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"Los resultados estarán mañana en la mañana."

Iván levantó la vista, quitando sus ojos de Milo para fijarlos en el doctor Usinger, amigo de Rodrigo y quien iba a llevar a cargo el examen de sangre para corroborar que Rodrigo era el padre de Milo. Iván nunca fue bueno mintiendo, pero esa situación lo ameritaba, y si Rodrigo estaba seguro de lo que hacía... iba a confiar en él.

Chupetín!" chilló Milo, sentado sobre la mesa del doctor cuando Germán le tendió el dulce con una sonrisa amable.

Rodrigo le revolvió el cabello a Milo.

"Me entregarás los resultados sólo a mí, ¿cierto?" le preguntó Rodrigo a su amigo.

Germán enarcó una ceja, sonriendo con diversión.

"¿Qué clase de amigo crees que soy?" se burló Germán "Vamos, quiero hablar un momento contigo."

Rodrigo soltó un bufido, mirando a Iván, que estaba observando a Milo chupar el dulce que le dieron. Sin pensarlo mucho, Le dio un beso en la mejilla, murmurándole que volvería enseguida. El omega se limitó a sonreírle dulcemente, asintiendo y poniéndose a cantarle a Milo.

Ambos alfas salieron de la oficina, comenzando a caminar por los pasillos.

"Así que..." comenzó a decir Germán con calma "¿tu omega?"

El castaño se encogió de hombros.

"Lo vi y lo quise" contestó en voz baja.

"Vaya" los ojos de su amigo brillaron con burla "Quién habría dicho que el dulce y adorable Rodrigo Carrera terminaría enamorado."

"Vete a la mierda" dijo Rodrigo.

Germán comenzó a reírse antes de ponerse serio.

"¿Tu madre...?"

"Está en contra de esto" Rodrigo hizo una mueca "pero sabes que nunca me ha importado su opinión" suspiró "Lo que realmente me preocupa es esto. Iván... no estaba dispuesto a perder a Milo para ser mi omega."

Germán lo observó, enarcando una ceja.

"Bien pudiste forzarlo" el tono de su amigo era ahora suave "Sabes que un omega no puede hacer nada ante un alfa. Sabes que, si hubieras querido, podrías haber matado a su bebé, para luego declarar al omega como tuyo a pesar de que no quisiera."

Rodrigo pensó si eso hubiera pasado. Si ese día que vio a Iván en el jardín de su casa, arreglándolo mientras le hablaba a Milo, se hubiera acercado con dobles intenciones hacia el bebé. Si le hubiera roto el cuello ese día a Milo y después tomar a Iván como suyo.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal.

El sólo pensamiento de esa situación era algo demasiado grotesco para él.

"Iván merece a alguien que lo ame y lo cuide, no a alguien que lo haga sufrir" respondió tranquilamente.

Rodrigo quería borrarle la sonrisa burlona de Germán con un puñetazo.

Pero se limitó a rodar los ojos.

"Así que harás pasar a ese bebé como tuyo para que nadie sospeche" Germán negó con la cabeza "Es un buen plan, lo sabes, pero... si el Gobierno llega a enterarse..."

"Nadie va a enterarse."

Germán lo miró, asintiendo.

"Seré el único que haga y vea los resultados" prometió su amigo, antes de abrir la puerta de la oficina.

Iván levantó la vista, mientras le seguía cantando a Milo una canción sobre las partes del cuerpo a lo que el niño balbuceaba para seguirle el ritmo, y le sonrió para calmarlo, diciéndole que todo estaba bien.

𝗞𝗜𝗟𝗜𝗚 ¹ (𝗿𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora