La Mejor Semana de Nuestras Vidas (Fanfic de Rubius)

6. Todo tiene un final.

Salimos del hotel, como cruzamos al padrino de Bel le avisamos y nos dijo que tuviéramos cuidado. Subimos al auto de Samuel y nos fuimos, los chicos adelante y nosotras atrás. Peleaban por el destino: "pero no tío, tenemos que ir al parque de diversiones" decía Rubén "Vamos a un lugar tranquilo primero" contradecía Samuel.

Finalmente se pusieron de acuerdo y fuimos a un parque de diversiones que hacía ver mal a los de Argentina. Mientras caminábamos nosotras no queríamos estar muy afectuosas con los chicos. Primero ellos no se dieron cuenta pero varias veces Rubén intento besarme y yo le corría la cara o iba para otro lado para esquivarlo. Luego de que subimos a la montaña rusa lo vi mirarme como analizando qué me pasaba.

-¿Sucede algo malo?- preguntó.

-No es nada- bajé la mirada.

-No soy el tío más listo del mundo pero sé que algo te pasa.- insistió. -¿Tengo mal aliento?- se tapó la boca con ambas manos.

-No-  me reí. –Es solo que... recordé tu tweet- me miró sin entender. –Que no tienes novia porque tus fans se van a liar y van a matarla- se rió.

-Que lo intenten, pero tendrán que matarme a mí primero- dicho esto me agarró de la cintura, de una mano, me inclinó y me besó profundamente.

Después de eso andábamos bien, tomados de la mano, tomándonos fotos con mi teléfono, con el suyo. De los dos, de los cuatro. Fue el mejor día en un parque que haya pasado. Estaba atardeciendo y nos fuimos a un puente desde el cual se veía una genial vista del río y varias partes de la ciudad.

-Eres lo mejor que me ha pasado este año, ___- dijo Rubén parado junto a mí mientras mirábamos el atardecer.

-Lo dudo, eres un youtuber reconocido, con ocho millones de fans- le contesté.

-Pero no se compara con pasar unos días con la persona más linda y simpática del mundo- me sonrojé. –Eres distinta.

-No soy una fan histérica, eso me ayudó- rió. Suspiré y lo miré. -¿Volveré a verte?

-Cada vez que haga un vídeo- emocionada hasta casi las lágrimas lo abracé como la primera vez, hundiéndome en su pecho y con esa sensación de querer frenar el tiempo. –Te quiero-

Levanto la mirada y veo sus ojos brillar con el poco sol que queda, él también estaba emocionado. Nos quedamos mirando hasta que me pongo en puntas de pie y lo besé tiernamente.

-Yo también- le contesté y volví a besarlo, no le diría que lo amaba porque era ese amor de fan incondicional, no era un amor 100% real.

Luego miro a Bel y ella se acercaba rodeada por los brazos de Samuel, me di cuenta que lloraba. Ella era mucho más sensible que yo y a él le brillaban los ojos pero... era un tipo duro.

Volvimos al auto, yo atrás con Rubén abrazada a él y Bel junto a Samuel agarrados de la mano. Nos dejaron en el hotel y se fueron. Con ella nos abrazamos y nos largamos a llorar como dos tremendas boludas.

-No quiero irme, quiero quedarme- comenzó a decir. –Vivir con Samuel, hacer juntos gameplays y casarnos en Los Ángeles.

-No te preocupes Bel, él está en buenas manos, recuerda que lo tiene a Willy, él lo va a cuidar como vos lo harías y lo amará como vos lo harías.- la consolé.

 -Es verdad- me soltó y se secó las lágrimas. –Últimamente olvido eso, fue tan increíble él conmigo estos días que hasta olvidé lo de él y Willy-

Éramos terribles locas con el tema Wigetta, entiendan.

-Extrañaré mucho a Rubén, después de tanto contacto se sentirá raro volver a escucharlo a través de una pantalla- reí un poco. –Pero aunque quisiera quedarme todavía tengo una vida en Argentina que quiero concretar antes de ponerme a flashear con un juntos para siempre.

-Tenes razón- se limpió los mocos. –Vamos adentro, tenemos que hacer las maletas.

Subimos a nuestra habitación y la mayoría del tiempo se pasó en recordar lo que habíamos pasado esos días como si hubiera pasado hace meses. El encuentro accidental con Luzu, su buena onda en cumplirnos el sueño. Conocer a todos los youtubers españoles que nos sacaron una sonrisa al menos una vez. Seducir a esos dos que teníamos en el primer puesto y finalmente hacer que nos quieran y tal vez que no nos olviden. Nosotras dos no éramos dos fans más que se cruzan y piden un par de fotos y un autógrafo, nosotras éramos Una Criaturita del Señor y una Guapísima que habían superado más de lo que soñaban.

Al día siguiente salimos del hotel con las maletas y el padrino de Bel. Subimos todo a un taxi y nos subimos. En el camino íbamos derramando una que otra lágrima porque todo nos recordaba a ellos.

-Mira, esa es la plaza donde se encontraron Mangel y Rubius por primera vez- dijo Bel y nos reímos con lágrimas en los ojos al recordar el video.

En la estación de trenes avanzábamos como zombis, imaginen la lentitud.

-Por favor chicas, ahora vamos a ir a Paris, la ciudad del amor.

-¿Amor?- dijimos las dos, nos miramos y abrazamos mientras llorábamos. Éramos realmente idiotas pero estábamos mal, no queríamos irnos.

Subimos unas escaleras mecánicas y miramos atrás.

-Imaginas que...- dijo Bel.

-Una posibilidad en un millón- contesté. –Vamos-  miramos al frente y luego de dos pasos...

-¡¡CHICAS!!- volteamos porque era la voz de Mangel y llegaron: Luzu, Lana, Mangel, Rubius, Willy y Vegetta corriendo y se quedaron al pie de la escalera mecánica, ya que para pasar había que mostrar el boleto del tren en un escáner.

-¡Nunca os olvidaremos!- gritó Luzu.

-¡Gracias por todo!- gritamos nosotras.

-Vamos abajo, podemos pasar tantas veces queramos esa escalera- dijo Bel y lo íbamos a hacer ya que su padrino vio lo mismo que nosotras. Pero apareció una horda de fans que los rodeó. –Olvídalo, vamos.

-Al menos pasamos una linda semana ¿no?- le dije

-La mejor de nuestras vidas- nos abrazamos y caminamos hacía el tren.

Una posibilidad en un millón nos trajo todo esto, ojalá fuera así de fácil todos los días. Ahora era tiempo de seguir nuestro viaje.