta listo, ya baja!.- gritó desde la cocina. Bufé.

Tome una liga y me amarré el cabello en una coleta larga y castaña. Salí de la habitación y baje las escaleras casi corriendo. El delicioso aroma de los waffles con miel inundo mis fosas nasales, mmm... mi desayuno favorito; mi madre sabía como consentirme.

Entré a la cocina y me senté en la mesa junto a mi hermana, Melissa. Mi madre se giró sobre sus talones, también se veía molesta. Puso frente a mi, un plato con 3 waffles. 

-Despiertas tarde, no has comido desde que llegamos... bien, veo que sigues molesta.- dijo reprendiendome con su dedo índice.- Pero tu actitud no hará que regresemos, está es y será nuestra nueva casa.- noté que su rostro comenzaba a suavizarse.- Cariño, ayudanos en esto... tu padre hace lo mejor por nosotras...- bajé la cabeza, tenia razón. Jamas le habia dado problemas a mis padres.

-Lo se mamá, lo siento. Es sólo que... no es facil para mi. Todo esto es... mucho para mi.- tomó mi mano. 

-Lo se cariño, pero lo lograremos juntas.- me sonrió y yo le correspondí.

-Sam, ¿ya viste al vecino? Está que arde.- dijo Melissa dandose aire con la mano. 

-Melissa Mippe.- exclamó mi madre.- ese chico es muy grande para ti. Además eres una señorita, no debes hablar de esa forma tan vulgar.- dijo dandonos la espalda mientras secaba los trastes limpios.

Melissa me miró y puso los ojos en blanco, haciendome reir. 

-Mel, ¿cuántos años tiene?.- dije mientras comía un pedazo de waffle. 

-Se ve de unos 18; 19 tal vez.- abrí los ojos como platos. 

-Pero si tu tienes 15 Melissa... 

-Ay, no será para mi boba.- la miré sin comprender.- tú podrás conquistarlo.- rei sarcasticamente, pasando un dedo por el plato. 

-Samanta, deja de limpiar el plato con los dedos, y Melissa, basta...- las dos nos miramos complices y comenzamos a reir encandolasamente. Hasta que mi madre se nos unió después. 

Criminal ~TERMINADA~ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora