Hola! Muchas gracias por leer y comentar me alegra que les halla gustado.
TWO🦇
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Dócil e inocente, si bien lo hubiera preferido embravecido y furioso tenía que recordarse que el chico pensaba como un mártir y que seguía aferrándose a que hacia eso por el bien común. Más para desgracia del rubio, él no dejaría que muriera desangrado ni mucho menos le permitiría albergar esos pensamientos durante toda la noche.
-Vivir duele- le explicó con simpleza e inclinándose frente a ese cuerpo, que no estaba lejos de parecer crucificado, mordió el muslo del chico, enterrando los colmillos y bebiendo un poco más de él.
No iba a beber tanto como para que se desmayara pero, si consumiría lo suficiente para que la sangre no se derramara por las maltrechas muñecas.
-tu sangre es exquisita- le halago al relamerse con labios con satisfacción, Y sin más, desde esa posición baja, posó los labios sobre el sexo del rubio pues el olor de esa piel ensangrentada le parecía sumamente delicioso. No podía esperar que el chiquillo sintiera placer en lo que él le hacía pero hacerlo con un ser de su especie resultaba excitante para la mayoría de los humanos.
-¡¡AHHHH!! Se arqueó al sentir los colmillos clavarse en su piel. Fue muy diferente a cuando estaba dentro de su mente y soñó que le mordía la mano, pues aquí, el dolor era mucho más aguijoneante, era extraño y era... era extraño... una sensación de morboso placer se extendía por su muslo y subía al resto de su cuerpo. Como si en aquellos colmillos hubiera un afrodisíaco... o algo que estuviera enviando descargas de placer al cuerpo del menor. Jadeó confundido, su cuerpo comenzó a temblar cuando los colmillos le liberaron de aquella extraña mordida. Pero entonces, perdió el aire y se dobló hacia adelante cuando esa boca del mal fue a su entrepierna. -¡Nngg! Nunca, nunca había sentido algo así. Estaba avergonzado, asustado y a la vez quería un poco más. Porque se sentía extraño, pero no era doloroso ni molesto, al contrario, empezaba a sentirse muy bien... demasiado bien. -¿Q-qué haces...? No... eso... eso es sucio... ahhh...
*****
No importaba cuando se agitara, Jungkook no podría liberarse hasta que él lo quisiera. Presionó los labios sobre el sexo aún flácido y bajó, con la lengua, hacia uno de los testículos, succionándolo despacio antes de pasar al otro; la aldea entera contemplaba al rubio y aquello no podía parecerle más morboso. Aunque, tal vez...
-Si, muy sucio- afirmó al llevar una mano hacia el miembro del chico, tirando de la piel suave para descubrirle el glande -serás mi ramera personal y te haré chillar delante de todos- curvó los labios al mirar hacia arriba -y si lo disfrutas, no podrás mirar de nuevo los ojos de tu padre-
Le apretó el glúteo y lo rasguñó al cerrar los dedos, a pesar de las palabras el cuerpo de Jungkook comenzaba a reaccionar y pese al frío transpiraba calentándose.
-Tu madre llorara al verte convertido en una mujercita- esbozó una pequeña sonrisa y enderezó la postura al ponerse en pie -sin embargo, ella piensa... que fue mejor perderte a ti... - le acarició la mejilla, apartándole los cabellos rubios -nunca has sido útil- le confesó al oído -eres... una vergüenza como hombre-
