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Era un día normal, tu trabajabas como mesera en una pequeña y agradable cafetería junto con tu mejor amiga llamada Erica, las dos solian bromear con sus clientes, alegrandoles el día. Joseph, el jefe, un hombre alto y de fuerte caracter, observaba a lo lejos, claramente irritado... pues una norma principal de la cafeteria (según él), estaba prohibido hacer bromas con los clientes, simplemente podrian charlar con los clientes por algún pedido o favor. Estabas tranquila, fue un día feliz para ti, además de que habia un alegre ambiente, pero todo fue interrumpido cuando Joseph te llamó.
''Tn. Por favor, ven aquí.'', la voz de Joseph fue autoritaria y amenazadora. Obedientemente avanzaste hacia él, sintiendo un escalorfrío recorrer toda tu columna. Por otro lado, Erica volteó, sintiendose algo perdida y confusa.
''Eh... ¿Y cómo atiendo yo todo esto sola? Estamos llenos.'', protestó Erica, dejando la bandeja que llevaba en manos de lado. Joseph miró a Erica, su expresión se suavizó, entendiendo que puede ser un poco estresante sin ayuda.
''solo apurate; no tardaremos.'', la voz de Joseph fue más suave de lo habitual. Llegaste a su lado, nerviosa, con la barbilla temblando por lo que tu jefe pudiera decir. ''Escucha, Tn. Ya hablamos sobre esto varias veces, nada de bromas con los clientes.'', ordenó él. Tú solo asentiste con la cabeza, antes de dejarla gacha. El jefe se relajó un poco. ''bien, tal vez un poco de broma. Pero no todo el día. Ahora vuelve a tu puesto...'', Joseph señaló educadamente con la mano tu puesto como mesera. Volviste a asentir con la cabeza, más relajada.
''Gracias, Sr. Joseph.'', agradeciste, antes de volver a tu puesto.
Horas más tarde, acabaste a las 20:30 p.m., ya acabaste tu turno de trabajo. Avanzaste hacia un parque cercano para poder relajarte y sentarte en un banco, estirar un poco tus cansadas piernas. Observabas a algunos niños jugar, otros que regrasaban con sus padres para irse. A los pocos minutos, los niños restantes huyeron del lugar junto con sus padres, visibemente asustados. No entendías qué ocurria... pero el ambiente se volvió tenso en un abrir y cerrar de ojos. Volteaste a mirar, no veías nada... No habian farolas que pudieran alumbrar tu espalda, pero a lo lejos viste una silueta de un hombre alto y de complexión gruesa. Sentiste un escalofrío recorrer tu espalda nuevamente, y te levantaste del banco a la defensiva, y entrecerraste los ojos para intentar adivinar bien su figura.
''¿Hola?'', preguntaste desconfiada, intentando interactuar con aquel desconocido. El hombre misterioso solo soltó una grande y retorcida sonrisa, sin nombrar ni una sola palabra.
''Una mujer bella como tú no debería estar aquí. Es peligroso, señorita.'', habló educadamente el hombre a pesar de tener una fría y sin emoción voz.
''...¿Y por qué no? ¿Quién eres tú para decirme dónde estar y dónde no?'', tu pregunta fue brusca, claramente a la defensiva. Bob no respondió, pensó cuidadosamente sus palabras, sin saber bien que responder antes de presentarse:
''Llamame Bob Velseb, encantado.'', su respuesta fue educada, menos por su fría voz. Ya no sabías qué hacer, te quedaste mirando a Bob, tu mirada recorrió su cuerpo de complexión gruesa, sin pronunciar ni una palabra.
''...bueno. Ya debo irme...'', pensaste para ti misma. Te diste la vuelta sobre tus talones y comenzaste a caminar, alejandote de Bob en silencio. Bob notó tu tensión, y su mirada continuaba sobre ti.
''¿incómoda?'', Bob comenzó a sonreir mas ampliamente, mientras su saliva goteaba de ella. Intentaste acelerar el paso, bob no lo permitió, agarrando fuertemente tu antebrazo mientras te atraía contra su pecho. ''Vamos... ¿Por qué te asustas? Solo trato de hablar con alguien. Estoy tan solo...'', Bob acercó su rostro al tuyo, su aliento caliente se mezcó con el tuyo, poniendote más nerviosa y asustada. Intentaste forcejear, apartar tu rostro de su rostro... Rápidamente, moviste una de tus piernas, golpeandole la entrepierna para escapar, Bob se dobló de dolor, agarrandose la ingle mientras soltaba un pequeño rugido de dolor. Pudiste escapar. Saliste corriendo, alejandote del parque lo más rápido posible hasta que finalmente llegaste a tu casa.
Cuando llegaste a tu casa cerraste la puerta con llave, también las ventanas y persianas, todo para mantenerte escondida y alejada de Bob. Decidiste tomarte una ducha caliente, para así poder relajarte por los anteriores acontecimientos. Fuiste a la ducha, te desnudaste por completo e iniciaste tu lavado. Estuviste un buen ahí dentro, disfrutando del agua que limpiaba tu cuerpo y el jabón que caía sobre el. Por otro lado y describiendo tu cuarto de baño, habia una rectangular y pequeña ventana que daba a la calle, nadie solia verte porqué la tenías siempre cerrada, pero justamente ese día estaba abierta. Era de noche, nadie te veria, nadie saldría a dar un paseo a tales horas... O eso creías. Bob no había dejado de seguirte en todo este tiempo, miró la ventana rectangular de tu cuarto de baño y no dudó en asomarse.
Bob, al asomarse, no vio nada más que los cristales de la mampara de tu ducha llenos de vapor por el agua, inoportunamente tu salías de la ducha, tu mirada se desvió hacía la ventana rectangular y viste el rostro de Bob sonrojado y observandote con los ojos abiertos como platos. Chillaste asustada, sobresaltando mientras torpemente recogías tu toalla para cubrirte.
''¡no mires, pervertido!'', alzaste la voz nerviosa y avergonzada, te abalanzaste hacia la ventanilla y la cerraste de golpe. Bob sobresaltó y retrocedió, aún con el rostro rojo y en expresión de sorpresa. No dijo nada. Después de la ducha te vestiste y organizaste una pequeña mochila, poniendo snacks y bebidas ya que decidiste ir a casa de tu mejor amiga por pura diversión. Tal vez para una fiesta de pijamas.
Te estabas divirtiendo mucho con Erica
(SEGUIRÉ ESCRIBIENDO, SEAN PACIENTES)
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- Secuestrada - [Bob Velseb X T/n Femenina]
Dragosteno se q cojones me pasaba sinceramente, yo escribia esto creyendo que era la mejor historia q pude hacer. ME ARREPIENTO. Voy a reescribir la historia. matenme.