Kiara Carrera, una kook desde que tiene memoria, odia las injusticias, y en su ambiente de kook siempre hay injusticias por lo que ella siempre ha deseado ser una pouge ¿Qué pasará cuando conozca a JJ? Un chico pouge cuyo padre lo maltrata y lo meti...
Me despierto a las 9 de la mañana, no tengo idea de por qué tan temprano, pero una vez que despierto no puedo volver a dormir, por lo que me levanto y me pongo esto.
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Bajo las escaleras intentando no hacer ruido, pues el ojiazul duerme abajo.
Voy a la sala a ver que si JJ sigue ahí, y ahí estaba, durmiendo plácidamente tal y cómo lo hacía cuando me fui.
Voy a la cocina a hacer unas tostadas con huevo, mientras preparo café. Una vez que tengo todo listo me acerco a JJ para poder despertarlo.
–JJ.—Digo en un susurro mientras lo muevo suavemente para que despierte.
–Mhm.—Dice aún con los ojos cerrados.
–El desayuno está listo.—Digo un poco más fuerte que antes.
–¿Qué hora es?—Dice mientras abre los ojos.
–Son las 9:30 de la mañana, ven a comer.—Digo mientras me levanto.
JJ se levanta con su pelo todo despeinado y se sienta para tomar desayuno.
–Gracias Kiara, en serio, esto está muy rico.—Me dice mientras tiene la mitad de la tostada en la boca.
No puedo evitar sonreír al verlo así.
–¿Tus papás saben que te quedaste en mi casa? Podrían preocuparse.—Le digo pero me arrepiento al instante al ver como se tensa en la silla.
–Uhm, bueno, mamá se fue cuando yo era pequeño y papá casi nunca está, y cuando está, no anda en sus 5 sentidos, dudo mucho que alguien alguna vez note mi ausencia además de mis amigos.—Me dice con tristeza en la voz.
–JJ...lo siento mucho, de verdad, no lo sabía, yo...
–Kiara, está bien no lo sabías, no pasa nada. Ahora disfrutemos de este desayuno que está riquísimo.—Me dice para comerse la otra mitad de la tostada.
–Kie, dime Kie.—Le comento al ojiazul pero nos interrumpe el timbre.–Yo voy, tú disfruta el desayuno.—Le digo a JJ mientras me levanto y le guiño un ojo, a lo que él lanza una carcajada.
Abro la puerta y me siento incómoda al instante.
–¿Kie, podemos hablar?—Me dice Rafe entrando a mi casa como si nada.—Mira lo siento por todo, la verdad es que te extraño y lamento lo que hice.
–Rafe, no hagas esto.—Le digo enojada, mientras que lanzo una sonrisa sarcástica
–¿Hacer qué?¿Vas a decir que no me extrañas como yo te extraño a ti?—Me dice acercándose a mi.
–Exacto, no te extraño, ¿acaso tengo que recordarte por qué terminamos?—Digo mientras me alejo y elevo la voz.
–Realmente es una estupidez por lo que terminamos.—Dice elevando aún más la voz.
