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El salón se encontraba en completo silencio, solo el único ruido que existía era el movimiento de los lápices sobre aquellas hojas y el característico sonido del movimiento de las manecillas del reloj

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El salón se encontraba en completo silencio, solo el único ruido que existía era el movimiento de los lápices sobre aquellas hojas y el característico sonido del movimiento de las manecillas del reloj. Ji Sung mordió su lápiz leyendo una y otra vez aquella pregunta, observó el reloj que reposaba sobre el pizarrón y maldijo mentalmente.

El sueño que su cuerpo tenía hacía que su mente no cooperará con el examen. Leyendo la pregunta pero no comprendiendo, faltaban solo cinco minutos para concluir con el examen y solo quedaban las dos preguntas que lamentablemente valían la mitad de dicha prueba.

Suspiró y continuó con su trabajo, tenía que hacer que la desvelada valiera aunque sea un poco la pena aprobándolo. Como su mente le permitió responder a las últimas preguntas logró terminar segundos antes de que la campana que indicaba finalizar las clases sonara. Comenzó a guardar las pocas cosas que le permitieron sacar y esperó a que el salón se encontrará un poco más vacío antes de salir, pues sentía que si salía junto con los demás sería algo asfixiante. Al ver que los últimos dos alumnos dejaban su examen sobre el escritorio de madera se levantó de su banca y caminó hacia el lugar del profesor.

Dejó la hoja sobre las demás apiladas y cogió las correas de su mochila con el propósito de avanzar para abandonar el caluroso salón. Sin embargo la rasposa y vieja voz de su maestra detuvo su objetivo:

— Han ¿Tuviste algún problema al resolverlo? — preguntó mientras arrastraba los lentes metálicos que iban resbalando por su fina nariz.

Ji Sung solo negó con su cabeza, sin que su cerebro lograra analizar lo que sucedía a su alrededor; el sueño lo tenía aturdido. La maestra solo asintió y dejó que su alumno estrella saliera. La vieja mujer soltó un suspiro mientras leía el nombre en la esquina de la hoja, había notado como Han cabeceaba o simplemente se quedaba mirando la hoja, preocupándose de alguna manera.

Él no podía bajar su calificación, pues sus estudios estaban dependiendo de una beca que ganó cuando presentó el examen de admisión con un excelente promedio, además de que su calificación final de la preparatoria era perfecta. Esto logró hacer click en la cabeza de Ji Sung cuando iba en camino a su siguiente clase, logrando comprender por qué su profesora le había preguntado.

Observó atentamente el envoltorio de plástico el cual estaba relleno de café ya vacío. Sacó su celular dándose cuenta que solo le quedaban quince minutos antes de que su siguiente clase iniciara. Tal vez tendría un poco de tiempo para su siguiente ronda con aquel amargo y oscuro líquido, con la esperanza de que tal vez su cerebro deje de estar en otro mundo.

Caminó por los pasillos hasta la cafetería, pero en el transcurso del camino logró sentir algo de calor recorrer su cuerpo. Era verano y parecía que una bebida hirviendo lo haría sudar, pero sentía que lo necesitaba.

— ¡Sung! — Sintió los delgados brazos de su hermana pasar sobre sus hombros y el peso extra recargarse en su lado derecho, tambaleándose en el transcurso. — Hermanito, ¿Cómo te fue en el examen?

Touch too much (LIXSUNG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora