Nos quedamos en silencio sepulcral al escuchar a Walter entrar a la habitación en donde estábamos escondidas.
-No, pero olvídate. -habló él. -Con el apriete que metí, la gente nos va a votar quédate tranquilo. Ganamos, les asfaltamos algunas calles y si tenemos ganas les ponemos luces nuevas y listo. Pero el municipio va a ser nuestro, Hernán. -siguió hablando
Que chanta, pensé. Y pensar que por culpa de él, mucha gente metió a Romina en la misma bolsa.
-Bueno, Hernán te dejo. Tengo que ir a buscar a las nenas a la escuela...-habló. -¿Romina? No, tenía que ir a Telefe pero ya tiene que volver... Si, todo bien, algunos problemas pero ya la tengo comiendo de mí mano otra vez -soltó
Se despidió de la llamada y salió. Hasta que no escuchamos a la camioneta saliendo, no salimos.
-Que hijo de puta -dije mirándolaElla no dijo nada.
-Romina... escuchaste, no? -insistí mientras ella cerraba la puerta del armario.
-Si Flor. -dijo
-¿No pensas hacer nada? -pregunté
-¿Y que querés que haga? El mínimo movimiento y me saca a las nenas. -dijo
-Eso es mentira. No le creo nada. -dije enojada
-Bueno, no te enojes -dijo sonriendo levemente
-Me da bronca -dije
-Si, a mí igual pero ya se va a terminar esto en algún momento. -dijo
-¿Lo vas a dejar? -pregunté
Ella asintió con la cabeza pero no la sentí muy segura y decidida.
-Bueno, al menos venir hasta acá pude corroborar que es una mierda de persona -dije
-Siempre fue así, no va a cambiar. -dijo
-¿Y por eso vas a permitir que te trate así? -dije
-Flor, basta -dijo
-No te entiendo, Romina. Espero algún día hacerlo... -dije
-Ya lo vas a entender -dijo
Ambas nos miramos y ella me abrazó.
-Me hace tan bien tenerte cerca -dijo-Si, pero elegiste tenerme lejos -contesté
Ella me abrazó aún más fuerte y yo acaricié su pelo suelto.
-Bueno -dijo separándose. -Usted ya se tiene que ir porque nos van a ver -dijo
-No sería mala idea... conocer a las nenas. -dijo
-Ya lo vas a hacer -dijo sonriendo
-Bueno, ¿me acompañas a la puerta? -pregunté
-Si -dijo
Caminé hacia la puerta pero ella se puso delante.
-¿Que quiere? -pregunté
-Ya sabes -dijo
Se acercó a besarme una vez más. Está vez fue más tierno, nada que ver a lo que había pasado en el armario que casi terminamos sin nada.
-Veni que te abro -dijo llevándome a la puerta principal. -Bueno, gracias por su visita -soltó abriendo la puerta
-¿Que visita? -dije riendo
-Chau -dijo riendo también
-Chau -dije saliendo
-¿No me vas a saludar? -preguntó
Volví a entrar, le dejé un beso y una sonrisa en sus labios.
Al llegar a mí departamento, estaba Antonela acostada en mí cama mirando la serie que miramos juntas.