Capítulo 3

46 22 0
                                    

Llegué al campus justo a tiempo, no pude dormir bien anoche por lo que sucedió con Dawson

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Llegué al campus justo a tiempo, no pude dormir bien anoche por lo que sucedió con Dawson.

Tal vez mire mal cuando voltee, tal vez escuché mal cuando lo dijo.

Pero sabía que él iba a actuar de manera normal hoy.

¿Como lo sabía?

Estaba coqueteando con una de las chicas, justo cuando bajo de su auto.

Estúpido, Dawson.

Era un problema total.

Lo sabía ese día que lo conocí.

Era cuarto grado de secundaria, cuando él llegó. Todo el mundo quedó asombrado por ser tan reluciente, o tal vez era porque tenía un auto que combinaba con sus zapatos.

Los rumores corrieron rápido por la escuela, qué el corría carreras callejeras.

No lo vi venir, cuando él se sentó adelante de mi en clases.

—ese chico tiene estilo.

Susurran, yo solo quería concentrarme en arma el cubo de Rubik.

Escuché la silla crujir al moverse, y entonces sabía que, estaba en su punto de mirada.

Me encontré con unos ojos azules con toques verdes que no se percibían a simple vista.

Toda cayó al abismo cuando me habló.

—¿Qué estás haciendo?

—intento armarlo.

—¿Eres buena?

—qué, ¿Armando?

—no, destrozando.

Yo misma había descubierto su sarcasmo.

Su cabello algo despeinado por las tantas veces que se lo agarraba, su forma de vestir era diferente a los demás, algo de crédito para los rumores que se expanden.

—mi récord es de 40 segundos. —menciono.

—sorprendente.

—¿De verdad?

—No.

Su actitud de chico malo y relajado era complicado para mí. En este momento, me podría estar arrepintiendo de hablar con él, pero no lo hacía, nisiquiera me iba.

—Yo también soy bueno en esas cosas. —señala mi cubo. —y también en otras cosas.

—Soy, Rosie.

—No pregunte.

—queria ser cortez.

—Rosie. —pausa pensativo. —¿Ros?

—Si, algunos me llaman así.

—te llamaré, Rosie. Hasta que algo ocurra.

—¿Qué puede ocurrir?

Estoy en jaque mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora