1. Defendiendo a la novia de mi ex novio.

24 2 0
                                    

Antes de conocer a Índigo Hardy, mi vida era rutinaria, repetitiva y aburrida en todos los sentidos. Por esto, comenzaré a contar desde el día exacto en que la ví por primera vez, en que me topé con sus anaranjados cabellos y esa actitud confusa que me hizo interesarme por ella.

Elena Rojas Smith, estaba entre los nombres de los artistas que asistirían y presentarían sus obras en aquella exposición de arte dónde gracias a mi trabajo y un poco de suerte, estaba incluida.

Aunque la suerte la dejo a un segundo plano, lo que la gente llama suerte no es más que esfuerzo y dedicación para lograr tu objetivo, y yo tenía principios y disciplina.

Me miraba al espejo, con las manos mojadas de sudor, no era la primera exposición de mi arte que hacía, pero nunca se me iban los nervios, aunque frente a las cámaras y el publico era firme y segura, en el fondo seguía siendo aquella Elena insegura.

Pero así me sentía más humana.

Salí del baño y las personas de ahí, miraban el arte pero no lo sentían, no lo entendían, no solo eran trazos de pintura o esculturas inertes, no lo era.

Ancianos, adultos, adultos jóvenes, había de todo en ese lugar, compartiendo un mismo momento, diferente realidad.

—Elle, ¿de verdad estás aquí?

Me di vuelta y me encontré con ese chico castaño, alto y musculoso pero no excesivo, mi ex novio.

—La misma que ves. —Respondí alzando las cejas en un gesto tranquilo.

Evan y yo habíamos terminado hace algunos meses, pero habíamos quedado como amigos y es que Evan era un amor de persona, aunque no lo fue tanto cuando me engañó pero a pesar de todo me lo dijo, y decidimos cortar para no hacerlo peor.

Se acercó y me abrazó dejando un beso en mi coronilla, ese perfume... extrañaba sentirlo al despertar.

—Te lo mereces. —Dijo con una sonrisa y la cabeza ladeada al separarse de mi.

—Gracias, ¿tu que haces aquí? —Un mesero paso a mi lado y tome un cóctel con un camarón en el borde.

—Solo vine a ver si te encontraba casualmente por aqui, ya sabes, Elena la artista más reconocida del momento.

—Mientes.

—Tienes razón. —Soltó una carcajada. — En realidad vine con la chica con la que estoy saliendo.

Hablaba tan relajado que creí que se le había olvidado que fuimos algo alguna vez, fueron dos años, yo no podía olvidarlo tan fácilmente.

—Oh, ¿la misma chica con la que me engañaste? —Dije de una manera tranquila, bebiendo de mi cóctel sin apartarle la mirada.

—No, no. —Sonrió como si fuese algo divertido. —Otra, la conocí hace un mes.

Apreté la mandíbula, pensar que en los 5 meses que llevamos desde la ruptura, en cada uno haya tenido un amorío diferente, cuando a mi se me hacía complicado sentirme cómoda con cualquier chico que se fija en mi. Dolor.

—¿Y dónde está? —Forcé una sonrisa, acomodando mi cabello a un lado, acariciando este mismo.

Él comenzó a mirar a los lados, buscándola, hasta que su sonrisa y sus ojos se iluminaron.

—¡Indie!

Me sobresalté, su nombre era poco común, y en mi mente se hizo en cuestión de 000,01 segundos una idea de su físico sin verla.

Pero me equivoqué.

Me esperaba a una chica con energía de gato negro, con mallas de red, delineado hasta la coronilla, sombras de ojos, púas, todo.

Con el arte hasta los huesos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora