Capítulo 25:
Tierras congeladasKevin
El cielo llora sin interrupciones desde la madrugada, gotas heladas e impotentes por un mal desconocido. La tierra vive su propio duelo, dando bramidos con la lluvia. El rugir del agua golpeando el suelo es su llamado de auxilio o, su única forma de intentar eliminar la enfermedad, como cuando te lavas la cara para retirar la suciedad.
Que más desearía, que fuera tan sencillo. Una acción simple para corregir un problema. La realidad es todo lo opuesto.
Los pobladores están viviendo una pesadilla. Shema regreso ayer a medio día con provisiones y pésimas noticias. La hermandad trajo a sus nuevas mascotas, unas hadas rarísimas que están cazando a todos por igual, humano y hadas. Extraen la magia, la vida y fortalecen el poder destructivo de Agadria y la bruja, lo que repercute en la enfermedad. Sus nuevos peones son más sagaces, cautelosos, con una rapidez y fuerza que supera la de un hombre normal, y todavía no nos hemos enfrentado a uno. Los pocos que han aparecido en el pueblo, a la claridad del día, toman su presa y escapan sin ningún rasguño, aun cuando las armas de fuego son detonadas. No son fáciles de matar.
Cierro mi abrigo y me detengo en el umbral. El ritmo de la lluvia es incesante, pensándolo mejor por más que me cubra estaré empapado para cuando regrese. Encojo los hombros, el ambiente está frío, pero no se le comprará con la helada invernal que se agita en mis venas. Son pasadas las nueve de la mañana, y todos, absolutamente todos, están dormidos. Es el segundo día desde que llegó el selvático, y el cansancio nos doblegó. Sanar sus heridas, mantenerlo con vida fue un reto que nos arrastró al borde de un abismo.
En vez de un convaleciente, tenemos dos, Gerald apenas y abre los ojos a cada cierto tiempo. Su don de sanación es increíble, puede sanarse así mismo, tomo la herida de alguien más y ahora su cuerpo hace ajustes para que quede como nuevo. Aunque, es un proceso muy lento, la abuela dijo que la enfermedad ya comienza a afectar a las hadas, el príncipe oscuro es el vivo ejemplo. Él sana, se ve saludable, no tiene ninguna herida externa, y aun así, sigue dormitando como si algo le impidiera despertar. Se encuentra débil, en busca de una conexión directa con su corte, pero se encuentra llena de obstáculos, así que, nosotros, el resto, somos su fuente de energía, como una batería de la que él se puede recargar.
En cuento a Caleb, salió del peligro, se recupera y se encuentra en la misma condición. Dormitando para recuperar fuerzas. Él puede que sea la solución para sanar la tierra, es un sanador diferente, da vida a árboles, plantas que hayan sido afectadas de alguna manera con mala magia, como lo es la enfermedad, pero hay que eliminar la maleta de raíz. Ese es nuestro propósito, aunque, seguimos sin saber cómo llevarlo a cabo.
Cierro la puerta con cuidado y me alejo intentando hacer el menor ruido posible, rodeo la casa y tomo un camino que está al fondo, no muy lejos se encuentra un fluvial de agua. Necesito verlo, saber con exactitud que tan lejos ha llegado la enfermedad. Anoche, tuve un mal sueño, con la bruja, en esa quebrada.
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Encantus. Alas de hielo (libro 5)
FantasyDiseño de portada por el venezolano @AleanellF Ha pasado algún tiempo desde que las defensas dividieron dos mundos, familias y amigos... Ahora, el caos y el miedo destrozan a un pueblo, y consumen la vida de humanos y hadas por igual, la hermandad h...