Quackity podía sentir como de vez en cuando la mirada de Sapo Peta recaía en él en medio de la clase. También notaba como de reojo hacía lo mismo hacia Luzu que se encontraba sentado a su lado con gesto despreocupado.
Se sentía como un ave en una jaula, dónde Luzu sería la mano que lo deja libre.
–Te está viendo.– el castaño murmuró llevando la mano sobre la de él en el pupitre.– Un premio al más disimulado.
–Shh, nos va a regañar.– entrelazó sus dedos mirando hacia la clase, era cierto que habían otros más hablando, no tendría sentido que los regañara solo a ellos.
–¿Te hablo al oído entonces?– dijo aquello contra su cuello, una corriente eléctrica le recorrió la piel, se mordió el labio inferior y le apretó la mano.– Se te erizó la piel.
–Cabrón.
Luzu soltó una risita sin separarse de él, besaba con delicadeza detrás de su oreja causándole cosquillas.– Hueles malditamente bien.– y una vez más Quackity sintió como su estómago revoloteaba con emoción.
–Estás haciendo que se me pare pendejo.– gruñó con la mirada fija en la explicación ignorada de Sapo Peta. Este tenía la mandíbula tensa y su cuerpo demostraba lo molesto que estaba.– ¿Es a propósito?
Luzu no respondió enseguida pues estaba ocupado besandole el mentón con cariño.– Tal vez.– rió divertido.– Quiero que tengamos una cita.
Sonrió de oreja a oreja y lo miró.– Ya hablaremos después de clase.
[...]
Quackity se cruzó de brazos cuando fue detenido después de clase por Sapo Peta. Estaba a punto de tener una preciosa cita y el ser retenido lo estaba retrasando.
–¿Qué quieres?– soltó una vez que el último alumno salió de la clase, Luzu lo estaba esperando afuera, no estaba muy a gusto sabiendo que estaría a solas con el de rastas.
–No veo la necesidad de que te espere afuera como un psicópata.– dijo sereno mientras guardaba sus cosas en un viejo maletín de cuero marrón.– Veo que te encontraste a uno celoso.
–Bueno, está cuidando que no te lances a mí como un maniático solo porque no soy tuyo.
–Ya me disculpé por eso, Alex.
–Solo dime que quieres, estoy harto de esto.
El de rastas soltó un largo suspiro mientras se colgaba el maletín en el hombro, rodeó el escritorio y se recargó en él mirándolo de frente.
–Dame otra oportunidad.Quackity puso mala cara. ¿Era una broma? había revivido el infierno con las marcas y ahora venía rogando una segunda oportunidad.
–No.– su tono fue firme.– Es una puta broma ¿no?
–No es una broma.
–Rompiste la confianza que tenía hacia ti, Sapo.– comenzaba a sentirse frustrado de la situación, era un bucle interminable.– Además estoy saliendo con Luzu.
–Ni siquiera son pareja, toda la facultad está hablando de cómo eres el nuevo juguete de Luzu.– el tono con el que había soltado aquello hirió a Quackity.
–¿Y qué? solo él y yo sabemos lo que tenemos.
–Tu y yo sabemos que te importa más de lo que dices.– se acercó a él, su gran altura hizo al pelinegro levantar la vista. Una vez más se sintió cohibido ante él, frágil porque tenía razón, Sapo lo conocía mejor que nadie. Lo había visto en su peor momento, lo había apoyado cuando estaba completamente solo y al borde del colapso, no lo juzgó cuando decidió empezar de cero.– No quiero verte tocar fondo, bastante hizo aquel idiota.
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Maldito Cliché | Luckity
FanfictionQuackity es un estudiante de universidad común y corriente, estudioso aunque no lo parezca, ama vestir en tonos pasteles y a la moda de los 60'/70'/80's. Cómo cualquier chico a su edad, desea enamorarse de alguien que haga que su mundo se agite cuál...