5. Vergüenza y sorpresas.

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*Narra Rubius*

Era más de la medianoche y estaba grabando un gameplay pero lo tuve que cortar porque mis gatas estaban jugando o peleando bajo mi cama. Me arrodillé y saqué a Hachi.

-¿Qué te pasa? ¿Estás malita?- la acaricié y cuando la suelto intenta meterse de vuelta.

Miré debajo de la cama y Raspy estaba jugando con un papel, que tontas estaban alteradas por eso. Saqué a la otra gata y traía el papel en la boca. Se lo saqué y la solté.

-Quiero volver a verte, la pase mejor que nunca. Llámame... ____- miré a Raspberry, ella me miró, miré el papel y levanté a la gata por los aires. –Nunca me cansaré de decir cuanto te amo- la solté y salió corriendo.

Tenía su número al final si me dejó una nota, le gustó lo que pasó. Me puse a hacer un bailecito de alegría y después volé hacia mi teléfono y escribí su teléfono pero antes de llamarla lo pensé mejor ¿y si está durmiendo? La llamo, porque YOLO.

*Narra ___*

Estaba durmiendo plácidamente cuando comienzo a escuchar la canción Numb de Linkin Park, o sea, mi tono de llamada. Agarro el teléfono y en la pantalla figuraba un número desconocido y que era cerca de la una am. Lo primero que pensé fue que tal vez eran mis padres que de nuevo se confundieron con la diferencia horaria así que atendí.

-Hola ¿Quién habla?- dije mientras me limpiaba la baba de la cara.

-¿___?- dijo un chico.

-¿Rubius?- instantáneamente me senté en la cama.

-El mismo- contestó en ese tono tan alegre.

Sentí como si me hubiera vuelto el alma al cuerpo cuando lo escuché, me llamaba pero ¿por qué carajo a esta hora?

-¿No te parece un poco tarde para estar llamando?- intenté que sonara como un regaño.

-Sí lo sé... es que... no vi la nota, terminó bajo la cama y Raspy lo encontró, pensaba que...

-¿Me había ido sin dejarte nada?- interrumpí y escuché su risa. –Jamás le haría eso al hombre que más admiro.

Seguimos hablando, yo no hablaba muy alto porque no quería despertar a Bel, ella tenía un sueño pesado pero por las dudas. Cuando miré la hora vi que eran más de las tres y decidimos seguir hablando mañana, me pidió vernos pero el padrino de Bel pidió que mañana saliéramos los tres a conocer otras partes. Sí, cuesta decirle que no a tu ídolo pero lo hice y no se sentía tan mal, total creo que podríamos pasar el último día juntos.

El quinto día en España fuimos a las partes más tranquilas de Madrid, donde se encontraba más paz y se veían más edificaciones antiguas. Fue un lindo día y la puse a Bel al tanto de lo que pasó en la madrugada.

-Vos también sos boluda ¿Cómo vas a dejar la nota en la cama? Seguro la gata la tiró o él moviéndose dormido lo hizo- me retó. –Lo bueno es que la encontró y ahora no te voy a bancar de mal humor porque hablo con mi Vege.

-¿Desde cuándo se volvió tuyo?- pregunté sin poder creerlo.

-Desde que me di cuenta que somos el uno para el otro- suspiré y rodé los ojos, me impresionaba las subidas y bajadas de la actitud de Bel. A veces tan pesimista y otras decía estas cursilerías.

Al sexto y último día lo comenzamos de una manera muy típica. Estábamos con la play 4 jugando al Far Cry 4, nos pusimos en contra para variar las cosas. Íbamos a la mitad del juego cuando golpearon la puerta.

-Abrí vos- dice ella sin dejar de mirar la pantalla.

-Anda vos, ¿no ves que intento matar a ese lobo?- le contesté. Ella se re sacó, comenzó a apretar botones a lo loco y me mató. –La puta madre ¿qué carajo usaste?- le dije enojada, odiaba perder.

-Qué importa, anda a abrir- se paró de la cama y comenzó a bailar alzando los brazos y moviendo la cintura, muy de cumbia. –Te gané, soy muy pro, muy inteligente.

-Callate pendeja de...- abrí y vi a dos personas que me dejaron muda. -¿Qué hacen acá?

-Ajá, oh sí, te gané- se voltea y los ve, su cara pasa de blanco a rojo furioso en un segundo. –Mierda- le sale en una voz finita.

-¿Cómo supieron nuestro hotel?- pregunté volviendo a mirarlos.

-Luzu- contestan ambos a la vez.

-¡¡¡Putooooo Luzuuuuu!!!- grita Bel hasta que se encierra en el baño.

–Pasen, ya se le va a pasar.- dije haciéndome a un lado.

No lo dije antes pero la habitación del hotel tenía dos partes, una que era una pequeña sala y otra donde estaban las camas, el baño y el armario. Así que con los chicos nos sentamos en la sala, yo junto a Rubius que me besó apasionadamente.

-Voy a ver cómo está Bel- Samuel se fue.

-Te extrañé pequeña- me besó la mejilla y el cuello.

-Yo también- le sonrío y lo beso en los labios.

*Narra Bel*

Quería que la tierra me tragara, de todos los momentos en los que me podía ver Samuel justo en el más vergonzoso se aparece. A la mierda la felicidad de ganar, quiero morirme. Golpearon a la puerta y luego su voz.

-Andate Samuel, no voy a salir.- dije ocultando la cara con mis manos.

-Vamos Bel, sal de ahí, no puedes quedarte para siempre.

-Puedo intentarlo-

-Por favor, preciosa- eso me hizo sentir mejor pero... ¡no saldría!

*Narra ___*

Había pasado un rato y me parecía demasiado para que Samuel y Bel no hayan venido con nosotros.

-Cómo que se están tardando ¿no?- le dije a Rubén y me miró con cara pervertida. –Vamos a verlos.

La idea era escucharlos a través de la puerta pero cuando llegamos vimos a Samuel sentado contra la puerta golpeando sin ganas y pidiendo una y otra vez que saliera.

-¿Sigue igual?- pregunté y él asintió. –Vamos Bel, ¡Joder, por al amor de Dios! Nos vamos mañana y quieres malgastar el tiempo encerrada ahí.

-¿Cómo que se van mañana?- dijeron los dos, estos chicos sí que coordinaban.

Me tapé la boca, se me había escapado. Samuel se puso de pie y golpeó poderosamente la puerta.

-¡Sal ahora mismo!- sonaba serio.

-¿Y si no?- dijo Bel.

-Tiro la puerta abajo, no me importa pagarla- sonaba a que en serio lo haría.

-Está bien, está bien no hace falta que te pongas violento- abrió un poco la puerta y asomó la cabeza.

-Genial, ahora expliquen eso de que se van mañana ¿de regreso a Argentina?- Dijo él. Con Bel nos miramos, ella salió y bajamos la mirada.

-La cosa es que...- comencé. –El regalo de su padrino, fue un tour por toda Europa pero...- la miré para que hablara.

-Extendimos la estadía en España para lograr conocerlos- me codeó.

-Normalmente en cada país nos quedaremos tres o cuatro días cuanto mucho pero no nos íbamos a ir contentas hasta lograr esto- los señalo a ellos y a nosotras.

-¿No iban a decirnos?- dijo Rubén.

-Sí, mañana te llamaría y me despediría- alzó las cejas. –No me gustan las despedidas, además creímos que tampoco le tomarían mucha importancia.

-Son locas de verdad- dijo Samuel y le sonreímos. –Entonces ¿Qué esperamos? Vámonos.

-¿A dónde?- preguntó Bel.

-A hacerles inolvidable el último día en nuestro querido país- contestó Rubén agarrando mi mano.


La Mejor Semana de Nuestras Vidas (Fanfic de Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora