- Capítulo 3 -

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La ciudad en donde nacio una de las creaturas más tiernas y bellas del mundo -Emmet- actualmente se encontraba bajo el mando de a quien llamaron "El presidente negocios" un hombre que creía fielmente en que el orden era perfección. Todo lo contrario a la ciudad vecina, gobernado por una Reina llamado Watevra Wa' Nabi, alguien que amaba la creatividad de su gente, algo que odiaba el presidente negocios, por lo que un día construyo un muro para aislar a su ciudad de todo caos creado por aquella ciudad vecina. Sin embargo, la Reina influencio en el corazón de algunos ciudadanos quienes apoyaban el espirito creativo.

Un acto que no le gusto al presidente por lo que ordeno a su mano derecha -policia malo- encontrar a todos aquellos y obligarlos a serguir sus reglas.

Gracias a esto se creo la recistencia, un grupo de personas que estaba en contra del gobierno.

Para empeorar la situación, la ciudad de Ladryburgo cada vez tenía más conflictos con el Sistema Hermania, lo que los llevo a una "Paz armada"; es decir, que cualquier pequeña acción podría provocar una guerra entre ambas ciudades. Por lo que todos se encontraban en alerta máxima. Sin embargo, entre los ataques de la recistencia y la enemistad con la ciudad vecina el presidente encontro una solución. Los soldados, el único problema era que no eran suficientes y tampoco habiles.

Todo eso lo llevo a conocer a un gran cientifico, pero todo lo que tenía de inteligencia lo tenía de loco, pues no le importaba torturar a personas para conseguir su objetivo -la clonación- Esto le trajo un gran interes al presidente negoción, pues si podían tener la oportunidad de clonar a las personas, no tendrían que preocuparse por las bajas en la guerra y dichos soldados también se encargarian de destruir la "plaga" en su gobierno. Todo sería perfecto de no ser por un detalle. ¿Iban a clonar a cualquier inutil?. No, tenía que ser un buen soldado.

Un soldado con años de experiencia, fuerte, astuto, y con la suficiente crueldad para matar sin tener ningun remordimiento. Tenían que conseguir el soldado perfecto.

Aquel sientifico Rubio prometio darles un buen soldado, a cambio de que le permitan usar la maquina de clonación en alguien que él quisiera. Lo máximo que se le dío fue un intento y todos sus demás proyectos serían parte del gobierno. Connor -el cientifico- no se nego y acepto gustoso aquella oferta, por lo que por años trato de satisfacer al gobierno con la creación de un soldado perfecto y la maquina de clonación.

Todo esto nos lleva a una carretera en medio de la nada, con dos hombres vestidos con trajes de constructor; uno de ellos lleva un chaleco naranja mientras que el otro lleva un chaleco azul.

¿Adivinaron de quienes hablo?

Pues ahí se encontraba en mayor conduciendo con mucha tranquilidad, acompañado de su yo menos genial.

- No entiendo, si tú eres yo, ¿Por qué sonamos tan diferentes?

- "¿Por qué sonamos tan diferentes?" - remedo.

Fue gracioso ver como el menor se llevo las manos a la boca mientras soltaba un gran resuello, eso definitivamente no lo esperaba.

- Pero aún así, te vez mucho más cool y maduro que yo.

- El mundo tiene suerte de que la ciencia creara a un ser tan genial como yo - alego con un sonrisa.

- Sigo sin comprender...

- Soy un soldado modificado geneticamente para servir al gobierno en su futura guerra contra el Sistema Hermania, pero cometieron un error al creer que Rex Dangervest seria una mascota a la que puedan sacrificar.

Se notaba su enojo a kilómetros, el menor aún no entendía muy bien la situación. ¿Guerra? ¿Soldado? ¿Modificación genetica?. Todo eso era algo dificil de digerir pero... lo que si comprendia era el enojo de Rex.

- Yo no creo que seas una mascota - menciono logrando llamar la atencion del mayor, quien lo miro de reojo - Creo que eres una persona genial y tuve la suerte de encontrarte Rex.

En ese momento pensó lo que Dangervest había hecho por él hasta el momento, entonces simplemente solto una enorme y tierna sonrisa, logrando hipnotizar al mayor. "¿Siempre fue tan lindo?" Se pregunto así mismo sin quitarle los ojos del menor, quien rapidamente cambio su expresión por una de miedo.

- ¡Vamos a morir!

En ese instante el mayor regreso la vista al frente notanto aquella gran roca frente a ellos, pues estaban en medio del desierto y estaban a punto de hacer colisión, sin embargo, no es la primera vez que Dangervest estaba a punto de morir por algo así.

- Me decepsiona que no confies en ti mismo - dijo refiriendose a él.

En un movimiento rápido hizo un derrape que los cambio de camino al instante, por lo que el peligro había pasado.

- ¡Estamos vivos! - festelo el menor - ¿Cómo hiciste eso? - Pregunto realmente impresionado, debido a que en sus días de constructor no manejaba, pues siempre tomo el autobus.

- No hay nada que yo no pueda hacer

- ¿Cómo barbie?

Aquellas palabras provocaron algo de indignación al mayor y entonces el auto freno repentinamente dejando a ambos en lo que parecia ser una cueva muy oscura.

- Baja - ordeno el mayor

- Lo siento, Rex - dijo asustado - Yo... ¿Eh?

Por un momento el menor creía que Dangervest lo dejaria en medio de la nada, y en una cueva oscura llena de cualquier cosa que se oculte en ella. Sin embargo, el mayor saco dos linternas de la guantera del auto, le lanzo una de ellas al menor y bajo del vehiculo.

- Desde aquí iremos a pie - menciono prendiendo la linterna para luego adentrarse más a la cueva

Por su parte el menor solto un suspiro de alivio al no ser abandonado, y con un poco de miedo siguio al mayor. ¿A donde? Esa era la pregunta que Emmet hacía pero a estas alturas no le importaba, ya que desde ahora nada de su vida anterior volvera a él.

Siguío caminando detras del mayor por mucho tiempo hasta que vieron una pequeña luz al final, la salida estaba cerca.

En cuanto llegaron al final una rayo de luz les cego los ojos.

En cuanto los abrieron notaron una civilización llena de personas que parecian ser muy peligrosas y de entre ellas, una chica -muy molesta- se dirigio a ellos con cara de pocos amigos.

Aquella era una chica de cabello castaño con mechas pintadas de rosado y celeste, con una bufanda café y lo que parecian ser goggles de un piloto aviador.

En cuanto llego hasta ellos lo primero que hizo fue tratar de atacar a Dangervest quien evito cada golpe que esta lanzaba, sin devolver ninguno.

- ¡Eres un idiota!

- Gracias, pero basta de alagos - sonrio el mayor, para luego agarrar las manos de aquella extraña chica - Espantaras a mi muchacho

La pelea termino en cuanto aquella mujer vio al menor confundido.

- ¿Y este qué? - pregunto, pues no tenia idea de quién era

- Tienes un pesimo ojo - menciono el mayor soltando sus brazos para caminasta hasta Brickowski - Miralo bien, Lucy

Tras una pequeña inspección, la mencionada comprendio todo y solto un resuello de sorpresa.

- Lo consiguiste...

- ¿Qué fue lo que consiguio? Alguien puede explicarme, porque no estoy entendiendo nada.

CONTINUARÁ....

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