verano del '94 ; scaloni x aimar

04; "Mil Horas"

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El seis de enero había llegado por fin y Pablo sentía que la aguja del reloj se movía más lento de lo normal, sus nervios y ansiedad casi no lo dejan dormir. Con todo un día por delante y ansiando que se haga de noche para ir a ese boliche donde se iban a encontrar, a cumplir su promesa, Román lo ayudó a envolver el regalo (Un cassette de Divididos que le compró al mayor como un regalo de navidad atrasado y por su primer aniversario), se bañó dos veces por la ansiedad de que pase el tiempo y estar presentable para el encuentro.

Llegadas las 23hs los amigos decidieron previar y una hora después, arrancar camino hacia el boliche, Pablo con una sonrisa de oreja a oreja y Román un gusto amargo en la boca, no quería pensar lo peor del santafesino pero tampoco quería que su amigo salga con el corazón roto. Al llegar, se fue directo a la pista y el más bajito se sentó en la barra como aquella noche, solo que ahora sus rulos estaban un poco más largos, llevaba puesto el collar que le regaló Lionel y buscaba desesperado con la mirada a alguien.

''Ando ganas de encontrarte
Cuánto lejos que estás de acá''

Su reloj marcaba las 2.15 AM y aún no había rastros del mayor, sus manos no dejaban de temblar y el nudo en su garganta cada vez crecía más, tomó algunos tragos y declinó a varias invitaciones a bailar mientras esperaba ansioso ¿Y si nunca aparecía?, Pablo sacudió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos, Lionel nunca haría eso, él lo amaba. Seguramente se habrá atrasado o algo así, cualquier excusa era mejor que pensar lo peor.

''Ando ganas de encontrarte
De una buena vez por todas.
El invierno largo se fue
Y ya cambiaron las modas''

Eran alrededor de las 4 AM cuando Riquelme apareció de la mano con una chica, avisando que se iba con ella.

-¿Vos te quedás?- El menor asintió, recibiendo unas palmadas en su hombro de parte de Román al ver que su amigo aún no perdía la esperanza de que ese pibe del que estaba tan enamorado aparezca.

Con la llegada de los temas más lentos, Aimar se sentía aún más abrumado que antes, no tenía aire y lágrimas amenazaban con ser derramadas, salió del establecimiento lo más rápido que pudo mientras se escabulle entre las parejas que bailaban juntas. Sus ojos picaban y dejó salir todo el aire de sus pulmones al sentir la fría brisa de la noche golpear contra su delgado y desabrigado cuerpo, saca un cigarro de su bolsillo y se deja caer en la vereda, apoyando su espalda contra la pared del boliche. Prende el pucho que inmediatamente le hace acordar a él y a esa noche, lo deja caer como si quemara sus dedos y mira la hora en su reloj, 5.20 AM.

Al ver la hora se rindió y lloró todo lo que venía aguantando, escondió su cara entre sus rodillas y se deshizo en llanto, ni siquiera le importaba mojarse por la leve llovizna que empezaba a caer sobre él. Al rato se puso de pie, tirando el cassette al piso.

-Hijo de re mil puta...Ni siquiera puedo odiarte- murmuró entre sollozos mientras pisaba la cajita con bronca, se fue caminando hacia la casa, dejando el cassette roto ahí tirado, como Lionel había hecho con él.

''La otra noche te esperé
Bajo la lluvia dos horas
Mil horas como un perro''

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