🦁Capítulo 3🦁

2.4K 268 16
                                    


Paso un mes desde que llegó a la recidencia Todoroki, desde entonces había hecho lo que se le venía en gana, ignorando deliberadamente al Donante de Esperma (había comenzado a llamarlo así hace unos días). Le causaba gracia ver al hombre enojado, él no podía hacerle nada o se enfrentaría a problemas legales, ventajas de ser una niña abusada a la cuál el sistema debe mantener a salvo, porque al menos esos tipos si tenían cerebro y no veían a los quirkless como si fueran una especie a parte o alguna exhibición de circo.

Una cosa positiva que había venido con su llegada a la casa, era que Shōto ya no tenía que entrenar, esto debido a que los servicios sociales venían una vez a la semana para ver su estado de salud y de paso veían si su hermanastro estaba bien, fue afortunado para Endeavor que los encargados enviados por servicios sociales atrivuyeran las quemaduras de Shōto a su propio quirk y no al de su padre, aunque estuvo tentada a exponerlo, no lo hizo, prefería ver desde primera fila como el hombre se ponía cada vez que aquellas personas venían, era un deleite, incluso Natsū lo disfrutaba, Fūyumi en cambio estaba inquieta con las visitas, pues a pesar de todo el daño que Enji le hizo a ella y a sus hermanos, ella lo seguía queriendo.

Vaya mierda.

También había otra cosa, su apariencia física, tenía la suerte de no haber heredado nada de Endeavor, aunque se le hacía un tanto extraño, esto debido a que su apariencia era exacta a la de Leonia Beleoti, una niña que aparecía en el Manhwa y Novela de "Me Convertí En La Hija Adoptiva Del Protagonista Masculino/I Became Adopted Daughter Of The Male Lead".

Leonia tenía un poder hereditario, los colmillos de la bestia, básicamente podía crear colmillos de energía o magia, además de hacer que baje la temperatura y crear picos de hielo, aunque había un elemento que también definía a la persona, el de Phileo (tío de Leonia) era el fuego y el de Leonia era la electricidad.

Se preguntaba si tendría aquel poder, después de todo, era el calco exacto de la niña de ese Manhwa/Novela, según recordaba las emociones negativas eran un potenciador y a decir verdad, tenía muchas de ellas para explotar.

Salió de la habitación que anteriormente era de Tōya-Dabi y que ahora le pertenecía, caminando en dirección a donde estaba Shōto, el chico era alguien de pocas palabras que quería superar a Endeavor con solo el Quirk de su madre, cosa que era algo estúpida, porque si no empleaba su fuego su cuerpo iba a sufrir de hipotermia, pero se guardo sus pensamientos para si misma, en unos meses Midoriya le quitaría aquella venda a base de golpes.

Se escabulló de Fūyumi que parecía estarla buscando, esperaba que no fuera para ir a comprar más vestidos, odiaba los vestidos. 

Le llevo unos minutos llegar hasta la sala de entrenamiento especial que tenía equipada Endeavor en la mansión, allí estaba su hermanastro.

—¡SHŌTO!— Grito a todo pulmón la pelinegra, ingresando al área de entrenamiento donde estaba el de cabello bicolor.

—gritas como el viejo—

—esa comparativa es desagradable, no soy ese desgraciado infeliz, ¿Sabes?—

—hmm... ¿Qué necesitas?— Pregunto con su usual voz monótona, aunque realmente quería saber que hacía allí, después de todo el viejo le tenía prohibido venir a esta zona.

—entrenar y tú eres la mejor opción, porque ni loca pienso pedirle al Donante de Esperma que me entrene, ¡¿Y si me calcina?!— Dijo dramáticamente.

—sería injusto, no tienes un quirk con el cual puedas defenderte—

—¡Da igual!, Solo quiero aprender a patear traseros para que los de la escuela no me vean como alguien débil, por ser quirkless todo el abuso se vendrá contra mi, incluso me imagino que los profesores van a hacer la vista gorda y solo van a alentar silenciosamente para que los otros niños me hagan lo que quieran— Y lo decía por la experiencia que había sufrido Izuku, el pobre chico había sufrido demasiado por culpa de sus compañeros de clase y por los profesores, además de por su pseudo amigo de la infancia que no era más que un bastardo con el ego tan inflado que lo hacía flotar.

El Karma De EndeavorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora