LOS ERRORES DEL PASADO ;; Inazuma Eleven [PAUSADA]

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Ya había pasado una semana, y a pesar de ello, seguía sin haber un mínimo intercambio de palabras o miradas entre Bryce y Claude. El pelirrojo apenas se había dejado ver por la casa en esos siete días, ni siquiera en las horas de las comidas, y aquello estaba atormentando a Bryce. 

Era consciente de que comía porque siempre encontraba el plato en la mesa o ya lavado, pero igualmente el no verle era un dolor en el pecho que no lograba calmar con nada... Y menos aún sabiendo que todo había sido su culpa.

Y ante aquella situación, de nuevo los recuerdos se habían convertido en su doloroso refugio. Las imágenes daban vueltas en su mente minuto tras minuto, recordándole los diversos enfrentamientos que habían tenido en el pasado, desde la Academia Alius hasta lo ocurrido con Chris años atrás... 

Estaba cometiendo los mismos errores que Claude había hecho en el pasado.

Se dejó caer sobre el sofá y alcanzó el ordenador, poniéndolo en sus piernas y encendiéndolo. En esos últimos días, no había logrado conseguir ningún tipo de información nueva, y la ansiedad se hacía cada vez más notoria. Necesitaba una pista, por pequeña que fuera.

Un suave roce en su pierna le sacó de su mente, y al mirar hacia abajo, no tardó en encontrar a Caos pegado a él. Ver al pequeño gato le traía recuerdos, al fin y al cabo, había sido un regalo de Claude después de la pelea ocasionada por Chris. Un pinchazo le atravesó el pecho.

- Caos, ahora no... Luego te doy mimos - A pesar de las palabras, el gato no se movió, observándole fijamente y maullando - Caos, he dicho que no. 

Devolvió la mirada a la pantalla, pero no logró concentrarse debido a los innumerables maullidos del animal, quien no parecía tener intención de cesar su llamado. Tras unos minutos, perdió la paciencia.

- ¡Dios, Caos, ¿qué narices quieres?! 

- Bryce - Aquella voz a sus espaldas le dejó congelado. Había esperado ese momento toda una semana, y oír de nuevo aquel tono le hizo suspirar con alivio.

- Dios, menos mal, pensé que no volverías a habl...

- ¿Dónde está Noah? - Aquella pregunta le interrumpió, dejándole en shock.

- ¿Cómo que dónde está? Pensé que estabas tú con ella - Ante la respuesta, el rostro de Claude empalideció.

- Pues lo mismo pensaba yo.

Al instante, ambos adultos comenzaron a buscar a la niña por toda la casa. Ahora Bryce comprendía los maullidos: Caos intentaba avisarle de que su hija no estaba.

- ¡Noah, si estás escondida sal ahora mismo! - La voz de Claude denotaba pánico.

- ¡Noah, cariño! - Ambos seguían llamando a la niña, pero ninguno obtenía respuesta.

Tras casi una hora buscando, ambos hicieron contacto visual, compartiendo un único pensamiento: Noah había desaparecido.

- ¿Dónde narices estará? - La voz del albino comenzaba a romperse, y ante ello, Claude no tardó en abrazarle con fuerza, sintiendo cómo Bryce se aferraba a él.

- Llamaré a Lina, quizás haya salido para ir al orfanato - Los ojos del albino le observaron - Sigue siendo una niña de nueve años, solo piensa en jugar.

- Claude, siempre nos pide permiso para salir o nos pide que la llevemos - Pudo ver cómo el pelirrojo se llevaba el móvil al oído.

- Sí, cuando sus padres no están peleados entre sí y sin hablarse - Aquella oración fue un golpe bajo para Bryce, pero en el fondo sabía que tenía razón - Por favor, sal a dar una vuelta, a ver si está por fuera del edificio... Ahora mismo, no nos hace bien estar juntos.

Ante aquella petición, Bryce simplemente asintió sin decir palabra antes de salir del apartamento, caminando en silencio pero atento a la mínima señal. Podía sentir cómo su corazón golpeaba su pecho con fuerza, preso del pánico: su familia se estaba desmoronando en apenas días.

A pesar de caminar por la calle, su cabeza no era realmente consciente de a dónde le llevaban sus piernas, estaba en trance... O al menos hasta que reconoció unos mechones azules en el fondo de la calle, algo que le hizo correr.

- ¡Noah! - Trató de captar la atención de su hija, viendo cómo subía al auto de un extraño con total confianza. Aquello le estaba creando pánico.

- Vaya, pero si es Bryce - Aquella voz le dejó congelado, con  los pies clavados en el suelo -¿Cuánto tiempo, no crees?

- N-No es posible...

- ¿Qué? ¿No crees lo que ven tus ojos? - Una risa salió de los labios del contrario - ¿Tan rápido te has olvidado de mí, copito de nieve? - Cuando aquella mano acarició su mejilla, el asco que le provocó el gesto le hizo retroceder.

- Deja en paz a Noah - Su pulso se aceleró cuando la persona frente a él comenzó a reír.

- ¿Por qué debería? Yo también tengo el mismo derecho que tú a estar con ella, ¿no crees? - Las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos.

- P-Por favor, Chris... - El mayor le observó, con un deje de superioridad.

- ¿Me estás reclamando que te entregue a mi hermana? ¿Por qué debería hacerlo? Yo tengo más conexión con ella, y por tanto el derecho de llevármela cuando yo quiera.

- E-Es mi hija... - Su voz comenzaba a romperse, preso del pánico.

- Error: Solo es una niña que cuidabas con el imbécil de tu novio para sentirte útil y tener la falsa esperanza de crear una familia feliz - Aquellas palabras provocaron que las lágrimas escaparan de su rostro, deslizándose lentamente por sus mejillas pálidas.

- Eso no es cierto, somos una familia de verdad... - El peliazul le observó en silencio, dibujando en sus labios una sonrisa cargada de ironía.

- Solo es cuestión de tiempo que tu novio te abandone también... Piénsalo, es tu destino desde pequeño estar solo, por algo terminaste en aquel orfanato - Una fuerte presión comenzaba a cortarle la respiración con cada palabra dicha por Chris - Y ahora, si me disculpas, tengo que irme con mi hermana... Nos vemos, copito de nieve.

Ante sus ojos, el hombre subió al coche y arrancó, alejándose de él. Quería perseguirle, quería abrir la puerta del auto y tomar a su hija, pero sus pies estaban fijos en la tierra.

Simplemente se dejó caer de rodillas, viendo cómo un pedazo de su vida se alejaba.