¹⁴Injusticia

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—¿E-Estás seguro?

—Si... Los escuché hablando sobre Kim Marjin, su alivio por haber salido de ahí con vida...—San bajó la mirada hacia sus manos, se le hacía increíble pensar que apenas hace unas horas había matado a sangre fría a más de diez hombres.

Y lo peor, ¿Cómo es que no estaba arrepentido?

Oh por supuesto, no estaba arrepentido de haber salvado la felicidad de Mingi.

Su Mingi...

El Detective lo vio con preocupación, le tocó el hombro y le dedicó una sonrisita.

—Sannie... Pase lo que pase no voy a dejarte solo, jamás me abandonaste cuando te necesité, ahora es mi turno de estar junto a tí...—decía Mingi sin temblor en sus palabras.

Todo lo que acababan de pasar sin duda fortaleció su lazo con el policía.

Hasta ese momento San no se había atrevido mostrar alguna debilidad ante Mingi, ni siquiera cuando le dieron un balazo en el abdomen—El cuál afortunadamente ya estaba curado—pero ahora estaba completamente nervioso.

Una lágrima salió de sus ojos y el detective lo miró detenidamente.

—¿Sannie...? Estás...

—Iré por algo d-de comer...—contestó rápidamente volteandose y caminando lejos del otro con las lágrimas saliendo de sus ojos.

Mingi iba a decir algo pero los gritos de Yunho detrás de él lo distrayeron.

—Papi Gi...—balbuceó Hyeongjun viendolo con sus grandes ojos.

El adulto le sonrió y cerró la puerta de la habitación para luego dirigirse a un Yunho apenas retenido por Seonghwa y Yeosang.

—¡Yuyu!¡Aquí está!—dijo Mingi al ver que Yunho no podía tranquilizarse.

—¡Mi bebé!¡Junnie!—el adulto recibió al niño lloroso entre sus brazos y lo abrazó envolviendolo al 100%.

—¡¡PAPI YUYU!!—gritó el niño.

Ver a Yunho abrazar a su hijo de esa forma tan desesperada rompió el corazón de Mingi, ¿Qué clase de infierno debió de haber vivido al perder a su bebé?

Sus puños de apretaron y de inmediato pensó en Minhee, ¿Ahora que iban a hacer con él?

Si, iban a meterlo a la cárcel, pero, ¿Cómo?

El hecho de que hayan robado una patrulla y anteriormente haber sobornado a una autoridad no les beneficia mucho.

Más por la gran prueba del soborno: su auto que seguía en la avenida.

Ya no quiso volver por él por el miedo de perder más tiempo y por la intriga de no saber si estaría siendo vigilado.

Pero ahora que lo piensa su mayor problema será la maldita policía estatal...

Mingi se rascó el entrecejo, sin duda se había vuelto algo loco.

¿Cómo fue que pasaron tantas cosas en menos de un mes?

—Mingi, ¿Todo bien?—le preguntó Yeosang apretando su hombro.

—No—contestó.

El mayor tragó saliva —¿Puedo ayudar en algo...?

—Si algo me llega a pasar a mí y a San... No dejen a Yuyu, por favor...—decía bajo la mirada aturdida de Yeosang—No les conté la historia completa pero... Me metí en muchos problemas para encontrar a Yunho y gané el suficiente odio de varias personas de seguramente querrán matarme a mí y a San.

En la mira II  ❥╹Yungi╹❥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora