Mi nombre es Florencia , tengo 21 años. Me gusta jugar fútbol, de hecho juego en inferiores de un club de Suiza, Basilea, donde hoy vivo. Pero soy de Argentina.
Vinimos a vivir a Basilea debido a que acá mi papá consiguió un buen trabajo, ya que decía que en nuestro país no había futuro. Yo me quería ir ya de este país que era tan aburrido, y podía llegar a lograrlo migrando a Francia para jugar en otro club pero todo ese plan e ilusión se cayó cuando sufrí una gran lesión que me dejó fuera de las canchas por un buen tiempo, haciendo que el interés del club de Francia que estaba interesado en llevarme, se caiga.
Yo vivía de eso, y por supuesto seguía cobrando un sueldo pero era menor al que tenía cuando estaba activa. Mis papás tienen plata pero como ya le había agarrado el gusto a tener mi propia plata sin pedirle a ellos. Algo tenía que hacer. Pero nada llamaba mi atención como: atender un bar sea de mesera o preparar tragos, limpiar o encerrarme en una oficina por 8 horas.
Estaba muy pendiente de lo que sucedía en mi país que me entere que iban a hacer un Gran Hermano y el casting ya estaba abierto. Consistía en enviar un video contando que hago de mi vida y por qué quiero entrar a la casa. Entonces sin consultarlo, lo hice.
Al mes de haber enviado el email con el video, me llegó una respuesta que me tomó por sorpresa mientras miraba una serie, tirada en el sillón.
El correo decía que estaba dentro del reality y que debía viajar a Buenos Aires para poder hacer las fotos y tal.
-Pa... -dije acercándome con miedo.
-¿Qué pasa? -dijo mi padre con su vista en la pantalla de la computadora.
-Conseguí trabajo -dije
-Ah si? Por acá cerca? -preguntó
-En Argentina- dije y él me miro. -Entre a Gran Hermano. -dije al fin
-QUE ESTÁS DICIENDO FLORENCIA? -casi gritando
-Eso...- dije
-Vos sabes lo que es eso, no? Tenes cámaras por todos lados grabándote las 24 horas con un micrófono! -dijo
-Ya se! Mira, solo dura 5/6 meses y mientras me curo de la lesión ahí, luego vuelvo para acá y sigo mi vida normal. -dije tratando de convencerlo.
-No se que dirá tu mamá... Que te de permiso ella. -dijo sentándose otra vez en la computadora
Durante la merienda que tuvimos, hablamos y discutimos con mis papás sobre lo que iba a hacer. Obviamente no estaban de acuerdo con la exposición que iba a tener, además de que ellos saben como funciona la prensa argentina, ya que habían visto al menos 2 ediciones de GH. Pero yo ya tenia 21 años, y estaba segura de lo que quería hacer.
Al día siguiente, hablaron conmigo y lo aceptaron. Me daban su OK para poder ir para allá.
...
Entré a la casa y ya había tres chicos: Nacho, Lucila (Tora) y Walter (Alfa). Luego siguieron llegando de a poco y en total éramos 19.
Al principio pegué onda con todos porque apenas los conocía pero luego se empezaron a armar los grupos. Estaban los que se la daban de jugadores, estaban los más grandes y nosotros los más callados o desapercibidos que éramos Marcos y yo.
Pasaron las semanas y se empezaron a ir los más boludos, que suerte porque ya no los aguantaba. Luego se hizo un repechaje y volvieron a entrar Juliana, Daniela, Lucila y Agustín. Y en el que se incorporaron nuevos participantes: Ariel y Camila.