Do justice

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Narrador Omnisciente:

Era la mañana del 3 de diciembre de 1978, Finney despertó con el rayo de sol que ahora inundaba su rostro, se sentó con las fuerzas que le quedaban sobre el y supo que tenía que hacer algo si no quería ser otra víctima más. Pensó en todas las llamadas que había recibido anteriormente y su cerebro funcionó después de tanto tiempo, tenía una idea! Comenzó a colocar cosas, la ventana, de la que anteriormente había caído, en el hoyo que cabo, el cable que encontró gracias a Billy lo ató como pudo en una pared y lo más importante, el teléfono, corto el cable y planeó utilizarlo como arma llenándolo de tierra.

— Si esto falla, será mi fin, pero si funciona, podré hacer justicia por Megan y los otros niños - Pensaba.

El chico espero un prolongado tiempo a que el sujeto cruzara esa puerta, hasta que por fin, lo hizo, pero esperen... No era él, era alguien más.

— No lo puedo creer - Habló el hombre.

— Por favor! Ayuda! Tienes que llamar a mi padre u hermana!

— Tranquilo, no está aquí, está trabajando, solo-solo, calmate - Dijo-Quieres saber la historia de cómo te encontré?

— No, no, no-Hablaba Finney mientras veía a el raptor, detrás de el pobre hombre, con una hacha, (creo que no es necesario describir el acto siguiente), el chico grito al ver esto, era catástrofe, el hombre cayó al suelo y su cabeza sangraba, sin duda; algo traumante de ver para cualquiera.

— Ves lo qué hice por tí? Maté a mi hermano por tí! - Exclamó con voz ronca.

— No, no fue por mí-Yo - Tartamudeaba.

—Él era un idiota - Volteo a verlo- pero era mi idiota... Perdoname Max, tendré que enterrarte con los otros - Dijo mientras le quitaba el hacha.

Por otra parte, Gwen iba apresurada en su bicicleta, camino a la casa que sus sueños le indicaron, miraba para todos lados, pero no la encontraba, hasta que miró al frente y los niños desaparecidos aparecieron, ella soltó un grito y cayó al suelo, ahí se dio cuenta que... Era esa casa! Apenas podía creerlo, encontraría a su hermano! Tomó rápidamente la bicicleta y se dirigió a casa. Una vez ahí, llamó al detective y todo se puso en marcha.

Patrullas comenzaron a llegar al frente de la casa, los policías entraron, la casa estaba despejada y perdían las esperanzas de que esa fuera la casa de este asesino.

Mientras; Finney miraba desafiante a su raptor, al hombre que le quitó la libertad al igual que la de muchos otros niños.

— Normalmente, uso un cuchillo pero... Tú eres especial Finney, voy a tomarme mi tiempo, quiero que esto enserio te duela - Habló para después llamar a su perro, quien no tardó en bajar al lugar, lo ató a un lado de él y miró a Finney, estaba listo para acabar con su joven vida, tomó de nuevo la arma, quiso intentar clavarsela al chico, pero no lo logró, él tomó el cable y lo forzó, haciendo que le sujeto cayera a él hueco, donde se torcería el pie con la ventana bajo él.

El chico tomó el teléfono y comenzó a golpearlo con una fuerza que apenas pudo controlar, pensó en todo lo que lo enfurece, su padre, el ser un fracaso, la muerte de su madre y en Megan, tenía que hacerle justicia. El momento comenzó a subir de nivel, el tipo quiso ahorcarlo, pero no lo logró ya que el chico le quitó la máscara, logró salir de ahí y volverlo a golpear, hasta que tomó una decisión, lo ahorcaria con el cable de el teléfono, sí, eso haría.
Mientras lo hacía, el viejo teléfono comenzó a sonar.

— Es para tí - Habló Finney con voz gutural.

— Bienvenido a la pesadilla que va a acabar con tu enferma vida, no te queda mucho tiempo, hoy es tu gran día! Su brazo impresiona! - Fueron las palabras que salieron de la otra línea. El chico no espero más y terminó de ahorcar al sujeto de un tirón. Levantó la mirada y vio al perro, que comenzaba a ladrar. Tomó un pedazo de carne que estaba en la nevera en la que Vance le aconsejo abrir y se la lanzó, esto le permitió salir de ahí ileso, subió las escaleras con un sentimiento de gloria, ya no era el niñito miedoso al que raptaron en un inicio.

Abrió la puerta y miró todo el desastre que estaba afuera, patrullas por todos lados, ambulancias, pero aún lado, estaban Gwen, Robin y Donna,  quienes corrieron a abrazarlo en cuanto lo vieron y él apenas podía procesar lo que estaba pasando. Pasaron un par de minutos, todos estaban sentados en la parte posterior de una ambulancia, hasta que los policías salieron de la casa de enfrente con una chica, Robin fue el primero en parcatarse de esto, ellos la dejaron en el jardín de aquella casa, él miró esos ojos verdes inconfundibles y supo de quien se trataba. Corrió lo más rápido que pudo hasta allá y dijo:

— Megan! — Le dio un fuerte y cálido abrazo, la chica se quejó un poco por las heridas que aún no sanaban. Todos al confirmar que se trataba de ella, fueron rápidamente al lugar, recibiendo abrazos que sacaron llantos de los jóvenes chicos, la escena era conmovedora para todos los presentes ahí.

— No habías muerto? - Preguntó Finney mientras secaba las lágrimas de sus ojos.

— No lo sé, pasé varios días en un lugar muy bonito y podía observar a todos, eso era lo peor. Hasta que un día me caí y desperté de golpe, estaba entre un montón de tierra y el olor era... Horrible, apestaba.

Los padres de los chicos le abrieron los brazos a sus hijos, hace tanto no los veían y no sabían si seguían con vida, pero en ese momento todas sus dudas se habían ido, ellos estaban con vida, pero no estaban bien de salud, ojeras rodeaban sus ojos y las costillas salían de su joven cuerpo.


Los medios de comunicación no tardaron en llegar a la escena, entrevistando a los policías y detectives, al igual que a los niños rescatados. El jefe de policía se encontraba ahora dando un discurso sobre la resolución del caso después de dos largos años de búsqueda.

— La pesadilla de nuestra ciudad ha llegado a un final agridulce con el rescate de los niños Finney Blake y Megan Jacobson, los sobrevivientes de esta catástrofe. Ellos presentan desnutrición y deshidratacion, por lo que serán atendidos en el hospital de la ciudad. Por otra parte, encontramos 4 cuerpos que creemos son los niños perdidos en la zona, aquí les dejo con los detectives que resolvieron el caso.

— Gracias, el raptor tenía dos casas, una, donde mantenía a las víctimas vivas, y la otra, en donde los enterraba, post mortem.

La ciudad tomó color de nuevo, los niños volvieron a las calles y todo fue mejorando, Denver volvió a tener chispa y felicidad brotando por doquier, con la muerte de este criminal y los niños rescatados, la pesadilla había terminado y las fiestas descembrinas estaban a la vuelta de la esquina, que más podían pedir?

𝐌𝐘 𝐀𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐍𝐎 || 𝑹𝒐𝒃𝒊𝒏 𝑨𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora