Assassin in Speculum

Punto y final

Los fragmentos de las cosas que ocurrieron todos estos meses pasaban por mi mente ni bien cerré los ojos, pasaban como si fueran una película.

La primera vez que fui hasta La Embrujada y vi aquel acto tan horrible... ése que desencadenó una serie de eventos que me gustaría jamás haber vivido.

La primera visita que tuve de un rubio de ojos hazel en quien había confiado. Esas pocas notas tan exactas de cosas tan inesperadas.

Ese encuentro con la pequeña muchacha de cabello negro ese frío día.

La vigilancia, la brujería, la infidelidad, el asesinato, los asesinatos, los involucrados, el cuerpo sin vida de aquel chico de ojos avellanas por el que tanto llegue a llorar... todo.

Pensé que estaba muriendo.

Comencé a agradecer internamente a mis padres y a mis amigos, a mi pasado por haber sido quien fui hasta que...

Tuve una luz en frente.

Una luz encandilante que me pego directo en los ojos, los cerré una vez los abrí para acostumbrar mejor mi visión.

Escuche un pitido de una máquina de pulso, era el mío, estaba tranquila, se mantenía lento, tan lento que me relajaba.

Solté un quejido.
-¿Esau? ¿Dante? -pregunté por puro reflejo, a quien mis ojos distinguieron a continuación fue a mi madre, mi padre y mi hermano, mi madre se hallaba a gran distancia de mi padre, quien se hallaba con una mirada estresada y una ligera capa de sudor en su frente, me miraban como si fuera un fantasma, pero me miraban con gusto, gusto de que estuviera viva.

-Cariño... -se apresuró mi madre a ir a la camilla donde estaba recostada, me abrazó tan dulce y delicadamente como si pudiera romperme... Me abrazó como ella sabía hacerlo.

-¿Qué ha pasado?... Y... ¿Y Niria? -pregunté de golpe, recordando haberla visto por última vez sangrando y llorando, en un lugar que se caía a pedazos, dejándola como presa fácil para aquellos que afirmaron ya no existir.

-Ella está en su casa, Lori, no la he visto desde ayer que vino a visitarte... -se apresuró a hablar Dante, levantándose y poniéndose junto a mi madre, quien ya me había soltado.

Lo analicé, recordé la herida y de inmediato busqué su muslo, él parecía estar parado con tanta naturalidad que parecía estar ileso.

-¿Cuándo llegué hasta acá?... ¿Qué hago aquí? -inquirí, no recordaba cómo o cuándo había llegado hasta acá ni siquiera por qué estaba ahí.

-Ibas saliendo de la casa un día que no estaba y te desmayaste en la sala, no sabemos por qué todavía, afirman que fue un bajón de tensión... -habló Dante, lucía una preocupación que aparentemente fingía.

-¿Dónde está Chase?, ¿no ha venido a verme? -combatí con una pregunta imposible de falsificar, yo estaba muy segura de que él había muerto, no iban a decirme que si había venido.

-Cariño... Él... -mi madre llamó mi atención, unas lágrimas empezaban a salir de sus ojos, esto no podía ser bueno. -, murió en un incendio, cariño, lo siento tanto... -lágrimas cayeron de sus ojos, igual que de los míos, yo sabía perfectamente que eso sí había pasado, yo estuve ahí..., pero siempre podía ser un sueño, y me gustaría que así fuera...

Lloré una vez más por lo mismo que había dejado de pensar, en ese momento pensé en lo que había dicho mi hermano, sobre desmayarme un día en casa.

¿Quizás yo estaba viviendo en una mentira?

¿Yo si me habré desmayado e imaginé todo para crear un lapso de tiempo coherente mientras estaba dormida?