Capítulo 15

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Cerré los ojos y me dejé llevar.

Atención por favor. Todos a las habitaciones

-Uhhh -dijo Romina enojada

Nos habían arruinado el beso y un poco lo agradecí.

-Espera Grande que voy a apagar la cocina -dijo y se fue

-Veni Flor, vamos a estar todos acá -dijo Juli  refiriéndose a qué vaya a la pieza de los chicos.

-Primaaa -dijo Marcos

-¿Que juego pondrán? -le pregunté

-No sé, ojalá algo divertido -contestó

Había una cama libre y me acosté.

-¿Acá vamos a estar? -dijo Romi cerrando la puerta

-Si si -dijo Juli sentándose en la cama de Marcos.

Romina se fue a la cama de Dani, ya que, por decisión mía prefería que los monitos no nos vieran juntas.
Me dormí unos minutos y me desperté por la voz de GH indicando que ya podíamos salir.

En el patio, nos habían preparado una mesa con sillas y una heladera con latas de cerveza.
Primero almorzamos y luego salimos a afuera.

Romina y Lucía tuvieron un cruce en la cocina. Todos entramos para ver porque se gritaban.

-Usa cosas y no las lava. Yo no soy sirvienta de nadie -dijo Romi

-Ay, pero si las iba a lavar -contestó Lucia

-Si, hace una hora dijiste lo mismo y ahí sigue -dijo Romi

-Bueno bueno, basta. Lava eso Lu así deja de joder -dijo Juan

-¿Así deja de joder quien? -salte yo. -Todos saben que lo que se usa, se lava al toque. Aparte es un plato y un vaso... ¿que le cuesta? -dije

Lucia se puso a lavar lo que usó y Romina fue para el baño.
La seguí y entre con ella.

-Anda para allá, a ver si te ven que estás cerca mío -dijo con la voz quebrada

-Basta Ro -dije

Ella se metió dónde está el inodoro, tapó su rostro con sus manos y comenzó a llorar.
Inmediatamente la abracé y ella me correspondió.

-No aguanto más -dijo

-Ya falta poco... -dije

-Extraño un montón a las nenas -dijo

-Ya se... pero ellas te ven todo el tiempo -dije

-Si, yo se que es así... Pero a veces te juro que me dan ganas de abandonar -dijo

-Estás acá por ellas... Para que tengan un buen futuro -dije tranquilizandola

-Si si, tenés razón -dijo más calmada

Se secó las lágrimas y suspiró.
Nos abrazamos y quedamos así un buen rato.
Ella lo necesitaba. Necesitaba un abrazo.

-Que hermosa que sos -le dije tratando de sacarle una sonrisa

Lo logré.

-Cállate -dijo pegándome suavemente en una mejilla

-¿Necesitas algo? ¿Agua? ¿Querés dormir? -pregunté

-No no, quiero tomar cerveza -dijo

-Bueno, vamos. -dije agarrándola de la mano

Fuimos tomadas de la mano hacia el patio, nos sentamos en las sillas y abrimos las latas que tenían el nombre de cada una.

RominaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora