Hopes of survival

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Narrador:

Era de día, era la primera semana de desaparición de Finney y los primeros dos días de Megan. Los dos estaban luchando contra el hambre que sentían, al igual que el frío, el hombre no se dignaba a traerles comida y cuando lo hacía, era un solo plato con muy poca porción, esto los estaba llevando a la desnutrición.

— Me duele el estómago - Habló la chica.

— A mi también, pero no hay nada que podamos hacer.

— Y si subimos? Me desmayare si no como algo.

Él hizo una mueca - No lo sé, puede que sea peligroso.

La chica, sin escuchar a Finney, se acercaba a la puerta, acto interrumpido por el sonido del viejo teléfono.

— Qué no se supone que no funciona? - Preguntó Megan.

Finney tomó el teléfono y lo llevó a su oído.

— No vayan a subir - Habló una voz átona al otro lado de la línea, parecía ser de un chico de su misma edad.

— Qué hay arriba? - Preguntó Finney, Megan hacia gestos de confusión, mientras trataba de que el chico le dijera quién hablaba.

— Es una trampa...

— Dame el maldito teléfono - Susurro Megan, a lo que su amigo le hizo caso — Quién eres?

— Ya no me acuerdo...

— Por qué? De dónde llamas?

— No suban las...escaleras.

— Qué está haciendo?

— Te espera... - Dijo para después cortar de golpe la llamada, la chica colgó el teléfono y miro a el chico, con cara de susto.

— Qué te dijo?

— Que no subieramos... Creo que tiene razón, Finney.

— Y ahora que haremos?

— Esperar que ese idiota tenga una pizca de piedad y nos traiga comida, de lo contrario, tendremos que morir de hambre en un sótano incomunicado, con un psicópata y un teléfono raro. Ay, como amo mi vida - Burló sangrientamente.

— No recordaba lo sarcástica que eras.

La chica se quedó en silencio. Mientras tanto, arriba estaba el hermano del hombre, investigando dónde podría estar el hogar del raptor, dónde estarían Griffin, Billy, Vance, Bruce, Finney y Megan, sin imaginar que los dos últimos están debajo de él, en el sótano de la casa y los otros cuatro, en la casa de enfrente, sin vida.

Denver se convirtió en una ciudad temerosa, nunca había sido muy segura que digamos, pero no tan peligrosa como ahora. La policía cada vez tenía más dolores de cabeza, no habían resuelto ni una sola desaparición de las seis acontecidas y Gwen no tenía sueños que los ayudarán esta vez.

Los padres de Megan estaban debastados, su madre ya no portaba la elegancia de antes, dejó de arreglarse y ahora ya ni siquiera sale de casa y su padre...bueno, volvió a fumar. Robin y Donna están igual, o tal vez peor, Donna perdió al chico que le gustaba y a su mejor amiga, al igual que Robin. Los dos no tienen tan buena comunicación, pero se tuvieron que unir para dar con el paradero de sus amigos y exigirle a la policía una explicación, aunque siempre obtenían la misma respuesta.

— No hay novedades - Decía el detective Miller a los dos jovencillos.

— Cómo que "No hay novedades" no sabe acaso hacer su trabajo? Debería darle vergüenza! - Habló Donna.

— Lo que pasa es que ustedes son unos policías de mierda! - Exclamó el chico, con Donna tratando de detenerlo para que no se abalanzara sobre el sujeto.

— Pues no tenemos nada más que decirles, lamentamos decepcionar su jóven mente. - Los sacaron de la pequeña oficina, sin tomarlos enserio una vez más.

— Son unos imbéciles - Reclamó Robin, sentado en suelo al lado de la puerta de la oficina.

— Ya verás que los encontraremos.

— Lo haremos, pero si no nos damos prisa, me da miedo cómo lo haremos.

— A qué te refieres?

— En qué estado los encontraremos. - Dijo para después levantarse y salir por la puerta, abandonando a la chica, tratando de pensar que lo que dijo no pasará.

𝐌𝐘 𝐀𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐍𝐎 || 𝑹𝒐𝒃𝒊𝒏 𝑨𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora