Naruto caminaba entre las calles de la aldea, los faroles de luz naranja daban una sensación cálida, sus pasos crujían sobre la nieve a medida que avanzaba hacia la capilla que los aldeanos habían construido para Sai.
Pensar en el sacerdote le hacía sentir incómodo.
-Hey. -La voz masculina lo hizo mirar a su lado, era Neji, el joven de cabello castaño y largo.
Naruto le sonrió y continuaron el camino en silencio, con el aire helado no les apetecía ir conversando, ya que podrían enfermarse.
La construcción de madera nueva estaba frente a ellos, iluminada con antorchas a su alrededor y custodiada por los guardias cubiertos de armadura plateada, usaban una capa de piel por encima para protegerse del frío.
Neji los miraba con recelo, sus ojos blanquecinos se enfocaron en las espadas que cada hombre portaba en su cinto, le parecía exagerado e intimidante.
Ambos hombres pasaron por las puertas de madera al interior, Sai estaba de pie frente a los cazadores que escuchaban sentados frente a él, como si fuera una simple misa.
Gaara tenía ese porte tétrico estando de pie más atrás del sacerdote, cuidando su espalda como un buen perro fiel. Sus ojos verdosos miraron a los recién llegados con molestia, parecía que si pudiera les haría daño en cualquier momento.
Naruto le sostuvo la mirada por un segundo, prefirió ignorar a ese raro pelirrojo y mejor tomar asiento junto a Yahiko en cuanto lo vio, Neji lo imitó.
-Siguen llegando más cazadores, eso es bueno. -habló Sai, que parecía haber interrumpido su discurso.
-La nevada nos retrasó un poco, sacerdote, lamentamos si nuestra tardanza lo molestó. -le contestó Neji sin ninguna expresión en el rostro.
-Para nada, apenas íbamos a comenzar. -el hombre pálido carraspeó un poco antes de mirar a su audiencia. -Lo que van a escuchar esta noche es información sagrada, necesito que sus mentes estén abiertas para recibir el mensaje. -
Un aura extraña y pesada se instaló en los corazones de los presentes. El silenció dejó que el sacerdote se animara a empezar con su historia.
-Hace miles de años, cuando los hombres no seguían a un rey, se dice que los demonios vagaban libremente por la tierra en busca de alimentarse del sufrimiento de los humanos. -
Todos le escuchaban atentamente.
-La fe creó un grupo de cazadores especiales que durante muchos años lucharon contra estas criaturas obligándolas a esconderse en la oscuridad a dónde pertenecen, sin embargo, existió una mujer que se cree estaba poseída por el diablo; ella buscó a los demonios y los sedujo, fue una unión maldita en la que entregó su pureza a cambio de poder.
Yahiko no podía creer nada, le resultaba ilógico y fantasioso, pero había una sensación extraña que lo molestaba, era como si Sai estuviera irradiando algo, un no se qué que no puede explicar.
-Aquella mujer parió a dos hijos, la hija era hermosa, tan preciosa que los hombres lucharon a muerte por ella. Sin embargo, su sangre fue marcada junto con la de todas las mujeres que descendieran de ella.
-Por otro lado, el hijo varón era una abominación, tenía los ojos rojos de un demonio y los colmillos de una bestia, dicen que poseía la fuerza de diez hombres y que era capaz de transformarse en un animal tan grande que hasta los osos le temían. -Sai acarició el crucifijo en su cuello levemente. -
-Cuando la era de la luz llegó todos los demonios fueron expulsados al infierno, sin embargo, los hijos de esa mujer no pudieron dejar el plano terrenal ya que eran mitad humanos. Así que la cacería aún continúa, nuestros ancestros los han ido exterminando poco a poco, pero aún quedan y están ocultos. -
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"C A P E R U C I T A R O J A"
FanfictionNo hay una niña desobediente, no hay abuelitas enfermas. Solo te diré que hay un sexy lobo hambriento y un atolondrado cazador. Sin duda alguna no es el cuento que te han contado... SasuNaru