Sin querer

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El bullicio en el aula era insoportable para el menor, todos parloteaban en grupos, algunos sobre los proyectos pendientes y otros de cosas sin sentido. Él en cambio jugueteaba con la pequeña paleta en su boca, el tema del día era: rojo cereza. Tenía una manía por combinar el conjunto que usaría, aunque la mayor parte del tiempo usaba tonos azules y blancos.

Miró el celular con desinterés, Wilbur aún no volvía a clases y comenzaba a sentirse solo. Escuchó a lo lejos a Rivers, algunas veces convivía con ella y el conocido "Mctrio" como les apodaban en la universidad, pero no era algo que ocurriera seguido.

Soltó un suspiro y abrió la cámara del celular para arreglar su cabello, un chillido de horror salió de él cuando notó en la pantalla a Luzu con una gran sonrisa burlona.

-¿Por qué suspiras- ¿Quackity?- preguntó sin estar tan seguro de si ese era su nombre.- ¿Por qué estás alejado de todos?

-¿Qué quieres?- dijo en un tono algo agresivo.

-Uh, empezamos con el pie izquierdo.- Luzu hizo una mueca y colocó la mochila de aparente cuero sintético en el escritorio.- Soy Luzu, Borja Luzuriaga.- le extendió la mano y Quackity lo miró como si fuese algo de otro planeta.- ¿Me vas a dejar con la mano extendida?

El pelinegro aún en confusión le estrechó la mano, el agarre del mayor se hizo más firme y sintió como tiraba de él para acercar la mano a los rubíes que la examinaron.- ¿Qué haces?

-Es la primera vez que veo a alguien usando guantes en la facultad.-murmuró ciertamente fascinado.

-Me gustan.- apartó la mano y con una mueca desvió la vista.- Soy Quackity, Alex Quackity.

-¿Alex? ¿Por Alexander?

-Alexis.- aclaró metiendo el caramelo en su boca para después balbucear.- ¿Ya me vas a decir qué quieres?

-Oh sí, necesito tu ayuda en el proyecto de Herbolaria.- se recargó en la mesa con una media sonrisa.

-¿Por qué yo?- Quackity hizo una mueca y sacó la paleta.

Luzu seguía atento cada movimiento.

-Compartimos el mismo tema, a demás Sapo me obligó.- se encogió de hombros.

-¿Y no pudiste negarte?

-No quiero reprobar.

-¿Y qué gano a cambio?- lo apuntó con el caramelo y Luzu sonrió.

-Convivir con el chico más codiciado de toda la facultad.- soltó de broma recibiendo una mueca de asco por parte del menor.- Y si me tratas bien tal vez $200 dólares.

El semblante de Quackity cambio a uno más relajado y sonrió.- Nos vamos entendiendo.

-¿Entonces? ¿me ayudarás?- los rubíes brillaron con ilusión.

Quackity rodó los ojos y asintió aún apuntandole con el caramelo.- Pero no me vayas a hacer reprobar, cabrón.

Luzu abrió mucho los ojos al escuchar el insulto, sonrió ampliamente y se inclinó lo suficiente para robarle el caramelo con la boca.- Te veo a la última hora para organizar nuestro primer encuentro.- murmuró sintiendo el sabor dulzón a cereza.

Se dio media vuelta y se alejó sin más, Quackity lo miró confundido.

¿Se acababa de robar su paleta de cereza?

¿Se acababa de robar su paleta de cereza?

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Maldito Cliché | Luckity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora