Humillación, vergüenza e inseguridad, era lo que sentía Han Ji Sung cada que sus ojos analizaban el reflejo de su cuerpo en el espejo.
Los comentarios de las redes sociales sobre algo nuevo y desconocido lo hacían sentirse asqueado de su propia...
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26 de Agosto, 2020.
La gente a base de la ignorancia puede llegar a herir. Se sabe que lo desconocido puede lograr a provocar miedo y esto se puede ver desde tiempo atrás, donde mujeres y hombres que hacían descubrimientos eran encontrados por la Santa Inquisición, personas cegadas por la superstición dañando y matando a inocentes con la justificación de ser herejes y una abominación, yendo en contra de la iglesia católica y de Dios.
A pesar de que esos sucesos hayan pasado hace años eso no quiere decir que se detuvieran. Las notas en periódicos, noticias y redes sociales donde se han cometido crímenes de odio hacia aquellas personas que fueran en contra de lo que se supone es "natural" según la religión y la biblia. Sin embargo, no es necesario derramar sangre para ver que la superstición no ha desaparecido, los comentarios de las redes sociales ante cualquier protesta o levantamiento de voz que va en contra de lo tradicionalmente correcto es también suficiente.
"Los donceles existen; increíblemente se han registrado más de veinte casos de hombres con la capacidad de procrear."
Ese era el encabezado de una nota que había encontrado en su cuenta de Twitter en la computadora. ¿Los comentarios? Llenos de homofobia y misoginia. Donde parecía que sus palabras favoritas eran: muerte, abominación, maricas. Y la que más resaltaba: eso no es creación de Dios, eso es un error hecho por el diablo. Satanás los envía para desviar a los buenos hombres...
Ji Sung simplemente suspiró y apagó su monitor, apretó sus labios al recordar una y otra vez los comentarios. Parecía como si su cerebro fuera un disco rayado, repitiendo las mismas líneas una y otra vez.
Frotó sus rostro con sus manos, sintiendo la frustración recorrer cada nervio de su cuerpo, llegando a tensar sus hombros y parte de su cuello. Quería distraer su mente de toda la tarea que tenía, pero leer la palabra Doncel en las tendencias de Twitter no había ayudado.
Parecía que ahora todo el mundo tenía conciencia del dato; con eso en mente su temor simplemente creció más. No querían que lo sumaran a la cifra, no quería sentir ese rechazo nuevamente y no quería esconderse en las cuatro paredes de su habitación como hace seis años atrás.
Tamborileo el lápiz sobre el libro de armonía musical. Sus ojos observaban aquellas partituras y las explicaciones que el libro daba, pero parecía que su mente no estaba procesando los renglones impresos en las hojas blancas. Suspiró por segunda vez y cerro el libro, se recostó en el respaldo de la silla de su escritorio y volteó a ver la hora en su reloj digital que descansaba en su mesa de noche.
— Mierda. — maldijo al ver que eran las dos cincuenta de la madrugada. — Solo dormiré tres horas.
Con pereza se levantó de la silla, arrastrando los pies caminó hacia el baño pero el reflejo del espejo de cuerpo completo lo hizo detenerse. Observó atentamente su cuerpo, tan fino y atractivo, siendo comparado con la silueta femenina delgada. Hizo una mueca de disgusto, con el sentimiento de vergüenza decidió quitar sus lentes e ignorar su reflejo en lo que tomaba un rápido baño para relajar los músculos.
