4. Llamada de la realidad.

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Cuando desperté lo primero que hice, como siempre, fue estirarme y choqué mi mano con algo, mejor dicho alguien. Sorprendida veo a mi derecha y ahí estaba, espalda algo estrecha, cabello castaño y de tez clara. Rubius, mi Rubius. Suspiré al recibir el pensamiento fugaz pero real, ya no sería mío cuando me vaya  en... 3 días.

Me destapé y me miré sorprendida al verme desnuda, pero era obvio que me vería así al despertar, desnuda y radiante. Busqué mi ropa interior, sobre eso me puse la camiseta de Rubén que me quedaba exageradamente grande y agarré mi teléfono que lo encontré bajo la cama, no sé cómo terminó ahí. Lo desbloqueé y marcaba las once y diez de la mañana, miro en la barra de notificaciones y tenía un mensaje de Bel.

Era una selfie de ella con Samuel detrás durmiendo y debajo decía: SE ME DIOOOOO!!! FUE GENIAAAAAAAL!!!

Me reí por el comentario y el hecho de que él dormía con la boca abierta y mal tapado, no iba a hacerle preguntas incómodas a esta hora. Simplemente me saqué una foto parecida (porque a diferencia de Vegetta, Rubius dormía como un ángel) y se la envié con algo abajo: Para las criaturitas que lo miran por pc. ^w^.

 Ella me contestó con una risa y dejé el teléfono. Me acosté de nuevo pero sobre las sábanas y me quedé mirándolo, se había girado y ahora estaba boca arriba con los labios entreabiertos. Daban ganas de despertarlo como el bello durmiente que era. Era precioso, su boca, su nariz, sus labios, su cabello. No podía ver nada para decir que no era perfecto. Mi teléfono comenzó a sonar una y otra vez, miro y era Bel con sus mensajes, lo puse en silencio y seguí en la mía. Nada iba a arruinarme el momento, no iba a despertarlo, no quería molestarlo.

Como a los quince minutos más o menos comencé a escuchar bocinazos afuera. Miro por la ventana de la habitación y Bel estaba afuera apuntando a su teléfono. Fui a agarrar el mío y me estaba llamando.

-¿Qué te pasa loca?- digo en voz baja para no despertar al otro.

-¡Mi padrino! ¡Él está como loco! ¡Nos va a matar si no llegamos pronto!- gritaba del otro lado de la línea.

-La puta madre- solté mirando hacia arriba. –Está bien, ya bajo.

Corté y a toda prisa comencé a vestirme con mi ropa, busqué algo donde escribir y le puse a Rubius: Quiero volver a verte, la pase mejor que nunca. Llámame 11xxxxxxxx. ____

Dejé la nota sobre la almohada y salí casi corriendo. Para empeorar la situación cuando agarré mi cartera e iba hacia la puerta principal pisé a Hachi y soltó un maullido fuerte. Me disculpé, si le hablaba a los gatos, eran mi debilidad y me fui. Bajé las escaleras, mejor dicho, me deslicé por el barandal y salí del edificio. Bel me esperaba afuera metida en un auto negro, que cuando subí supe que lo manejaba Samuel.

-Buenos días- me dijo al cerrar la puerta del auto.

-Hola- dije para ambos. -¿Estaba muy enojado?

-Nunca lo escuché así- contestó ella y sentí que me desmayaría.

Samuel nos dejó en la puerta del hotel, yo bajé rápido pero Bel tardó un poco más en despedirse de su amante. Por fin entramos y en el hall nos esperaba su padrino. Subimos a nuestro piso y en la habitación comenzó un regaño que creía que jamás terminaría, tenía razón era otro país, peor aún otro continente, donde el secuestro y la trata existen, es entendible su preocupación desmedida.

-Solo me queda recordarles, la próxima vez que salgan así en este viaje mándenme mensajes o llámenme por cualquier cosa, ¿se mueven una cuadra de dónde iban a estar? Me llaman.

-Ya entendimos padrino, lo sentimos. No queríamos que te pongas así pero... estar con ellos nos voló completamente la cabeza, nos olvidamos.- explicó Bel.

-Listo, no quiero hablar del tema- replicó él. –Lo importante es que están acá y que la pasaron bien ¿no?- asentimos y sonreímos como dos niñas con juguetes nuevos. –Ok- salió del cuarto.

Nos miramos con Bel y nos abrazamos.

-Contame todo ¡ya!- dijimos a la vez y reímos.

Comenzamos a contarnos, bueno Bel tenía más para contar que yo porque ella fue quien salió del edificio y toda esa previa. Además a las dos nos daba cierta vergüenza contar los detalles de ese momento. Solo lo explicamos como la mejor noche de nuestra existencia. No lo podíamos creer.

-Lo amo, amo a Samuel- dijo recostada en la cama. -¿Estaba despierto cuando te fuiste?- cambió de tema.

-Dormido como un tronco ¿Y el tuyo?-

-Lo desperté después de que me llamó mi padrino, un taxi hubiera tardado la vida en llegar, además no tenía para pagarlo.- rió. -¿Le dejaste tu número?

-Obvio, quiero verlo de nuevo antes de que nos vayamos- Bel se sentó en la cama de golpe. -¿De qué te acordaste?

-Es verdad, nos vamos a ir en tres días- acababa de reventar su burbuja de perfección. –No pueden saber, no hasta el último día.

Hablamos sobre eso y sí, estaría de más decirles.

*Narra Rubius*

Desperté porque alguien me tocaba la cara, abro los ojos y Raspy estaba delante de mi cara agitando su pata. Estaba solo en la cama, me senté con la sábana tapando mis partes.

-¿Sabes dónde está ___ Raspy?- maulló y se acostó a mi lado.

Me levanté  y la busqué pero me encontraba solo con un desastre por limpiar en la sala. Vuelvo a mi cuarto y mientras me voy vistiendo buscaba algo que podría haberme dejado, una nota o su número anotado en el bloc de notas de la pc pero nada. Se fue sin dejar rastro, me enfadé, en verdad me encabronaba su actitud. No puede venir, ponerme palote, hacer que la pase de maravilla y luego desaparecerse.  Solo me quedaba el collar que me regaló y el recuerdo de lo que pasó.

Después de un rato sentí los efectos de la resaca, Madre mía que me pasé de copas ayer. Con dolor de cabeza y todo eso, no me quedó más remedio que limpiar la casa, pero antes llamé a mi Mahe para que venga a ayudarme.

-Hola tío ¿Qué pasa?- lo había despertado.

-Hola Mangel ¿Puedes venir a ayudarme a limpiar?- usé mi tono suplicante y simpático.

-¿Para eso me despiertas? Joder Rubiuh ¿no te puede ayudar ___?- su nombre me hizo sentir raro

-No está, se fue antes de que despierte- bajé la mirada. –Duerme Mahe, yo solo me ocupo- corté y me senté en el sofá. -¿Tan mal la pasó?- vinieron mis gatas y se refregaron en mis piernas, ellas sabían cuando no estaba bien.

El resto del día lo pasé frente a la pc o las consolas, quería distraerme y mi mejor escape eran los videojuegos.

*Narra ___*

Todo el día esperé un mensaje de Rubén o una llamada o una señal de que quería verme, lo que fuera, hasta una paloma mensajera le hubiera aceptado, pero nada. Mientras que Bel no paraba de mensajearse con Samuel, por un lado estaba feliz por ella pero por otro lado, mucho más grande, me mataba de celos.

-¿Todo el tiempo vas a estar con ese teléfono?- le digo fuerte.

-Envidiosa- me dijo con una sonrisa.

Bufé y me puse los auriculares mientras subía a mi twitter las fotos que saque anoche. Como muchas fans del Rubius y de otros Youtubers me seguían, mi twitter era bombardeado como la segunda guerra. Tweets de envidia, otros felicitando y otras preguntando. Al menos ellas me envidiaban.  Por suerte no mencionaron en ningún momento a Rubén, no quería molestarlo, ya parece que lo hice dejándole esa nota ¿No le gustó lo que pasó? ¿Se habrá arrepentido de haber estado conmigo? Subí el volumen intentando acallar mis pensamientos.

Pero ¿Y si solo fui una aventura para él? Tal vez no soy la primer fan que empeda, seduce y se folla.

-¡La puta madre!- grité de bronca tirando el teléfono al suelo y con él volaron los auriculares.

-Ya te va a llamar, tal vez está grabando un gameplay- recibe un mensaje. –No lo puedo creer, me está contestando mientras graba otro gameplay de los sims- 

Eso solo me frustró más. Mierda, mierda y más mierda. Le tiré una almohada a Bel y eso comenzó una guerra de almohadas.


La Mejor Semana de Nuestras Vidas (Fanfic de Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora