- Capitulo 6 -

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Paso un tiempo y el primer lugar al cual se les ocurrió regresar fue en donde se encontraban todos aquellos que eran buscados por el presidente negocios, es decir, todos aquellos que formaban parte de una rebelión en contra de su forma de gobierno.

En medio de todos ellos se entontraba el único capaz de entender las profesias, es decir, Vitruvius. Por lo que su primer objetivo era encontrarlo, así que decidieron regresar.

Para fortuna de ambos tanto Vitruvius como Lucy se encontraban a salvó en dicho pueblo escondido, pero por desgracias, una vez más. Lucy quería matar a Dangervest.

- ¡Emmet! - corrió para abrazar al menor y lo inspeccionó de pies a cabeza por si este hubiera recibido algún tipo de rasguño. Mientras que con Dangervest fue lo contrario, ella deseaba matarlo - ¡Eres un idiota! - alegó

Mientras tanto el castaño sonreía pues según su versión, él les había dado la mágica de experiencia de saltar en paracaídas, claro que olvidando por completo el pequeño e insignificante detalle de saber que no tenían paracaídas. En medio de todo eso ambos comenzamos a discutir en frente del menor quien les pidió de forma bastante amable que se detuvieran.

- ¡Oigan! ¿Podrían aprender a llevarse bien? - preguntó

- Veo más viable el suicidio - bufo Rex

- Tenemos que trabajar en equipo, y eso también va para tí, Lucy

- Como sea...

Una vez el ambiente se calmó todos se encaminaron hacia el bar en donde Vitruvius tocaba el piano, para su fortuna estaba ahí.

En un principio pidieron su ayuda y olvidando el hecho de que Rex casi lo deja morir, Vitruvius les informo una mala noticia.

- ¡¿Cómo que la leyenda es incierta?!

- La lámina que dicta la leyenda está rota, no hay forma de que pueda ayudarlos sin tener el pergamino completo.

La frustración se hizo evidente en los ojos de Lucy, por otro lado Rex se sentía extrañado por dicha noticia, mientras que Emmet sentía algo de preocupación por lo que no pudo evitar preguntar.

- ¿Sabe en dónde podría estar?

- ... En las manos equivocadas, muchacho

Mientras tanto en la ciudad de Ladryburgo en lo más alto de un edificio se encontraba el presidente negocios.

- ¡No puede ser! - grito con enojo - ¡No tenemos al constructor! ¡¿Y ahora me dices que el científico desapareció?!

- L-Lo siento señor...

- ¡Ah!...

El presidente estaba muy alterado por lo que volteo la mesa, arrojando al suelo todo lo que había en ella. Camino en círculos susurrando con enojo asustando al presente. Tras unos segundos trato de calmarse y respiro hondo para luego tomar asiento en su silla.

- Escucha, policía malo, cometes errores tras errores y si vuelves a fallarme, puedes  considerarte mi bomba humana en nuestra próxima guerra - amenazó

- Como usted diga... Señor.

Aquello no era una simple amenaza, aquel hombre apodado como policía malo sabía perfectamente que si no cumplía en esta ocasión, muy pronto sería hombre muerto.

Regresando con nuestros protagonistas, estos se encontraban de camino a un pequeño laboratorio en donde todo esto comenzó.

- ¿Es necesario que regresemos ahí? - preguntó el castaño menor pues el simple hecho de regresar le daba escalofríos.

Es por ello que se oculto entre los asientos, se encogió de hombros como si tratara de ocultarse de alguien. Algo adorable por lo que Dangervest revolvió su cabello como si de un niño se tratara.

- Tranquilo campeón, será algo rápido - dijo con una sonrisa para tranquilizar a Emmet, cosa que dió resultado, pues provocó en este una tierna sonrisa.

[…]

Mientras Lucy hacia de mal tercio, siguieron su camino hasta llegar al laboratorio

Pasaron unas cuantas horas hasta terminar su viaje, en cuanto llegaron el lugar estaba hecho un desastre. Hace unos días -ayer- Rex explotó el edificio por lo que lo único que quedaban era un montón de escombros, por lo cual era evidente que Lucy se encontraba molesta pues creía que por un "error" como ese habían arruinado la profecía.

Era evidente que una guerra podría significar la muerte de muchas personas, sin contar con la esclavitud de los sobrevivientes en el peor de los casos. Todo esto cruzaba por la cabeza de la pelinegra, era comprensible que se pusiera histérica. Aun así a Dangervest le dió igual como siempre pero aquello parecía aver afectado a Emmet quien se disculpo. A pesar de que el castaño mayor le dijo que era algo innecesario por cualquier cosa que Lucy dijera, sin embargo, este no pudo evitar sentirse culpable.

- Emmet... - suspiro - lo siento... Yo...

- Ya dijiste suficiente, Lu–cy - regaño - vamos niño, buscaremos ese estúpido pergamino y nos largamos de aquí.

Al no saber que hacer, Brickowski se limito en seguir a Rex. Caminaba con tristeza y con las manos temblorosas por el hecho de estar ahí.

Una vez que se alejaron de la pelinegra para buscar dicho pergamino.

- No le des tanta importancia a lo que diga Lucy, cualquiera sabe que el elegido es más importante que un pergamino, es ciencia para bebés - sonrió

- Me estás ¿Consolando? - preguntó el menor con una tierna sonrisa.

- Puff claro que no - negó Dangervest - solo quiero darle la contra a Lucy - Dijo cruzando los brazos para desviar la mirada

Sus palabras eran dulces y era obvio que solo estaba dando excusas para evitar admitir su acto de preocupación. Emmet solo sonrió y entonces abrazo al mayor sin que este aceptará, por más que se quejo con un tono nervioso Brickowski continuó con aquel cálido abrazo, en serio lo había hecho mejor y quería agradecerlo de una forma cariñosa.

Sin soltar dicho abrazo alzó la mirada para ver al mayor a los ojos y entonces hizo algo que podía noquear a Rex sin siguiera tocarlo.

- Gracias Rex - sonrió de una forma tan dulce como solo él lo podía hacer, en cuanto soltó el agarre menciono al mayor - Sabes... No creo que seas tan malo como aparentas ser. Quitando los asesinatos que cometiste - susurro - me alegra que estés conmigo... Rex

En ese momento Dangervest creyó sentir algo en el pecho, una mezcla de sentimientos que no estaba dispuesto a admitir.

Sus mejillas se sentían calientes por lo que agachó la cabeza y, se llevó la mano al rostro para evitar que el menor viera el efecto que esas palabras tuvieron en él.

- Si - sonrió de forma nerviosa - yo también me sentiría bien si me tuviera a mi lado - hablo de forma egocéntrica

- Pero... Ya estoy contigo Rex - dijo de forma inocente con tanta ingenuidad.

Ahora sí le había provocado un micro infarto en el pecho, ¿Podía alguien ser tan dulce?. La respuesta es no, solo Emmet podría ser tan tierno, o al menos a los ojos de Dangervest.

- Emmy...

Sus palabras fueron interrumpidas por el llamado de una inoportuna pelinegra.

- ¡Encontré algo!

Esto sorprendió y más que nada molesto al mayor, Emmet sentía curiosidad por lo que estaba a punto de decir.

- ¿Qué ibas a decir Rex?

- ¿Mm?...

Continuará...

Te encontré - Remmex -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora