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En la habitación, el espectro sin boca se encontraba observándola.
- ¿Qué quieres de mi? -
Parecía rezar, cosa que no hacía desde hace años, por ende la situación era grave. La cabeza se le partía en dos por el dolor intermitente, sentía que los brazos se le quemaban y las venas le palpitaban de dolor.
Un escapulario le colgaba de las manos, lo miraba con esperanza y un brillo de necesidad se observaba en esos ojos tan vacíos.
Las puertas se abrieron de par en par, la luz cegadora la aturdio por un par de segundos antes de que se recuperará, Zeno e Illumi entraron a su lado por lo sospechoso que les parecía la situación.
- ¿Quién es ella-
-¿Qué hace aquí una mujer? -
- ¿Será una dama de compañía -
Que asquerosos son los humanos, miro hacia dos reconocidos cuerpos, a los que controlaba, sintió un espasmo en todo su cuerpo. Tenía que hacer las cosas rápido pero nada le aseguraba que las cosas terminarían rápido.
- ¿Es este un circo como para que alguien como usted se presente en este consejo? -
- Cuide sus palabras... - Odiaba sonar tan arrogante, pero era mejor ser temida por ellos que ser "amadada". - Soy La Hija Del Conde de Valco... Su única hija.
Todos en la sala empezaron a mofarse de ella, ignorando sus palabras e insultadola en el proceso.
- Vale... No parece que quieran creerme y supuse eso - Mordió sus labios con inseguridad sobre lo que diría. El espectro invisible de la inseguridad se le colgaba de los brazos y cada vez se hundía más bajo la presión de esta.
- Vamos no hace falta que haga el ridículo... El conde de Valco solo tiene un hijo y apenas acaba de aparecer...
- ¿Y no es curioso que ahora aparezca yo? - La sala quedó en absoluto silencio ante esa pequeña confusión.
Por fin, había salido, rebotado e impactado en las mentes de los presentes.- Eso seria traición - Vaya, denle un premio por ser el mas rapido en actuar.
- ¿Traición?... Ustedes, afortunados bastardos traicionaron a mi padre y devoraron sus sobras y recuerdo como miserables animales carroñeros, en caso de haber traición esta caería sobre sus cabezas huecas. - Grito entre risas. Kyoko se jalo los cabellos que le tapaban la cara hacia atrás mientras suspiraba.
El espectro había desaparecido, ahora la dominaba la esperanza senil de venganza.
Illumi hizo acto de presencia poniéndose delante de Kyoko cuando intentaron atacarla.
- Ni te atrevas -
La sangre salpicó en todas direcciones, ahora se sentía más débil.
- No creo que sea necesario negar el apoyo a un miembro de la Familia Zoldyck - El buen Zeno, siempre abogando por Kyoko. - Kyoko es prometida de Illumi, mi nieto mayor.
Los murmullos y la mirada poco simpatizante de Zeno hacia un miembro de la Familia Goethia.
- Te creía más inteligente Tio - Lucieth Goethia, un miembro no oficial de aquella junta apareció por el marco de la puerta.
- Otra puta - Carcajeo alguien en el fondo del salón.
- 𝑱𝒖𝒊𝒄𝒊𝒐 𝑫𝒊𝒗𝒊𝒏𝒐...𝑲𝒐𝒏 𝒌𝒐𝒓𝒐𝒓𝒊 - Un estrepitoso estruendo y una luz cegadora atormento la sala.